Bienvenido de nuevo.

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Por dónde quiera que se le viera, esta era una escena que nadie se espera encontrar.

En ese momento en el rostro de Ciel se encontraba una muy grande y burlesca sonrisa. Al mismo tiempo que este se preguntaba para sus adentros "¿Qué es lo que sigue ahora, Sebastian?".

Definitivamente el rostro de Albert era toda una obra de arte, una obra que Ciel intentaba guardar en su memoria para toda su vida.

Sebastian miraba fijamente a Albert, con una sonrisa similar a la de Ciel. Toma rápidamente una de las sábanas de la cama y la coloca en su cintura para cubrir su miembro.

- Buenos días, mi señor. -

Dice tranquilamente, mientras camina hacia aquel odioso ser con el que más de una vez, aunque no era lo que preferiría, había compartido cama.

Antes de que Albert pudiese mencionar palabra alguna, Sebastian se prepara para darle un increíblemente fuerte gancho con su brazo derecho, y en el momento en el que este impacta en él, le atraviesa el vientre y su brazo recorre todo el interior del cuerpo de Albert hasta que los dedos de Sebastian alcanzar a tocar aquel delicado, aún latente y muy importante órgano.

- Considere esto como... la cancelación del contrato. -

Susurra Sebastian en el oído de Albert con los ojos encendidos en aquel rojo carmín tan potente, y para finalizar, arranca el corazón del Albert de un tirón, al mismo tiempo que este lanza un último suspiro.

Sebastian sonríe de manera macabra y una risa siniestra se escapa de sus labios, pero considerando un poco las cosas, se detiene para no asustar a su amado Ciel.

Ciel, por una parte se encontraba asombrado y maravillado, no era la primera vez que veía a Sebastian asesinar a alguien, más sin embargo si era la primera vez que este lo hacia de una manera tan brutal y sádica.

Ciel comienza a reír como loco en el momento justo en el que Sebastian para de reír para no asustarlo.

- ¿¡Viste eso!? ¡Jajaja! ¡Su rostro era toda una obra de arte! Muy bien hecho, Sebastian. -

Sebastian voltea a mirar al que hace algunos años fue su amo.

-Será mejor que limpie. Además tengo que consumirle el alma antes que el odioso shinigami rojo venga.-

Dice el demonio en un suspiro pero luego le sonríe levemente.

-¿Quieres ayudarme o prefieres ir a vestirte mientras que yo lo hago? No sea cosa que Tanaka vaya a despertarte y no estés allí-

Al demonio le preocupaba un poco la idea de que Finnian los hubiera descubierto, pero habían varias formas para poder hacer que pensara que eso ni había pasado en realidad, como fingir que Ciel nunca había bajado y eso podrían hacer si Ciel se fuera ya a la habitación.

- Prefiero quedarme contigo un rato... te voy a ayudar, más sin embargo luego tú tendrás que vestirme. -

Ciel se acerca a Sebastian, lo abraza y voltea hacia arriba para mirarlo.

- Aunque antes que nada, quiero que algo te quede muy claro. -

Ciel se pone de puntitas y agarra a Sebastian de la nuca acercando su rostro lo más posible.

El Amor y El Infierno [API II] (Sebastian x Ciel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora