Prologo

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-Señorita podría por favor podría dejarme  explicarle lo ocurrido  en lugar de ponerse a gritar como loca...

Ahí estaba yo en medio de una sala de urgencias,  viendo como iba y venia gente, algunos alegres que salían de aquel horrible lugar, otras llegaban y en su rostro se notaba que querían salir de ahí, pero como saben la vida no es lo que uno quiere, e instantáneamente me llego un presentimiento que los que acaban de llegar durarían una larga temporada ahí 

-Présteme un poco de atención por lo menos- Al oír esas palabras mi vista se enfoco al frente, tenía una joven mujer de unos 25 años pelo castaño hasta los hombros una ojeras acompañaban su perfecto rostro y ojos marrones fríos y calculadores mostrando la seriedad de su apariencia, una ropa formal que constaba de una camisa azul clara y una falda negra hasta las rodillas .

-Solo lárguese y déjeme aquí, no necesito que me explique nada- fije  la mirada al espejo que tenia en frente, mientras estaba sentada en la camilla. 

se podía apreciar mi cabello castaño con unos cuantos rayos  mas claros naturales en mi cabeza totalmente desordenados, mis ojos azules con manchas verdes, rojos de tanto llorar y aun así se mantenían llorosos, mi nariz roja como una nariz de payaso y silenciosamente sollozando,mientras olvidaba los múltiples raspones cortaduras y morados que se encontraban por todo mi cuerpo, sin contar aquella mujer que tenia al frente no dejaba de mirarme con la mirada enfurecida, pero si mirabas bien en el fondo podría ver un poco de compasión, era eso o los múltiples golpes que me habían propinado ya estaba haciéndole daño  mi cerebro, hombre esos tipos de pensamientos no deben pasar por la cabeza de una niña de 9 años pero bueno como decía aveces la vida no es lo que queremos.

Con la poca valentía que tenia en ese momento volteo mi cabeza encontrándome con aquella mujer que hace unos segundos me había echo gritar y patalear algo que en mi corta vida no tenia permitido hacer por que chicas como yo, no podemos derramar muchas lagrimas .

-Andre escúchame por favor, que llores no evita la realidad. -Soy Carmen la trabajadora social y ahora vivirás en el orfanato... 

No se, si le dio pesar o las lagrimas que estaban corriendo por mis mejillas ya habían debilitado su corazón lo único que se es que dijo la ultima parte lo dijo  en un susurro como si le preocupara que volviera a llorar y gritar como antes.

Lo único que pensé fue 

Adiós infancia que apenas estaba teniendo ... Hola vida de mierda 

-Andre se que duele,pero mírame estoy aquí pequeña- y ahí lo vi una mirada de dulzura hacia mi algo que normal mente no pasa, lo único que puede hacer es acercarla a mi cuerpo y llorar llorar como se supone que una niña de 9 años debe hacer después de esa noticia, y lo único que pedía carmen lo izo abrazarme y dejarme llorar pues sabia que mañana ya no podría hacerlo.

Una apuesta con condicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora