3⇒CLASES DE LIGUE「1/2」

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Sus manos comenzaron a sudar sin desenfreno, haciendo que inconcientemente las tallara en su pantalon desgastado. Sus orbes castañas entrecerradas miraban curioso al joven que reía alegremente con los de su elemento, un tanto retirado. A veces envidiaba el no poder tener algo en común.
¿El respirar cuenta?

Quería acercarse más no pudo. No es que fuera penoso o algo así. Le gustaba convivir. El problema era que cada vez que estaban frente a frente recordaba la asquerosa apuesta. ¡Se imaginaba teniendo relaciones con él! Maldito Géminis por ser tan curioso. Malditos los hermanos Sagitario y Aries por pensar cosas sucias.

—aquí vemos cómo el torito capta a su presa —escuchó una voz reconocida tras de sí. Rodó los ojos ante el relato que daba, era algo que solía hacer para molestar—. Los ojos con los que mira al chico aire es con deseo, realmente se lo come con la mirada, no entiendo porque no se da cuenta, incluso Libra que está con él, ya comenzó a asustarse.

—¿quieres callarte? No estoy de humor —bufó el apodado Toro, sintiendo el brazo enganchado que se puso en su cuello, captando el aroma a durazno que usaba Sagitario.

—¿quiris cillirti? Ni istiy di himir —hizo una voz chillona, recibiendo un golpe en su hombro—, puedo ayudarte a acercártele —sonrió.

Esa sonrisa pudo ser linda o cariñosa, más no lo fue, Tauro lo único que captó fue lujuria y diversión. Tembló. No quería su ayuda.
¿Qué acababa de hacer? Él sólo comía papas, ¡es la señal para que adelgace!

—¿eres imbécil? No necesito tu ayuda, suficiente tengo con revolcarme con él —frunció el entrecejo.

Sagitario rió.

—primero debemos reunir a los pasivos, my Lady —siguió juguetón, no prestando atención a sus objeciones. Hizo una llamada grupal para juntarse en su casa después de las clases.
De alguna manera todo iba a acabar mal.

Aquel chico aire fue el que sintió la mirada de asesino serial sobre su hermano, ese joven tierra que parecía discutir con el peli naranja. Entrecerró sus ojos curioso, parecía hablar con alguien en el celular.

—¿qué pasa? Me tienes frente a ti —la voz del mayor de los aire lo hizo voltear enfrente, captando a Géminis que hablaba por teléfono. ¿A él le marcó? Cruzamos miradas y sonríe—. ¿Saliendo de clases? Sí —pausó un momento—. Yo también te quiero.

Libra frunció el entrecejo ¿Querer? ¿Modo sentimental? ¿Ese de parejas? ¿Paternal? ¿Área de mejores amigos?

No estaba enojado, tal vez curioso. Sagitario, desde que chocaron fuera de la biblioteca le ha hablado más animadamente, casi cómo mejores amigos aunque nunca antes habían cruzado palabras. Curioso. No se queja, claro.

—¿quién era? —cuestionó, claro que ya sabía.

Miró la sonrisa ladina del otro.

—¿celoso?

—buen chiste.

—sí lo estás —el geminiano apoyó su peso sobre sus codos que reposaban en la mesa de la cafetería, colocando el celular a su lado. Observó fijamente la mirada fría del joven frente a él—. Te conozco, hermanito.

—¿por fin lo aceptas, Libra? —voltearon a su costado, el Acuarino aunque haya estado jugando en su celular concentrado, pudo captar la plática de principio a fin. Levantó la mirada cuando perdió, haciendo un mohín—. Puedes decirle algo cómo "oye, sé que no va mucho tiempo que hablamos, unos días, pero te he acosado desde que cruzamos miradas. Hace dos años. Sé todo de ti, pero tranquilo, fui a servicios escolares a preguntar sobre ti cómo petición de un profesor. Por cierto, te amo".

La Curiosidad Mató al Zodiaco 『GAY』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora