Sus dedos se deslizaron por las teclas bicolor y elevó la mirada cuando la última nota flotó en el aire luego de que sus manos se hubieran detenido –buen trabajo joven Kim, ha mejorado bastante- sonrió –y me atrevo a decir que podría convertirse en uno de los pianistas más prometedores del país si continúa con el mismo ritmo-
-¿Por qué no en el mejor?- cuestionó y sonrió cuando se levantó de aquel banquillo frente al hermoso piano de cola negra que descansaba en aquel salón con decoración clásica y lujosa.
-Dicen que la seguridad es tan importante como el talento y veo que ya va adelantado en ambos casos- su maestro de piano lo despidió en la entrada más tarde y subió al auto negro que pasó a recogerlo de sus clases de piano como casi todos los días hacía de la misma manera después de sus clases universitarias.
A sus 19 años tenía un futuro prometedor, no solo era uno de los jóvenes más talentosos de la escena de la música clásica de Corea, sino que también pertenecía a una de las familias más ricas del país, lo que le había dado un estatus y un trato especial desde antes de nacer. Ropa, autos, viajes, bienes, pretendientes, podía tener todo lo que quisiera solo por llevar el apellido Kim y la sangre de sus padres, y eso le gustaba, saber que no había nada que no pudiera conseguir si se lo proponía, incluso si se trataba de hacer que una persona dejara lo que iba a obtener solo por llevar su mismo apellido.
Miró por la ventanilla del auto y supo que probablemente se dirigían a la mansión de su familia, después de todo era fin de semana así que no tenía que asistir a la universidad y sus ocupaciones como primogénito de su familia ya habían sido realizadas por ese día.
-Su madre lo está esperando en el estudio joven Kim- le dijo la sirvienta que lo recibió en la entrada una vez que bajó del vehículo.
-Entiendo, prepara dos tazas de té y llévalas al estudio- la mujer asintió y se retiró con rumbo a la cocina mientras que por su parte caminaba por la estancia para luego subir las escaleras que le llevarían a la segunda planta.
La mujer de cabellos negros le había recibido con una pequeña sonrisa maternal y mientras el silencio gobernaba el espacio entre las cuatro paredes, le vio subir la mirada y dejar la taza de té a un lado para al parecer por fin mencionarle el motivo que había requerido de su presencia.
-Mi padre incluyó en el testamento al hijo de esa mujer- comenzó –de seguro debe de estar contenta luego de todos estos años al ver que reconocen a ese muchacho- y no pudo evitar sonreír divertida por la ironía de la situación.
Las cosas habían estado un poco tensas por el tema de la salud de su abuelo, los doctores mencionaron que no faltaba mucho para que se fuera y aunque este parecía estar mejor mientras descansaba en la tranquilidad de su hogar, la realidad era que estaba llevando las cosas con calma y organizando lo que hacía falta para antes de partir, lo que le había llevado a modificar su testamento según supo.
-No creo que sea justo que alguien que no tiene tanto tiempo en la familia y que ni siquiera sabemos si lleva la sangre de mi hermano también reciba parte de la herencia de tu abuelo, ¿no crees?- cuestionó y sonrió de medio lado luego de tomar la taza de té de la mesita, al notar que parecía que su hijo no pensaba de manera muy distinta a la suya.~°~
Miró su reloj de muñeca mientras el auto avanzaba por las calles y cuando miró a través del cristal supo que ya había llegado –detente luego de doblar en la esquina- el chofer le abrió la puerta una vez que se detuvieron y el menor acomodó sus ropas antes de internarse en aquella escuela a la que no pertenecía.
Su madre había sido muy clara, tenía que hacer que el joven que aparecía en el testamento rechazara la parte de la herencia que su halabeoji le había otorgado luego de las modificaciones o en todo caso, que pidiera ser eliminado de este, pero sabía que no sería muy sencillo si el dinero era lo que querían.
-Miren a quien tenemos aquí, ¿ya terminaron tus clases?- preguntó con una mueca pretenciosa que solo alguien con un traje caro y un rostro como el suyo podía jactarse de usar sin que le criticaran por ello.
-¿Qué haces aquí?- preguntó un castaño al girar a su derecha y encontrarse con el mayor luego de pensar que reconocía la voz ajena.
-¿Esa es la forma de saludar a tu propia familia?- preguntó dando un par de pasos para acercarse –no deberías hablar de esa manera o las personas pensarán que hay problemas entre nosotros pequeño primo- y sonrió al verlo desviar la mirada como si se hubiera dado cuenta de que tenía razón.
No le agradaba en realidad el castaño menor que él por dos años, pero si quería convencerlo de dejar la herencia tenía que hacerse un poco más cercano para encaminarlo a esa decisión.
-De todas maneras no deberías estar aquí- comentó empezando a andar siendo seguido por el pelinegro -¿no se supone que tienes clases en la universidad?-
-No deberías preocuparte tanto por mí- respondió –además estoy aquí para llevarte, Kyuhyun-ah- agregó, logrando con ello que el más joven se detuviera y volteara a mirarlo confundido.
Kyuhyun era su primo o en otras palabras, el hijo del hermano de su madre, pero el detalle que causaba problemas era el hecho de que la progenitora del castaño no pertenecía a su círculo social, sin olvidar que había sido extraña su incorporación a la familia Kim y es que luego de un tiempo fuera, su tío había regresado del extranjero con la idea de formar una familia con una joven y un niño de cuatro años que ni siquiera sabían que existía y que este había explicado era suyo.
"Mi hermano es demasiado bueno, siempre lo ha sido" había comentado su madre alguna vez, asumiendo que Kyuhyun era de algún otro hombre porque no se parecía a su hermano en ningún aspecto y reforzaba su teoría de que la madre del menor había convencido a su consanguíneo de que la había embarazado para poder atarlo al matrimonio al saber que pertenecía a una familia pudiente, todo lo contrario a ella.
El más alto iba en silencio en el auto y aunque estaba sentado a su lado parecía apartado de alguna manera, por lo que optó por tomar la palabra –he estado pensando...- murmuró atrayendo su atención –no pasamos mucho tiempo juntos a pesar de que somos los únicos descendientes Kim- estaba seguro de que debía tener algunos familiares por parte de su madre pero no conocía a ninguno y realmente no le interesaba hacerlo, mientras que por su parte, su padre era el hijo único de una familia igual a la suya, así que su único familiar cercano por llamarlo de alguna manera era Kyuhyun.
-Como si realmente desearas hacerlo- dijo sin poder contenerse, estando al tanto de la mirada oscura que en más de una ocasión le había mirado como si fuera algo desagradable cuando visitaba a sus abuelos por asuntos meramente estrictos sobre la familia que su padre manejaba, a pesar de que no deseara asistir.
-¿Y si fuera así qué harías?- preguntó –no sé si me equivoque pero sonaste algo resentido con tus palabras como si estuvieras molesto por el hecho de que no pase tiempo contigo- y sonrió al verlo incómodo por alguna razón, y pensó que podría volverse cercano si se esforzaba solo un poco más debido a que al menor parecía no molestarle del todo la idea de tener su presencia cerca.
-No soné de ninguna manera, no afirmes cosas que no son- se defendió y el pelinegro sonrió.
-Me agrada esa actitud obstinada que tienes- comentó haciendo que el castaño se cohibiera al no estar acostumbrado a los halagos, en especial por parte de la familia de su padre –si fueras muy blando sería molesto- agregó y cuando el auto se detuvo minutos más tarde frente a una casa lujosa miró al castaño una última vez antes de que bajara del auto –deja este fin de semana libre, vamos a salir juntos-
-¿A dónde?- cuestionó el castaño sin estar muy seguro de salir con el mayor.
-¿Acaso importa?- rebatió –pasaré por ti a las siete treinta en la mañana, así que más te vale estar listo antes-
Vio al castaño de pie a través del espejo retrovisor y sonrió, al parecer había creído ese cuento de los primos cariñosos por el asunto de la familia y aunque sabía que podría ser algo complicado debido a que no le agradaba su presencia y este parecía poner una pequeña barrera entre ambos, notó que este de alguna forma deseaba ese acercamiento o ¿por qué otra razón sus palabras habían sonado molestas cuando puso en duda su deseo de acercarse a él? De seguro si él no quería su tío le convencería de acercarse a su familia.
Jonghoon miró el reloj costoso que descansaba en su muñeca y bufó con cierto fastidio en la parte trasera del auto, ya iban cinco minutos después de la hora acordada y el sujeto en cuestión todavía no salía –espera aquí, iré por él- le dijo al chofer y bajó del auto con clara señal de molestia en la cara; no le gustaba que las personas le hicieran esperar y perder su valioso tiempo.
-Joven Jonghoon- dijo confundida la jefa de sirvientas al verlo en la entrada cuando fue a revisar quién llamaba al timbre.
-Buenos días, ¿puede decirme dónde está la habitación de mi primo?-
Subió las escaleras al rechazar las sugerencias de aquella mujer mayor sobre que le esperara en la estancia y se tomó un respiro antes de abrir la puerta para no ser demasiado duro con el joven en el interior, pero apenas abrió una sonrisa adornó sus labios.
-¿Qué haces aquí? ¡Cierra la puerta!-
-Venía a ver por qué tardabas tanto cuando claramente te dije que estuvieras listo antes de la hora acordada- respondió sentándose en el borde de la cama luego de cerrar la puerta sin importarle su decoro juvenil al tratar de cubrirse el torso con una camisa al estar medio vestido.
-Ya casi salgo, puedes esperar en la planta baja- le recordó sintiéndose incómodo.
-Puedo esperar aquí, no quiero que tardes tanto, además- señaló su camisa –deberías de dejar eso, ¿acaso eres una mujer? Ambos somos varones y no es como que me interese ver tu pecho plano y pálido- se burló y lo próximo que supo fue que algo le había golpeado la cara.
-Eres un idiota- lo maldijo el castaño y Jonghoon aunque trató de conservar sus modales se levantó porque nadie le llamaba idiota ni le trataba como si fuera cualquier persona, así que tomó uno de los cojines sobre el colchón y se lo arrojó a la cabeza.
-¡¿No sabes cuánto tarde peinando mi cabello esta mañana?!- se quejó y el moreno enarcó una ceja –espera abajo, solo dame diez minutos y estaré listo- se rindió.
Jonghoon no acostumbraba obedecer a personas como Kyuhyun, pero se había sentido un poco confundido al escucharlo porque al parecer el pequeño se había esmerado en lucir presentable y si lo recordaba, aquel día en la escuela su cabello estaba terrible lacio sin ninguna clase de orden y a pesar de que llevaba un uniforme caro este realmente no lucía muy bien en su cuerpo.
"Al parecer está emocionado por la salida" pensó y de alguna forma le pareció un poco divertido porque no parecía un joven de 17 años sino un niño pequeño al que le dicen que irá a conocer a su personaje favorito.
Kyuhyun se sentía un poco extraño al ir sentado en la parte trasera a un lado del mayor, no estaba acostumbrado a que su otra familia se portara amable y las únicas ocasiones en que había estado cerca del mayor había sido en los festejos importantes como el chuseok, navidad y quizás año nuevo, pero nunca había pasado más de cinco minutos en su presencia así que se sentía un poco incómodo.
Su padre iba a cumplir tres años trabajando en el extranjero pero los visitaba en fechas importantes durante el año e incluso se las ingeniaba para visitarlos a él y a su madre en sus cumpleaños, así que no era tan malo, en especial si se daban el tiempo para tener vídeo llamadas los fines de semana para saber cómo estaban las cosas en casa y saber cómo iba el trabajo.
La relación con los Kim era complicada y llena de conflictos para su madre y para él y debido a ello también lo era para su padre, pero en ese momento a pesar de que no quisiera estar cerca de su primo, se dijo que era una buena oportunidad para intentar llevar una relación cordial porque sabía que eso haría felices a sus padres.
-¿A dónde iremos?- preguntó el castaño mientras veía las cosas desaparecer por la ventanilla mientras avanzaban por las calles.
-Iremos a un buen restaurante que abrió hace poco-
-Ah...- el moreno volteó a mirarlo y vio a este apartarse de la ventanilla para "hundirse" en su asiento.
-¿Tenías alguna otra idea en mente?- preguntó y es que había sonado decepcionado, pero aunque no le interesara realmente lo que pensaba si quería ganárselo debía hacer ciertos sacrificios como el hecho de escuchar sus sugerencias.
-Quería ir al parque de atracciones... se supone que iría con unos amigos este día pero...-
-¿Yo arruiné tus planes?- preguntó con cierta molestia.
-De alguna forma- confesó y el moreno sonrió sintiendo que deseaba golpearlo en ese momento por decir las cosas de esa manera como si fuera una pérdida de tiempo tener su presencia cerca de él cuando otros estaban encantados con la idea.
-Entonces vayamos al dichoso lugar, no quiero que te pongas a llorar como un crío por no poder salir con tus amigos por una vez- dijo con molestia, aunque al menos sabía que su familia estaba primero antes que esas personas que no tenían ninguna clase de lazo sanguíneo con él.
-No soy un crío- se quejó.
-Pero lo pareces con tu comportamiento- respondió y luego de aquella pequeña discusión se sintió un poco molesto consigo mismo al rebajarse a su nivel para discutir como si fuera un pequeño en lugar de uno de los únicos descendientes Kim y un gran prodigio del piano; parecía que el castaño sacaba lo peor de él.
Apenas llegaron al parque de atracciones Kyuhyun comenzó a arrepentirse pero no por el hecho de estar en uno de los únicos lugares que le ayudaban a relajarse de estudiar todo el tiempo sino por el hecho de que el sujeto que lo acompañaba parecía estar caminando en un establo lleno de estiércol por la expresión que llevaba plasmada en el rostro como un tatuaje. Sabía que probablemente el lugar no estaba a la altura de Jonghoon ni de ningún Kim, pero al menos le hubiera gustado que hiciera el intento por verle el lado positivo.
-Comienzo a cuestionarme qué clase de amigos tienes, deberían cambiarte de escuela a una con mejor categoría o dejarás a la familia en vergüenza- el castaño asistía a una preparatoria privada pero las personas del lugar no parecían estar a la altura, no conocía a ningún hijo o hija de una familia respetable que quisiera ir a un lugar horrible con comida insalubre e instalaciones que dudaba que tuvieran los permisos adecuados para funcionar, sin olvidar que parecían ser más viejos que la era Joseon.
Lo mejor era cambiarlo antes de que lo echaran a perder más.
-Tengo amigos que me entienden- dijo con molestia por el hecho de que hablara así de ellos sin siquiera conocerlos –además, ¿por qué debería importarte dónde estudio o si avergüenzo a la familia? Tú no...- y se calló cuando sintió un golpe en la mejilla.
-No permitiré que me hables de esa manera, ¿acaso crees que hablas con uno de tus amigos?- se burló –soy un Kim, debes respetarme- le recordó.
-Ni siquiera te mereces mi respeto- susurró con coraje y pasó por su lado para alejarse.
-¡¿A dónde crees que vas?!- cuestionó sujetándolo del brazo.
-A casa, así que no te molestes en seguirme, yo me las arreglaré por mi cuenta- se soltó bruscamente y Jonghoon maldijo en silencio cuando vio al castaño perderse entre las personas, se suponía que debía ganarse su confianza y ahora parecía que estaban peor que al inicio.
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Herencia familiar {YeHyun}
FanfictionLas relaciones familiares podían ser complicadas en muchas ocasiones y más aún cuando había dinero involucrado de por medio, pero él nunca esperó que la relación que trataba de comenzar daría paso a otro tipo de sentimientos, en especial cuando aque...