Capítulo Dos: Preparativos

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Habían pasado un par de días desde que Charlie y yo fuimos a aquella cafetería, había estado pensando en las palabras que me dijo, pero también en aquella chica con la que tropecé al salir, ¿quién pudo haber sido? Tal vez alguien la conocía, tal vez iba recurrentemente, tal vez no. Esas preguntas sonaban más fuertes en mi cabeza que el discurso que me dio Charlie, pero ya debía de dejar de pensar en esas cosas y concentrarme en algo más importante, ¡iba a ser padrino!, me sentía muy orgulloso de que él me hubiera escogido a mi como su padrino de bodas. Pero ahora tenía que ir a comprar un traje y a arreglarme el cabello, no era mucho de mi agrado pero como dijo Charlie creo que unos jeans, una camisa y una chaqueta de piel no eran prendas adecuadas para ir a una boda, y mucho menos para estar al frente de ella junto al novio. Decidí ir al centro de la ciudad ahí podría encontrar lo que necesitaba; un buen traje y otro corte de cabello que sinceramente ya me hacía falta, pero lo que encontré fue mucho mejor de lo que esperaba…

Ese día iba caminando por una calle del centro de la ciudad, observando a toda la gente que pasaba deprisa como si el tiempo se les acabara, sin siquiera detenerse a observar los pequeños y hermosos detalles que puedes encontrar en cualquier lugar, sentí tanta lastima por ellos; porque estaban ciegos ante todo lo que había frente a sus ojos quizá igual de ciegos que yo ante la razón y mi corazón. Era un día algo caluroso aunque algunas nubes sobrevolaban la ciudad, así que me decidí ir a descansar un poco al parque que estaba cerca de la zona comercial, bastante pintoresco ese lugar; los niños montaban los carros eléctricos que se encontraban por ahí, mientras otros se encontraban jugando en las resbaladillas y columpios cercanos, algunas parejas de jóvenes adolescentes estaban sentadas en las bancas besándose y platicando; por un momento sentí envidia de todos ellos ya que no tenían preocupaciones ni les importaba lo que pasaría mañana o la próxima semana, ni siquiera dentro de los próximos años, ellos sólo disfrutaban ese momento.

Cerca de la banca en donde yo estaba había un anciano con un puesto ambulante vendiendo ‘diablitos’ –un diablito es una nieve de limón con hielo, sal, chamoy y chile piquín- así que fui directamente hacia él a comprar uno.

-Un día muy caluroso verdad joven

-Si –contesté y tome el diablito, regrese a mi banca y me senté, mientras disfrutaba de mi antojo observé el cielo, las nubes se movían al compás del viento, él las llevaba de aquí para allá, eran uno solo; como dos bocas fundidas en un beso corto y apasionado como esa boca, esos labios que vi el día anterior.  Mi mente comenzó a divagar de nuevo, eso me estaba pasando muy recurrentemente. De pronto sonó mi teléfono, estaba entrando una llamada de Charlie.

-¿Y bien? Ya te has puesto un poco más decente o ¿aún sigues con tus harapos?

-Tranquilo hermano –conteste con cierto tono burlón- he estado buscando pero no he encontrado un buen lugar.

-Deberías de ir a la tienda que esta frente a la catedral, ahí yo compré el mío, hoy ando un poco libre, ¿te parece si nos vemos en veinte minutos por ahí?

-Claro, ahí te veré

Con un poco de flojera y mucho calor tuve que levantarme de la banca del parque y dirigirme hacia la catedral que no estaba lejos, llegaría ahí en unos 10 o 15 minutos caminando, mientras podría seguir observando el paisaje urbano que pocas veces tenía la oportunidad de ver.

En esos momentos en que iba camino hacia la catedral pensaba en Katie, llevaba mucho tiempo sin verla, y sabía nada de ella; me sentía triste y preocupado al mismo tiempo. Había momentos en los que me llegaba la nostalgia y los recuerdos y ese era uno de ellos, por esas calles nosotros habíamos desfilado tantas veces que podía caminar con los ojos cerrados y aun así no perderme. A lo lejos alcancé a ver una figura algo conocida

-¡Alex! ¡Por aquí! Date prisa

Corrí rápidamente, algo que casi nunca hacia no soy del tipo deportistas además de que el fumar tanto ya había dejado algunos estragos en mis pulmones.

-Hola Charlie, ¿llevas mucho tiempo esperándome?

-Sólo algunos minutos, no te preocupes.

-Perfecto, entonces ¿cuál es la tienda a la que iremos? –Sonreí sarcásticamente y empecé a reir-

-¿Por qué tanta risa? –Preguntó Charlie-

-Nada, -conteste aun riendo- es sólo que ¿no te parece algo muy extraño que dos hombres vayan juntos a comprar ropa?

Charlie sonrió y con un tono burlón dijo –No te acostumbres, sólo será por esta vez, no siempre estaré para ayudarte a escoger roma amigo.

Entramos a la tienda de trajes, y comenzamos a ver algunos, ninguno me terminaba de convencer hasta que se nos acercó una chica.

-Hola que tal bienvenidos, ¿alguna ocasión especial para cual quieran vestir bien?

-Si –contesté- una boda, me voy a casar y necesito algo espectacular, le había dicho a mi amigo que estaría perfecto llevar un traje de bombero y tanga pero…

-No le crea nada señorita –dijo Charlie mientras se aproximaba- él sólo es el padrino, no tiene suerte con las chicas –mientras decía esto él y la empleada comenzaron a reír mientras yo puse una cara de enfado seguida de una mueca sarcástica-

-No quiero pasar toda mi vida, o bueno quizás los próximos cuarenta o cincuenta años con la misma persona en una rutina infinita, que horror –grité-

-Eres un inmaduro Alex, de eso no se trata pero tú no lo entenderías, tienes el cuerpo de un joven de veinticuatro años y el cerebro de un niño de 5 –dijo Charlie mientras buscaba una camisa-

-Así que será padrino? –contesto la chica-

Asentí con la cabeza al mismo tiempo que sacaba mi teléfono de la bolsa –Esto es muy aburrido hermano, ¿no te gustaría que llevara el traje de bombero y un bonito casco?, sería una boda única y diferente, algo ¡exótico!

-Cállate tarado. Disculpe señorita por las tonterías de mi amigo como le dije tiene el cerebro de ardilla, ¿tendrá algo que le pueda quedar?

La chica riendo un poco asintió y le dijo a Charlie que tenía exactamente lo que yo necesitaba, entro a una puerta y a los pocos minutos salió de ella junto con un traje que me gustó bastante.

-Quizás esto te quede –me dijo mientras me entregaba el traje- los probadores están al fondo

Tomé el traje y me dirigí hacia el lugar de los probadores –Nada más que tonterías, es algo tonto que todas las personas tengan que vestir bien y arreglarse para una ceremonia que durara máximo una hora, pensé-

-Y bien ¿cómo me veo?

-Me podría acostumbrar a verte así amigo, te ves bien, ahora quítatelo y vámonos de aquí, me ha dado un poco de hambre y aún tengo que arreglar unas cosas para la boda.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2013 ⏰

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