Capitulo 1: Ella

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Nos conocimos en el primer amo de la secundaria, nunca le había prestado atención, si le veía, era imposible no hacerlo con la maraña en su pelo y su altura, pero no le prestaba atención. Para el fin de ese año se había esparcido un rumor de que ella gustaba de mi, claro que no era nada importante, teníamos 12 años, pero si lo fue para mi. Empecé a notarla y a prestarle más atención. De vez en cuando la miraba y nuestros ojos se cruzaban y ella giraba su cabeza, era tierno, otras veces pasaba al revez: ella me atrapaba mirándola.

Al año siguiente su pelo estaba mas sedoso y calmado en cierto modo, ella había cambiado, antes solía vestirse a color, pero ahora solo negro, rojo y algún que otro color, nunca escuchaba rock y para ese entonces escuchaba varias bandas, todos la notaban un poco mas madura y distinta, yo no, seguía siendo la misma: Una chica alta de cabellos y ojos marrones, con una sonrisa rara y perfecta, insegura, algo maleducada, profunda y con nada de interés en la sociedad. Ese año supongo que dejo de interesarse en mí. Si a veces nuestras miradas se encontraban, pero no siempre, ya no la atrapaba mirándome. Me gustaba saber que le gustaba, que nos queríamos aunque nunca fuera a declárame, no me animaba y temía a lo que los demás fueran a pensar, nadie la veía como yo, ella era parte de, por decirlo de una manera, los marginados o fracasados y yo no. Yo no era como ella, a mi me importaban las opiniones ajenas. Nunca entendí que determinaba tu grupo, si ella era linda, si era fuerte y ágil, era inteligente, nunca vi por que todos la rechazaban. Ese verano me dije que en el tercer año por fin le diría, claro que no fue así.

Terminado el verano empezamos tercer año de la secundaria. El año en que le diría algo, la verdad casi no halábamos, dudo que ella realmente me conociera en ese punto, pero yo si a ella, la miraba, escuchaba y pensaba, la conocía bastante bien. Nosotros vivíamos a una cuadra de distancia y ese año, gracias a que nuestras mamas se conocieron y se hicieron bastante amigas, nos volvíamos juntos del colegio, caminando solos. A veces ella me daba un auricular y escuchábamos música, claro la suya, me mataba si ponía cumbia reggeton aunque ella evitaba poner las canciones mas raras o mas "metal" por así decirlo. Intente decirle varias veces pero no pude, le temía a su rechazo, sabia que le gustaban los rubios, pelirrojos y morochos, altos, de piel clara y si o si con ojos claros. Yo era y sigo siendo alto, rubio y de ojos celes pero en algunas fiestas vi que se le acercaron varios así y aun así los rechazaba, ya se por que dicen que las mujeres son complicadas. Un viernes en una fiesta colmo el vaso, ese día me hizo querer decirle y abrazarla sin soltarla. Había besado a un chico, justo enfrente mío, no era cualquier chico, era un pelirrojo un año mayor que jugaba al rugby con migo, él lo sabia, e igual la beso.

En cuarto año todo fue igual, no cambio nada, los grupos se fueron dividiendo, ya no había prejuicios pero cada uno se seguía juntando con los suyos. El último día de clases lo hice. Sonó la campana, y todos salieron rumbo al verano. Justo en frente de todos, en la salida, cuando ella y yo partíamos a nuestras casas, la agarre y la bese. Me aparto y salio corriendo. Logre alcanzarla unas cuadras después. Fue un camino sin palabras, por primera vez no me ofreció escuchar música y ella sola se puso sus auriculares. Llegamos a su puerta.

-Siento el beso- le dije

-Se que no lo sientes, uno no se tira a alguien por un incidente- Ella lo sabia

-Tienes razón, pero hace tanto que quiero hacer eso- No pude seguir, me interrumpió

-¿y por que no lo hiciste antes?

-Tenía miedo

-Que tengas un buen verano Marco

Luego se fue y entro a su casa. La había cagado. Mierda.

El verano pasó lento y finalmente pasamos a nuestro anteúltimo año del secundario. Fue incomodo verla. Ella llevaba su cabello usual marrón corto y suelto, pude notar un arito nuevo en su oreja, aparte de los normales tenia dos y este ultimo fue el tercero, ella estaba bastante bronceada, lucia su uniforme, pollera verde oscuro y azul marino escocesa, camisa blanca y medias también azules. Fui hacia ella, pero salio caminando con Gabrielle y Sophia, sus dos mejores amigas. Paso el resto de la semana ignorándome, no era que nunca nos encontrábamos, literal me ignoraba, para peor me miraba, pero no esa tierna mirada de antes, si no esa que me recuerda cuanto la había cagado, la conocía, sabia como le gustaría que hicieran esa declaración y sigo sin saber por que no lo hice así, esto no podía terminar así, la iba a tener, Ella iba a ser mía.

A la semana siguiente la vi en los lokers, estaba sola y como su loker estaba en la punta no se podría ir, era mi oportunidad.

-No me saludaste- dije rascándome la nuca, no fue el mejor inicio

-Pensé que vos querrías hacerlo

-Si quise pero me ignoraste

-No te ignore- dijo tranquila mientras seguía sacando sus libros y cuadernos, me estaba jodiendo

-Si lo hiciste

-Bue, puede ser que si

-Tan malo fue lo que hice

-No

-Entonces, ¿Por qué no me hablas más?

-Es complicado

-¿Por que? No entiendo

-Por que- Hizo una pausa -Me gustaste y cuando me besaste, no se, como que algo quedo, o volvió no se, pero antes de ese beso, no se como explicarlo

-Antes era menos complicado- Me di cuenta como se sentía, estábamos en la misma.

-Exacto

-Nosotros lo hacemos complicado- Ella hizo silencio -¿Podríamos dejar de hacerlo cierto?

-Supongo- dijo corriéndose el pelo de la cara -¿Cuándo empezamos?

-¿Por qué esperar?

Le di un pequeño beso y ella lo correspondió, lo que fue seguido por el timbre, Ella se separo, no quería hacerlo pero la gente estaba empezando a llegar, y si algo esta mas que prohibido es hacer ese, puntualmente ESE tipo de cosas.


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⏰ Última actualización: Nov 13, 2016 ⏰

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