Más que un Arma

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La cuerda se tenso una vez más, dispuesta a terminar lo que empezó minutos atrás. "una última vez" se dijo, "una última vez y después a descansar". El cuerpo también se contrajo, aun vibrando por causa de los anteriores tiros, que raudos y certeros, disparaban sus proyectiles para enterrarlos en lo más profundo del corazón de aquellos valientes o insensatos que se ponían a tiro de él y su precisa y bien calibrada arma. Y es que, al fin y al cabo, eso era: confeccionado exclusivamente para alcanzar lo que para otros era inalcanzable, el instrumentó estaba perfectamente diseñado para llegar donde nadie más podía. Cuantas horas y días practicando, con la esperanza de volverse tanto o más hábil que sus maestros, y habiendo creído que dicho objetivo estaba cumplido en parte, seguía insatisfecho, inconforme, seguía practicando y poniéndose a prueba constantemente, como en ese momento. Disparando una tras otra sus flechas, que apenas eran distinguibles, excepto para los más expertos y habilidosos, que incluso ellos lo tenían difícil para poder apreciar un disparo antes que llegara el otro, más rápido, más fuerte, más preciso... Soltó la cuerda, y esta vibro intensamente. Su arma ya podía descansar, el podía descansar. Miro el efecto que su tiro provoco, y se deleito unos instantes de su obra, ya terminada por ese día, por esa noche. El enorme ejército de personas al que se había enfrentado fue alcanzado completamente por si habilidad, por su equipo. Claro está que él no fue el único que disparo, más si fue quien estuvo al frente en todo momento, incluso cuando la avalancha de personas estuvo a punto de invadir su posición. Miro hacia atrás, a su escuadrón, con una sonrisa en su rostro, una sonrisa que les llego tan hondo como sus tiros, y los contagio a todos. Unos momentos más de gloria. Agradeció en voz alta a su dios y a todas las personas de las que se acordó, vivas o muertas. "Ya está" pensó, y se retiro para dejar descansar su cuerpo y su arma.

La guardo en su estuche, vio como sus amigos hacían lo mismo, y se fue, dejando que los encargados arreglaran todo. Después de todo, la batalla aun no había terminado. Mientras se dirigía a la salida, escucho a uno de sus amigos decir "¡Loco, que bien tocamos hoy!". Y era verdad, pero su cabeza le replicaba "Pude haber estado mejor" y le decía a la vez "Este no fue solo un concierto". Instintivamente miro el estuche que guardaba su guitarra, y sintió que el alma de esta concordaba con ambos pensamiento

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2016 ⏰

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