Keith lo que menos esperaba era tener una especie de crush momentáneo con el mesero, el no estaba a acostumbrado a ya saben, eso de tener crush, había tenido parejas antes, pero lo que sintió cuando lo vio fue diferente.
Todo paso un poco rápido, Shiro y Pidge invadiendo su departamento, hablando de un nuevo restaurante, la maravillosa comida, que al mismo tiempo tenía unas mezclas algo curiosas, "Es comida del sur" eso le habían dicho, aunque renegó un montón de veces que no le apetecía ir. Poco sirvió todo eso, mas por Pidge que por Shiro aún exclamando lo poco que le agradaba la idea, hicieron caso o miso a sus demandas, las cuales cayeron en oídos sordos, maldito Shiro lo traicionaba con tal de tener a su novia contenta. Ya vería, mas tarde llamaría a la ONU y lo acusaría de ciertas cosas, cuando Pidge aún no cumplía su mayoría de edad, si. Una perfecta lección por sacarlo de casa a fuerzas.
Caminando por las algo heladas calles de Queens, maldiciendo por no traer su chaqueta roja, llevaba encima una simple camiseta azul con sus pantalones negros, no era mucha protección del frío, y como si fuera poco ahí estaba Pidge, riéndose de su sufrimiento, lo que a veces daría por que fuera hombre y darle aunque sea un golpe, luego recordó que Shiro lo mataría, aunque a veces pensara estas cosas, estaba seguro de que no sería capaz de lastimarla, era su mejor amiga, prácticamente casi su hermana, y la quería mucho.
Tratando de pensar en otra cosa que el frío que golpeaba contra su cuerpo, escuchó el gran aclamado "llegamos" y alegré de por fin poder entrar a un lugar cálido, pero Pidge lo detiene.
-Keith, ¿A donde vas? El restaurante es este.
Se confundió saliendo del cálido y bastante elegante lugar para ver en dirección a lado, un local no muy grande, con la pintura salida en algunos lados, los dibujos algo sosos en si. Miro confundido a la pareja.
-Pidge, este lugar no es nuevo. ¿Me estas jodiendo?
Con el ceño fruncido, cruzando sus brazos, miro acusadoramente a su amiga esperando una respuesta.
-Me atrapaste, el lugar nuevo es el de alado, pero mi amigo Hunk me lo recomendó, dice que un amigo trabaja aquí y podría hacernos un descuento, además aseguro que amaras el interior.
Aun no muy contento por ello, pero pensando que al menos tendría que pagar menos.
-Esta bien, entremos, muero de hambre. - Y de frío.
-Amigo, ¿Estas ciego? Tenemos que esperar, hay una fila en tu cara Keith. Duh.
Volvió a arrugar el ceño, por eso odiaba ir a lugares concurridos, la maldita fila. Odiaba hacer filas, mientras esperaba de mala gana, sobornado por parte de Shiro de pagar su comida, por que si no hace rato se hubiera largado.
Estaba seriamente confundido ¿Tan bueno era el lugar? Cada rato que pasaba llegaba más gente, por ende la fila se hacía mas larga. Mientras que en el espacioso restaurante de a lado había entrado apenas un grupo.
Había un hombre que registraba los nombres, era el que te llevaba a tu mesa. Era enorme, una pared grande se había alzado frente a el, de tez morena y con un traje negro y una bufanda desbordaba una personalidad eufórica y amigable. Contando chistes y haciendo el tiempo de espera menos aburrido.
Saco una silla y se la tendió alegando "Las damas no deben estar de pie" avergonzado, sin saber como decir que estaba equivocado,
podría ver como Pidge trataba de aguantar la risa, y Shiro solo hacía una señal de que se sentara ya.Avergonzado y siendo el único sentado en la fila, se sintió en el cielo cuando los pasaron, dejaron la cera, había estado primero tan enojado, luego tan avergonzado que había olvidado el frío que había estado sintiendo.