La chica estaba aferrada al ataúd de aquel que fue su dueño. Mientras, familiares, amigos y conocidos, iban despidiéndose de él. La joven lloraba desconsoladamente aunque nadie aplacaba esas lágrimas, la dejaron estar junto al féretro de su amo. Hasta que, cuando hubieron movido y enterrado el cuerpo, un grupo de chicas empezaron a atacar a la solitaria e indefensa muchacha.
- ¡Hey, Fea! Que haces aun aquí, vete a la perrera.- empezó la más grande.- ¡Oye! No me ignores.- la agarró del pelo.
- Mírala, aun lleva el peinado trenzado- comentó otra tirándole de la trenza que llevaba atada alrededor de la cabeza. –Ya no tienes dueño, no tienes derecho a llevar esto, muerte con él si es lo que quieres.
La muchacha apretó los dientes mientras las chicas empezaban a tirarle del pelo y a golpearla, se negaba a decir nada, pero las lágrimas silenciosas no paraban.
- Jefa, esta es una sosa- protestó una, soltándola después de rasgar la chaqueta de la golpeada joven.
- Tienes razón, no vale la pena- Suspiró soltándola.- si tu dueño no te dio un collar es que no te quería- Le escupió y se marcharon riéndose.
La chica se arrestó hasta la lápida de su dueño y se tumbó sobre la fría piedra mientras las lágrimas brotaban y brotaban. Allí se quedó con la ropa desgarrada y el pelo alborotado hasta que ya no pudo llorar más.
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Solo un nombre más (Reescribiendo)
FantasyEl mundo nunca fue un lugar bonito, nada es fácil y las despedidas son dolorosas. En este mundo están los humanos y los Inus, estos últimos tratados como una herramienta de trabajo. Si el mundo es duro para un humano, ¿como ha de serlo para un Inu...