Compromiso

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20 de octubre de 1950

Hoy hay una fiesta en casa de los Hamilton, como siempre nos toca ir ya que Luis Hamilton es mi prometido.

Es el hombre que yo amo es sumamente perfecto según mi familia y mi corazón.

Mi mamá murió hace dos años ya , cuando yo tenía 18.

Mi padre me compro un hermoso vestido para esta noche, ya que el compromiso se hará público hoy ese es el motivo de la fiesta.

Es hasta las rodillas con un hermoso estampado de flores, los colores son blanco, rosa y un toque muy ligero de verde, es más amplio en la parte de abajo y arriba es más ajustado a mi cintura.

Es hasta las rodillas con un hermoso estampado de flores, los colores son blanco, rosa y un toque muy ligero de verde, es más amplio en la parte de abajo y arriba es más ajustado a mi cintura

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Ya estamos apunto de llegar a la casa de los Hamilton es una casa enorme, el señor Hamilton es el alcaide de la cuidad aquí en La Habana vieja.

Todo está perfectamente decorado la verdad está muy hermoso este lugar.

Estoy caminando en el jardín antes de entrar mi padre ya entro pero yo sigo afuera caminado, estoy nerviosa.

Mientras camino en los matorrales escucho algo me asusto a principio peor luego siento curiosidad cuando me acerco me encuentro con mi prometido entre las falsas de otra.

El no se toma en cuenta de que estoy ahí así es mejor.

(...)

Estamos todos en la fiesta ahora mi prometido está por pedir mi mano para unirnos en matrimonio para siempre.

–María me harías el honor de cásate conmigo.

–Claro que no!.–todos se sorprenden.–Nunca te perdonaré lo que acabo de ver en el jardín por qué no mejor le pides matrimonio a la que le comías el coño?!.–las personas no encuentran sitio por la incomodidad.–vete al diablo, señor Hamilton.–me despido volteo y le pego una cachetada a mi prometido y me retiro.

Nunca me dejaré engañar por un hombre.

Eso me prometí es noche.

Y además recordar que no todos los compromisos se cumplen.

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