Juliam. "una navidad junto a ti"

No dejaba de temblar. Era un hecho. Tan cierto como que sus ojos eran marrones o que sus labios eran rosados. Besar su cuello... pasar mi lengua por la pequeña marca de nacimiento que se encontraba en el lado izquierdo de su piel, sí, sabía todo acerca de él. Había explorado cada parte de su cuerpo, en especial aquella noche en la que juro cuidarme y no hacerme daño. Comenzamos a sudar mientras el placer se apoderaba de nosotros. Era mi primera vez. Ahí fue cuando supe como era cada lado de sus huesos y piel... y también fue cuando me enamoré aun más de él. Sus ojos se cerraban y ponía sus cejas de esa manera que solo él sabe hacer. Su respiración entrecortada, mis manos aferradas a su espalda, una experiencia que jamás se olvida.

En conclusión el me gustaba mucho, estaba completamente enamorado de él, y aunque no lo crean, los nervios aun se apoderaban de mi en cuanto lo veía, sus ojos brillantes... belleza absoluta.

.....

Bajé del avión, aunque parezca alguien fuerte a veces los nervios me llenan y no puedo evitar tambalear, bueno, para ser sincero eso solo me sucedía con él.

Lo vi ahí, esperándome en una banca azul con su carita tierna, piel morena y esas manos que me excitaban. Ya era hora, la navidad llegaba y aun quedaba mucho por hacer. Se lo había prometido por todo el año que habíamos estado juntos {hasta ahí ya que ahora son dos} una navidad perfecta, lejos de todo. Era la primera vez que no la pasaba con mi familia, como también la primera vez que él no la pasaba con la suya.

Trate de sorprenderlo llegando por su espalda, me acerqué y aclaré mi garganta y traté de poner un acento extraño junto con un tono grave.

-¿puedo hacerle una consulta?- el no se movió para mirarme, estaba concentrado en la puerta del equipaje.

-Claro.

-Ok... -deje de hablar raro- ¿Sabía que lo amo?

Sus piernas comenzaron a temblar y una sonrisa se formó en su cara, acerqué mis labios a su rostro y besé su mejilla. Él se levantó y me abrazó. Nos separamos un poco para observar nuestros ojos y unir nuestras miradas.

-Liam. -suspiró- cariño. -sonrió- no te vi salir.

-Eso es lo que quería, sorprenderte.

-Te amo

-Yo más -no aguanté, encarcelé sus dedos con los mios, puse mi mano en su espalda para acercarlo a mi y comencé a besarlo. Un beso largo y delicioso, de esos que la saliva se mezcla para formar el mejor sabor del mundo, uno que ni el chef mas famoso y profesional en Francia puede lograr. Su sabor. Lo extrañaba. Acaricié su mejilla y le pedí que nos fueramos a casa ya que no podía esperar más.

Caminamos hacia su auto, un fuerte viento cocho en mis oidos y aunque solo una bufanda me protegía me la saqué para darsela a él. Sabía que no la aceptaría asi que yo mismo la puse en su cuello.

-¿Julio? -tomé su mano.

-¿Que pasa amor?

-Te extrañé.

Una pequeña sonrisa apareció en su carita y sus ojos se llenaron de lágrimas. No me gustaba verlo llorar así que aprete su mano con fuerza. Esto hizo que suspiraba... dios todo poderoso amaba sus suspiros.

Llegamos al auto y me ayudó a guardar mis maletas. Eran unas 3. Se que si cualquier persona me viera pensaría que soy un chico al que le importa la ropa pero en realidad dentro de ellas solo habían cosas que luego necesitaría en la sorpresa que le preparaba a Juls.

Luego de esto subimos y encendí la radio.

Sentí como otro largo suspiro se escapaba de sus labios y desee esta vez haber podido atraparlo con mis labios.