Blood, Sweat & Tears

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 El tacto delicado de las sábanas de seda acariciaba mi respiración con la suavidad de una pluma nívea y tan pura como el roce de la yema de tus dedos. Me había despertado atado a un sueño que se había hecho realidad la noche anterior cuando perdimos el control en aquel pequeño cuarto de un sexto piso. Hipnotizado por la dulzura de tu piel mis manos se habían deslizado por ese cuerpo con sabor a melocotón mientras devoraban a besos tus mejillas de crema y chocolate. Hubiera jurado que aquello que mis manos tantearon en tu espalda era alas. Las alas de un ángel.

 No, aquellas alas albergaban un sentimiento mucho más oscuro. Eran las alas del diablo. De pronto sentía como al posarse en mi lengua tus besos se habían vuelto amargos. Pero no podía parar de besarte, no podía aunque mis labios sangraran con el roce de tu boca emponzoñada de odio. Necesitaba que me abrazaras hasta romperme el alma, que me nublaras la razón con el whisky que se desprendía de cada uno de los poros de tu cuerpo, embriagándome con la más cruda de las borracheras, esa con la que el dolor desaparecía.

 Y ahora un hueco vacío llenaba la cama con tu ausencia. Tú, ladrona de mi último baile, te habías desvanecido con mi sangre, sudor y lágrimas después de haber sido tuyo en cuerpo, corazón y espíritu. Lo tomaste todo y te largaste con aire victorioso sin saber que yo mismo te había entregado aquel botín, pero ese sería un secreto entre tu aroma y yo.

 Me daba igual el dolor, quería que me ataras con tu abrazo de alambre aunque con ello me desgarraras la piel, así nunca podría escapar de la adicción lujuriosa que me aprisionaba en aquella obra de arte que era tu mirada.

 Era como beberme un cáliz repleto de veneno a sabiendas de que tu dulzura delirante nunca volvería. Era como rogarte que me mataras lentamente mientras me llevabas al éxtasis de tus uñas clavadas en mi nuca. Era como morir en tus brazos con el deseo insaciable de tocar tu corazón.

  Sólo te ruego que cuando exhale mi último aliento sean tus manos de seda las que cierren mis ojos, que mi alma repose en el recuerdo de tu sonrisa y así no huir nunca de tu rechazo. Que mi sangre, sudor y lágrimas no hayan sido en vano.

Blood, Sweat and Tears (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora