Eres una chica de 14 años, una adolescente todavía.
Y decides hacerte esto, decides enamorarte.
Pero no de una manera fugaz, de una manera relajada.
Te enamoraste, de verdad. Cada vez que lo ves, sientes mariposas en el estómago, una maldita explosión de ellas.
Y pues así decides estar con él, sin confesarle nada.
Sólo amándolo en silencio, esperando algún día algo inesperado, como que él le hable...
Gracias a internet, todo es posible... Es como usualmente te dices a tí misma para reconfortarte.
Un día se te dió la maravillosa idea de poner tu número de WhatsApp en un estado de un amigo tuyo para hacer un grupo, pero de repente te das cuenta que Él está en ese grupo, pero no le das mucha importancia tampoco, porque sabes que nunca te hablará, porque para él no existes, eres sólo una muchacha más que agregaron a ese grupo.
Media hora después, un mensaje llega a tu teléfono, de un destinatario desconocido.
Abres la aplicación y te quedas fría:
"Hola, soy Julián, estudiamos en el mismo colegio, ¿Tu eres Julieta, cierto?".