Capítulo 1

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"Las personas que nos hacen felices nunca son las personas que habíamos esperado..." - Madre de Naomi. Skins, Tercera temporada.


No hay como olvidar los primeros momentos universitarios, siendo tan crudos y hermosos al mismo tiempo. Me acuerdo el primer día, estaba feliz por finalmente entrar, como si me hubiera librado un peso más de encima, pero la verdad era que la universidad se convierte en un peso en sí mismo. Me sentía tan emocionado de dar un paso más, otro y otro para llegar a ella. Podía sentir el sabor de la libertad de cierta manera. Me libraría de mi familia, no es que la odiara, simplemente no me comprendían tanto como desearía. Mi madre era muy preocupona, mi padre indiferente y mi hermana demasiado fastidiosa, aun así me querían.

Ese día, antes de entrar, mi ilusión fue detenida porque siento que alguien me toma del brazo. Volteo y era... mi madre.

 —Hijo, ¿te vas a ir sin despedirte de tu madre? —y sin previo aviso un gran abrazo de esos que dan las madres. Veo que llora, solo exagera...; mis amigos ya estaban dentro pero escuchaba sus risas a lo lejos — ¿Me vas a llamar, no, tesoro? —dice ahora apretándome fuerte de los cachetes. Busco con la mirada a mi padre por ayuda pero solo veo una burla reflejada en sus ojos y, como si no pudiera haber algo peor, mi hermana menor, a la que estoy seguro no iba a extrañar, Lexie, se le une.

—Lo prometo mamá —dije finalmente, aun así a medida que pasaba el tiempo la dejé de llamar. Cuando volvería a casa estaría más molesta de lo que podría imaginar, aunque ese no es el punto. 

Dentro como esperaba estaban mis amigos de hace tiempo: Thomas, quien era alto, tartamudo cuando le convenía, en especial con las chicas, tenía el cabello castaño descuidado por el mucho tiempo de no ser cortado, era en lo particular no muy inteligente, hacía lo que podía; Mohinder era el aplicado, él creo que la pasó peor por sus cuatro hermanas que lo andaban fastidiando por tenerla chiquita, esto debió haber sido su mejor momento, era moreno y delgado, con unas ojeras de haber estando estudiando; y Sidney, o como prefería que lo llamaran Sid, él era obeso, más de lo que él preferiría creer, tenía muchos rulos negros, ya no tenía tantos granos pero se notaban ciertos rastros de la invasión pasada, era muy pícaro, el más pícaro de cierta forma —entre nosotros—; Yo en cambio no tenía nada en particular, no era callado como Thomas, ni para nada inteligente como Mohinder, menos gracioso como Sid, era el mediocre del grupo, no compartía sus singularidades, aun así me sentía cómodo con su compañía.

Nos encontramos, saludamos, y contamos lo que cabía de contar. Realmente había extrañado al grupo. Nos dirigimos a recepción para que nos entregaran las llaves para nuestros dormitorios cuando escuchamos todo un laberinto de una diva quejándose con la muchacha que la atendía. No llegué a ver a la diva en ese instante porque había una gran multitud en la cola pero si a la asustada chica por los hirientes reproches de la estudiante.

Llegado el momento, nos separamos, cada uno a nuestra habitación, había mucho que ordenar. Las habitaciones eran dobles, para los jóvenes de primer a segundo año, lo que significaba soportar los días, tus momentos privados con un completo extraño por dos años. Estas habitaciones eran de doce metros cuadrados. Cuando entrabas en la pared del fondo te encontrabas con una ventana corredera de aluminio, frente a esta, había dos escritorios con sus respectivas sillas pegadas a las paralelas paredes estando espalda contra espalda al sentarse, siguiéndoles, cerca a la puerta estaban las dos camas de hierro y una estantería solo para una de las dos paredes —como si entre los dos estudiantes deberíamos debatir quien debería tener la estantería—, ninguno de los muebles eran llamativos. Las paredes tenían un color humo dándole un aire de austeridad. Como cualquier habitación masculina, en especial las del corredor en donde estaba la mía, era una característica general estar sucia por variadas razones. Unos utilizaban las esquinas del escritorio para apagar sus cigarrillos y cuando la madera se ponía extraña, la apagaban con cerveza —como si eso limpiara la suciedad—, otros acumulaban descuidadamente cubiertos plásticos ya utilizados debajo de la cama, siempre había quienes se les olvidaba levantar los envoltorios de sus frituras, botellas de cerveza vacías, condones —en casos particulares—,  y más. Era natural la mezcla de sudor y basura que había en el ambiente. Aun así, la mia era todo lo contrario, por una razón en particular, mi compañero de habitación, o debería decir: compañera, no era nada usual.

En un primer momento, mientras me dirigía a mi habitación, poco antes de que metiera la llave en el cerrojo, la puerta se abrió dejando salir a una chica de piel bronceada y cabellos desordenados color oro de atractiva sonrisa, me saludó riéndose vagamente y revoloteó mi cabello, para luego irse corriendo por el pasadizo. Mi compañero pudo haber sido un mujeriego, sexista y deportista que me molestaría todas las mañanas, despertaría con bromas de todo tipo y llenaría de condones el piso como también embriagaría su edredón de un amargo olor que no me permitiría convivir. Pero al abrir la puerta no había tal persona. Estaba sentada al borde de la cama en la pared izquierda, abotonándose su blusa, con el cabello negro alborotado sobre su cara.

—Hola, mi nombre es Brook Styles. Lamento que las circunstancias nos hayan unido, no es que quisiera una habitación con un chico —voltea para mirarme con sus ojos color pardo y me sonríe. No podía evitar mirarla, aparte de ropa interior y esa blusa un tanto larga, no llevaba más.

 La relación que iba a comenzar entre nosotros sería aun más abrumadora de la que creía sería con ese chico. 

—¿No hablas?—dice levantándose y cogiendo una coleta se hace un moño, me mira fijamente—, ¿cómo planeas pasar tus exámenes orales?

—Este...m-mi nombre es Jake, Jake Simpson —dije descubriendo una nueva habilidad: el tartamudeo. Solo sonrió y señalo la cama del lado derecho para decirme que era mía. Me senté, se desnudó al frente mio, buscó una toalla para envolverse y se fue.


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⏰ Última actualización: Apr 15, 2015 ⏰

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