N/A: Uhhh, ¡es la primera vez que publico algo en la web! Ni siquiera he publicado nada en Fan Fiction todavía...
Bueno, esto es muuuuuy corto, creo que no llega a las 500 palabras D: Pero es el primer fanfic del maravilloso anime "Kuroko no Basuke" que escribí <3
Los créditos de la portada a Kuyomi01 (DeviantART) : http://kuyomi01.deviantart.com/art/Kise-Ryouta-366684732(La cambié e_e Luego busco de quién es gomen uwu)
Ya sin más (porque si no esto se va a volver más largo que el one-shot en sí) los dejo nwn.
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Despertarse solo. Completamente, sin nadie a tu lado.
Sin sentir el calor corporal de la otra persona envolverte acogedoramente.
Nadie que te sonría debajo de las sábanas cuando ve que abriste los ojos.
Que te diga "buen día", o siquiera una respiración constante – o hasta ronquidos, ¡por dios!
Kise deseaba, hasta ronquidos.
El sentimiento de absoluta soledad lo abrumaba tanto, que sus brazos estaban empezando a ponerse rojos de tanto apretarlos con sus manos, y sus ojos llorosos de tanto torturarse con pensamientos. Amanecer sin él era horrible, ya lo sabía. Mierda, sí que lo sabía. A veces se preguntaba si él lo extrañaba de la misma maldita manera – desesperada.
Extrañaba su egocentrismo – la manera en la que siempre se trata sobre él; en que lo trata a veces, tan bruscamente; en la que se sirve la ultima parte de comida que hay en la mesa.
Extrañaba su confianza en si mismo – cómo siempre estaba seguro que el rubio estaba mirándolo cuando saludaba con su mano estando de espaldas al irse caminando; cómo pensaba siempre que iba a ganar cada vez que jugaban juntos; cómo creía que no podía vivir sin él.
Aunque quizá no podía vivir sin él... Porque aunque tenía sus cosas malas, como todos, todavía estaban las cosas que a Kise más le gustaban.
Esas cosas maravillosas que amaba de él, y que lo hacían especialmente encantador: la forma en que reía cuando el rubio le contagiaba el entusiasmo; en la que sus ojos sonreían cuando hacia algo por él; en que acariciaba su cabeza despues de besarlo; en que se ruborizaba cuando él susurraba su nombre; o la sonrisa de costado que aparecía en su rostro cuando lo veía sentado en las gradas de algún partido suyo. La manera en que sólo a él lo dejaba ver su verdadero ser - y cómo todos creían que era egoísta, egocéntrico y despreocupado, pero a él le demostraba otras cosas provenientes de las profundidades de su persona.
Lo dejaba ver más allá, le demostraba que era algo más que un monstruo. Lo dejaba ver a través de sí. Y no deseaba a nadie más, porque con todos sus perfectos, no era perfecto. Y con todos sus desperfectos era perfecto.
Y de pronto, como si él hubiese adivinado sus pensamientos, oyó el teléfono sonar desde el bolsillo de su chaqueta, al lado de la cama. Se estiró para alcanzarlo, y leyó de la pantalla: "Mi casa. Hoy. 4pm. Mi ropa ya no huele a tu colonia de vainilla."
Kise sonrió inevitablemente. Podía parecer un pedido egoísta, sólo lleno de ganancia personal y para cubrir sus propias necesidades – pero no cualquiera se daría cuenta que un fin recíproco se escondía detrás... Él lo hacia por los dos, porque sabía cuanto el otro lo extrañaba también. Además de todo lo que disfrutaban de su mutua compañía.
Así era Aominecchi.