Una Noche de Halloween

En una noche de Halloween, un 31 de Octubre, unos niños fueron a pedir caramelos, pero nadie les abría ni tenían caramelos. Los niños, cansados de que pasara siempre lo mismo, empezaron a buscar leyendas por Internet, a ver si encontraban algo divertido. Encontraron una leyenda de un bosque a las afueras de la ciudad, que decía que, un Halloween, hace mucho tiempo, unos niños de más o menos su edad fueron a pedir caramelos, y les pasó lo mismo que a ellos, así que fueron al bosque, que antiguamente era un cementerio, pero que quitaron de allí a los años de que unos ladrones fueran a este a robar las pertenencias de los fallecidos (anillos, collares, objetos de valor, etc). Habían ido al bosque para ver si era verdad eso que decían en la ciudad, de que se escuchaban ruidos extraños, y nunca más se supo nada de ellos.

Al leer esta leyenda, los niños decidieron ir al bosque, a ver qué les había pasado. A las entradas del bosque había una señora que parecía mayor, a la que apenas se le veía el rostro por una capucha que llevaba. Parecía que necesitaba ayuda y los niños se acercaron a ella a ver si le pasaba algo. El más valiente de los 5 preguntó:
-¿Señora, se encuentra bien?
-No muy bien pequeño- respondió - ellos van a por mí.
-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?- y, en ese momento, como por arte de magia, la señora desapareció.
-¿Qué acaba de pasar?- preguntó una de las niñas.
- Ni idea- dijo el que le había hablado a la señora- pero mejor ignoremos eso.- Y siguieron caminando por el bosque.
Se encontraron con un cartel que decía: "Peligro", pero no le hicieron ni caso, ellos querían saber qué les había pasado a los chicos, así que siguieron hacia delante.

Avanzaron unos metros y se encontraron una casa que daba un poco de miedo, pero entraron, tal vez las pruebas de la desaparición estaban ahí. Era pequeña, y como era de noche apenas se veía algo, ni siquiera se veían entre ellos. De pronto oyeron un ruido fuerte, se asustaron, y empezaron a correr, sin darse cuenta de que uno de ellos había quedado atrapado en una trampa que a saber quién había puesto.

Cuando salieron de allí, fue cuando se dieron cuenta, porque escucharon un grito de uno de sus amigos, y, asustados, corrieron hasta alejarse lo más que pudieron de esa casa. Resulta que allí vivía el asesino más famoso de la ciudad, que esperaba a que las personas curiosas llegaran hasta él para asesinarlas. Allí murió su amigo, pero había otro cadáver, de otro niño, que estaba muy estropeado por el tiempo, aunque los niños no se dieron cuenta por lo asustados que estaban.

Una de las chicas, la próxima víctima, dijo que notaba como que les observaban, pero los chicos creyeron que era broma, por lo que acababa de pasar, así que, no le hicieron caso. No se sabe por qué la niña no gritó, y su muerte fue muy sigilosa, sin oír siquiera otros pasos que no fuesen los suyos, pero cuando se giraron porque esta era la única que no hablaba en la conversación del grupo, vieron que estaba despedazada en el suelo, y, otra vez, empezaron a correr hasta estar lo más lejos de allí. Ya sólo quedaban tres. Una chica, y dos chicos.

Estaban muy asustados y empezaron a oír gritos y lamentos, así que uno de ellos fue a ver qué pasaba, a pesar de que sus amigos le insistieron en que podía ser peligroso, dijo que algo le llamaba y no les hizo ni caso. Se adentró entre los árboles, y ahora, los gritos y lamentos que se escuchaban, eran de su amigo.
Los dos que quedaban empezaron a buscar desesperadamente una salida de ese horrible bosque, corrieron hasta empezar a ver un claro, y, a pesar de que escuchaban sus nombres y oían pasos detrás de ellos y respiraciones agitadas que cada vez eran más fuertes, no pararon de correr, y finalmente, salieron de allí y le contaron todo a la policía.

Hoy se siguen escuchando gritos cerca de allí, y, todo el que entra, no vuelve a salir...

FIN