Parte 1

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  Sus ojos estaban clavados en mi, sus pupilas negras parecían acuchillarme más que la nieve a mi alrededor. Tenia la sensación de que aquel hombre me observaba detenidamente aunque quizás miraba las imponentes montañas de nieve detrás de mí.Me acerque y cuando estuve lo suficientemente cerca mi corazón y mis ojos se dilataron en horror.


Tenía un hacha clavada en la espalda, y la sangra goteaba en el piso de madera de su pequeña cabaña.Toque su cuello para ver si había pulso en el, pero para mi sorpresa y horror no había ninguno ,aparte su cuello estaba tibio lo que denotaba que el repugnante hecho se había llevado a cabo minutos antes.

Mire a mi alrededor, no había mas que nieve , una cabaña y un bosque, era el escenario perfecto para un asesino.




Mi amigo y yo habíamos decidido viajar a Nepal y recorrer los senderos más peligrosos en busca de aventura. Leo y yo habíamos recorrido ese mismo sendero el día anterior pero como la noche nos alcanzó volvimos a las cabañas donde nosotros y diez extranjeros nos hospedabamos. Renuente a caminar al día siguiente ,Leo se había quedado en las cabaña mientras yo decidí terminar lo que habíamos empezado.




Cuando llegue a mi cabaña exhausto y exaltado ; solo estaban mis cosas, la cama de Leo estaba vacía, había una nota que decía que había recibido una llamada urgente y que tuvo que suspender el viaje ,que me llamaría en cuanto pudiera, vi que dos de las tres motonieves no estaban ,aparcadas afuera.
Tal vez Leo había viajado hasta el pueblo en una de ellas, tomado un avión e iba en camino a Jamaica después de todo, habían pasado siete horas tras mi regreso.


De repente recordé algo espantoso, Leo no tildaba las palabras,y la letra estaba escrita con perfecta ortografía.
Cerré la puerta con llave, decidí no contar a nadie del homicidio, y pensé en la eminente posibilidad de no volver a Leo con vida. Me sobrevino una profunda tristeza e impotencia . Mire mi reloj eran las seis de la noche , no podía escapar de aquel lugar sin morir de hipotermia o sin sentir una pesada culpa de dejar gente inocente morir en manos de un asesino uno a uno.

Sonó la campana de la cena y mientras comíamos en aquella pequeña cafetería no podía dejar de pensar que aquel asesino podría estar más cerca de lo que pensaba.  

Muerte en la cimaWhere stories live. Discover now