Feelings for you

Prólogo

Para Irina, el amor fue como un tabú desde el principio.

El amor en un aspecto romántico para ser exactos.

Una especie de tema que su madre nunca se atrevió a tocar y, por consecuencia, ella siempre se abstuvo de preguntar. Estaba casi completamente segura que esa mirada fría y mueca de oscura nostalgia, dedicada con cortesía y sin falta de su madre, cada vez que hacia una leve insinuación con respecto al tema se debía por la ausencia de un padre del que apenas y sabía algo... algo tan simple como un nombre y una vieja y descolorida foto de formato polaroid donde yacía la desgastada silueta de lo que se suponía que era su progenitor junto a la más radiante, hermosa y genuina sonrisa que desde hace mucho que no veía en el rostro de su madre. Apenas y podía reconocer bajo que contexto había sido tomada esa foto -un baile de graduación era lo más probable por la forma de vestir de ambos y la decoración del panorama-, debido a las muchas manchas y capa de deterioro que poseía ese pequeño y arrugado pedazo de plástico.

Y no es que su madre era alguna especie de mujer cruel, carente de emociones o amargada. No, no, ¡al contrario! Era una mujer que tenía mucho de que admirar; fuerte, sabia, valiente, bondadosa, justiciera y muy cariñosa. Toda una mujer luchadora que sudo la gota gorda para poder brindarle a su única hija todas comodidades que necesitaba. Y era esa la razón por la que a la de extensa melena oscura no le cabía en la cabeza como a esa tan carismática y vivaz mujer pudiera poner una expresión tan dura, tan gélida, tan hueca, tan dolida cuando la curiosidad sobrepasaba los limites en su cabeza.

Por lo que, como una inocente infante en proceso de adsorción del todo el conocimiento que pudiera, comenzó a tener una reacción semejante a la de su figura materna desde una temprana edad. Años más tarde con tan sólo quince cortos años de vida, en la etapa donde la adolescencia afloraba con cambios en el cuerpo, despertando a su vez cierta atracción por el sexo opuesto y en donde muchas emociones abrumaban a los hormonosos especímenes en su entorno escolar, Irina creo una pared emocional a su alrededor dejando por adelantado una advertencia que los masculinos entendían con resignación. Era por eso que cuando su grupo de amigas comenzaba a cotorrear y hablar de los otros chicos de cursos superiores o como iban sus relaciones con sus novios acostumbraba a dar medía vuelta y abandonar sin decir nada la conversación.

Fukakado Irina quería respuestas. Quería saber la razón por la cual la mujer con un nombre y quirk que parecía burlarse constantemente de lo que más demostraba repudiar se negaba a hablar del padre con el que tanto soñó y deseo conocer. Anhelaba conocer la razón por la cual Fukakado Ai se había retirado de su servicio como heroína profesional cuando su carrera y fama se encontraban en el apogeo. Quería saber más de ese padre ausente, más de la juventud de su madre, más de ese sentimiento prohibido.

Y fue por eso que tras escribir una pequeña carta donde le indicaba a su queridísima madre las razones de su partida lejos del pequeño pueblo rural donde había crecido, armó su mochila con lo más elemental para su viaje, se vistió con su tan adorado traje de Sherlock Holmes (indispensable para la locura que iba a cometer), guardo la maltratada foto en la carcasa de su celular y se encaminó a Tokyo con el propósito de encontrarle respuesta a todas sus dudas y, finalmente conocer al responsable al dueño de todos los genes que le dieron vida a su apariencia.

-Tokyo... ¡aquí voy! -Declaró al aire con energía, ganándose varias miradas de las personas en la estación.

Y como si el »significado de su nombre fuese toda una ironía, Irina llegó a la ciudad desatando un millar de situaciones que llevaron a unir a más de una pareja.

»Es la forma rusa del nombre Irene y su significado es "aquella que trae la paz".

N/A:

¡Después de tanto tiempo finalmente esta aquí!, el tercer libro de está maravillosa saga UwU Espero que realmente disfruten de lo que se viene... ¡los/as amo!