Solo un compañero

68 9 44
                                    


Bueno, bueno, bueno, estoy aquí de nuevo, esta vez con un -no sé su nombre oficial-, Andy x Ryuho, que espero os guste. Así que, sin más, a leer, y para más información está la nota de abajo.

VictoriaPkmn :D

*****

       Después del fatídico día de la fiesta sorpresa, Fushimi-san está bastante irritable, al menos conmigo, ¿qué se supone que he hecho ahora? Mis informes están impecables, bueno, más o menos, pero lo intento, él no me cree cuando le digo que me estoy esforzando por no explicar gráficamente las misiones, de hecho, nadie me cree, salvo Kamo. La última idea que ha tenido nuestro superior es que, en palabras textuales "dibuje mis horribles explicaciones en una hoja aparte y no en el informe que, dicho sea de paso, es un documento oficial que el bastardo del rey ignora bastante", sí, tal cual me lo dijo ayer, solo espero que el capitán lo oyese y le impusiese un castigo merecido... ¿a quién quiero engañar? El capitán nunca le sancionaría por eso, de hecho, no le sancionaría por nada, estoy seguro de que, en el fondo, disfruta con sus comentarios mordaces, aunque ponga en entredicho su honor como rey azul.



―¡Domyoji! ―alzo la cabeza del informe y me encuentro al mentado superior frente a mi mesa, a su lado está un muy incómodo Akiyama―. Vamos, tengo una cosa para vosotros dos.



       Me levanto confuso, miro a Kamo esperando que intervenga a mi favor, pero sus ojos reflejan lo mismo que los míos, supongo que esta vez me toca afrontarlo como lo que soy, uno de los cuatro comandantes de Scepter 4, aunque convenientemente nadie lo recuerde. Los tres caminamos por los pasillos vacíos, no sé si eso es bueno o malo, hasta llegar a una de las múltiples salas que nadie usa más que en casos concretos, Fushimi-san es el primero en entrar, sobre la mesa hay un montón bien grande de papeles, es entonces cuando empiezo a temblar de miedo.



―Lo prometido es deuda, este es vuestro trabajo de hoy, repartíoslo, quiero los informes terminados en mi mesa a las ocho, eso son unas doce horas ―lo miro con la boca abierta, ¿doce horas seguidas de trabajo? Ni en mis peores pesadillas Fushimi-san es tan cruel―. Cada minuto que perdáis será peor para vosotros.



       Una vez nos ha calado el ultimátum, nuestro superior se va cerrando la puerta tras él, y puedo jurar que ese sonido es el peor que he escuchado en mi corta vida, más aún que la palabra "trabajo" en boca de la teniente. Miro a mi compañero de desgracias y lo encuentro dividiendo la montaña de papeles en dos partes antes de sentarse ante uno de los ordenadores, quitarse el abrigo y dividir su montón en otros más pequeños, decido seguir su ejemplo. Unas horas más tarde tengo la mitad de los informes dispersos a mi alrededor y la otra bajo la mesa cuidadosamente ordenados, Akiyama no ha levantado la vista del ordenador desde que se sentó y el silencio empieza a inquietarme.



―Esto... Akiyama ―el aludido me mira un segundo antes de volver a la pantalla―, ¿a qué se debe el trabajo extra?

―Es por lo del otro día, cuando terminé tus informes. Después de que salieras me dijo que hablaría con la teniente sobre nuestro trabajo, no creí que fuera a hacerlo de verdad.

Solo un compañeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora