Éste one shot lo escribí en el 2011 cuando terminé Doctora Corazón, así que si ustedes ya leyeron DC, pueden leer libremente esto c:
Apuesta prenatal
Primer mes:
Sus respiraciones comenzaron apaciguarse, a tornarse más lentas después de aquella acción de ritmo tan candente. Sus cuerpos brillantes por esa delgada capa de sudor se complementaban de tal manera que, por un momento sus pieles parecían una sola. La fina mano de una mujer se mantenía firme y estática sobre el pecho de su esposo, y su cabeza perfectamente acomodada en el hueco de su clavícula.
—Ángel… —musitó Ailyn tratando de explicar de alguna manera el increíble momento que había vivido —. Demonios —suspiró luego de unos segundos, incapaz de expresar su satisfacción en palabras.
Apretó inconscientemente el pectoral de éste, rasgándolo ligeramente con sus uñas.
—Ahu. —Se quejó Ángel girando el cuello para verla. Contempló sus verdes ojos y una sonrisa se asomó en su rostro —. Oye, el anuncio de OldSpice tiene razón, cuando las mujeres sudan son sexys.
Ailyn soltó una limpia carcajada al mismo tiempo que se acostaba encima de él, posando sus manos sobre su fuerte abdomen como punto de apoyo. Acercó sus labios a los de él, pero antes de que se fundieran en un apasionado beso, Ailyn desvió la trayectoria, yendo directamente a su oreja.
—Es cierto, no se equivoca —coincidió por el momento, provocando que esbozara él una expresión arrogante —. Los hombres cuando sudan, apestan —agregó riendo nuevamente, mordiéndole ligeramente el lóbulo.
Ángel, aunque quiso reír sarcásticamente, no pudo. Quizás fue que su broma se le había regresado de manera insólita, o tal vez era la boca y lengua de Ailyn seduciéndolo con maestría.
—Eso se puede arreglar. ¿Nos damos un baño? —incitó tomándole el cuello y aproximándolo hasta sus labios. Besó su delicada piel y luego continuó con su mandíbula hasta culminar en su tibia boca.
Ailyn emitió un ligero gemido, pero antes de que pudiera profundizar aún más el beso, sintió unas terribles náuseas; una repugnancia agitó su esófago y subió rápidamente hasta su garganta. Cubrió su boca con ambas palmas de las manos y salió corriendo directamente al baño, pasando por los resplandecientes y elegantes mosaicos del piso.
—Claro, puedes adelantarte… Ahora te alcanzo —susurró Ángel algo confundido por la repentina desesperación de su mujer. Se sorprendió a sí mismo de su hombría.
¡Vaya, sí que la tenía loca de amor!
Mientras tanto, Ailyn expulsaba de forma brusca la deliciosa cena gourmet que había pedido en servicio a la habitación, la cual ingirió aproximadamente tres horas antes, y que ahora, era todo menos una presentación agradable al ojo humano.
—Carajo —masculló contra el váter.
Aferrándose a los bordes como si su vida dependiese de ello. Odia vomitar, era lo que más odiaba después de tener que soportar hombres acosadores e irritantes.
Sintió unas tibias manos sobre sus hombros, para luego levantarle el largo y ondulado cabello dorado de ellos. Con mucha gentileza le hizo un liviano peinado apartándolo totalmente de su cara.
—Debería de estar preocupado pero la verdad es que estoy un poco desilusionado —expresó Ángel acomodándose a su lado sin dejar de sostener su cabellera.

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Apuesta prenatal
HumorONE SHOT DE DOCTORA CORAZÓN El futuro de Ailyn y Ángel se creía que sería relativamente perfecto, pero cuando un embarazo no planeado te toma por sorpresa, hace que cambie todo el mundo a tu alrededor. ¿Serán capaces de controlar y poder sobrellevar...