La cámara se enciende, un hombre joven aparece frente a esta con una expresión demacrada y con rasgos y señales de no haber dormido durante semanas. Su respiración es pesada y tiene una mirada psicótica, como si algo lo atormentara a cierto punto de no poder ocultarlo. No puede dejar de temblar, parece estar muy asustado, como si algo o alguien lo estuviera viendo fijamente y el temiera por su vida. El sudar corre a través de su frente. Él toma aire intentando calmarse, tratando de buscar voz, intentando decir algo entendible a la cámara. Respira y empieza a hablar.
-Mi...- Hace una pausa mientras ve al suelo- Mi nombre es Robert, tengo 19 años y esta es mi confesión. Algo que quiero dejar para que cuando desaparezca, sepan que nos sucedió aquel día.
-No no no, no puedo hacer esto - Dice mientras, posa sus manos en la cabeza y su vos se desquebraja – No puedo, no puedo, no puedo.
Mientras dice esto, Robert se coloca en posición fetal, se escuchan pequeños sollozos, casi inaudibles. Al fondo se ve una pared desquebrajada, la atmosfera es tétrica y oscura, lo único que hace reconocible su cara es la visión nocturna de la cámara, la cual está cubierta por sus manos y ante piernas. Se tranquiliza un poco y vuelve a su posición, mirando fijo a la cámara con unos ojos vidriosos y con ojeras en estos.
-Listo, puedo continuar, tengo que hacerlo... Tengo que hacerlo, no puedo irme y no dejar evidencia, esto lo tiene que saber todo el mundo, no quiero que más nadie sufra, no quiero que más nadie desaparezca, no quiero que más nadie muera... Como yo- Habla frenética y psicóticamente hasta quedarse paralizado viendo la cámara.
La Casona grande, la que es de... ¡¿De qué maldito color era?! –Se altera y empieza a rascarse con fuerza la cabeza, pareciera que se arrancaría el cabello y con ello el cuero cabelludo- ¡Maldición!, en fin, esa casa enorme, es un infierno, parece abandonada, pero no es así. Me acerque por curiosidad y ahora el... Él me está persiguiendo. Había muchos cuerpos, no le gusto que viera los restos de su comida, era vomitivo ese lugar. Esto lo hago por el bien de los demás.
Al fondo se escuchan unos pasos lentos, pero pesados. Él se voltea rápidamente y mira por encima de la cámara, la cual cae al suelo a un lado, y se escucha un sonido ensordecedor, el sonido de detonación de una escopeta. Al frente de la cámara recostada del suelo aparecen unos pies huesudos y la grabación se detiene al escucharse un sonido bastante extraño.
Esto fue lo único que se pudo recuperar de aquella vieja cámara que encontramos al lado de la carretera aquella tarde naranja. Ese día se sentía la brisa fresca del verano recorrer todas las cerdas de mi cabello y mis compañeros bromeaban y reíamos, hasta que encontramos dicha cámara, la cual estaba rota y la película que estaba adentro de ella estaba muy maltratada. De inmediato decidimos repararla. No fue por diversión, no fue por hobby, algo nos atrajo a hacer esa tarea, era casi increíble lo concentrados que estábamos en ello.
Al tiempo de repararla y verla, nuestra curiosidad aumento y decidimos aventurarnos a la vieja casa. ¿Qué nos esperaría allí? Era casi imposible imaginar el terror que se observaba en la cara de aquel pobre muchacho, con el que algunos de nosotros quedamos horrorizados con el final de su pobre, miserable y desgraciada vida. Solo pensaba en que pasaría por su mente en aquel momento en que aquella cosa entro a la habitación donde este se ocultaba y arremetió contra el con una despiadada violencia. Supusimos que aquella persona, o criatura debía estar aún oculta en la oscuridad e inmundicia de aquella vieja casa, parecía casi una película de terror, para nosotros era casi una fantasía loca y demencial de algún cineasta imbécil que solo busca el dinero mostrando algo de sangre en la pantalla. Yo solo quería ir allí y comprobar que todo era una farsa, que solo era una actuación o alguna broma de muy mal gusto, después de todo, no creo que haya gente tan despiadada en la tierra. O tal vez me equivoque, la vida nos ha mostrado cosas muy crueles y cuando pasan a esta escala, a los individuos les afecta de cierta manera, de una manera aterradora, perjudica sus juicios y muchas veces corrompe sus espíritus y su fe se va desquebrajando poco a poco, hasta ser seres sin alma y huecos, como muchos de los que cometen estas atrocidades.
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Trampa para ratas
Short StoryAl lado de un camino, en una fría y naranja tarde, un grupo de amigos descubren una cámara con una extraña grabación en ella, algo les hace adentrarse en una vieja casona donde no solo los cadáveres emanan un miasma putrefacto.