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-Hola ¿Quién habla? (miré el reloj eran casi las tres de la mañana)
-¿Señor Goss?
- Si, Javier Goss, al habla.
- Lo llamamos desde la Clínica San Jorge, (los nervios me consumían y del otro lado del teléfono la chica que hablaba tomo una bocanada de aire), lamento comunicarle que su hermano sufrió un accidente, por lo tanto solicitamos que lo mas pronto posible se acerque a nuestra institución .
Solo hice un ruido dando a entender que había entendido todo y corte. Estaba anonadado, mi cuerpo no reaccionaba, ¡No podía ser mí hermano!
Dos días después
Debía hacerme cargo de la familia que mi hermano dejo en este mundo, esas dos dulces niñas, que eran la luz de sus ojos, Milenia y Astrid. No tenía la menor idea de que hacer con ellas, yo no soy padre, siempre fui el hijo descarrilado, ese que vive de fiesta en fiesta y no quiere buscar a una persona con la que pueda pasar el resto de su vida, y de repente me encuentro con esta gran responsabilidad que es seguir adelante con la familia.
Por pedido de mi cuñada tenía que cuidar de ellas hasta que la menor cumpliera 21 años, entonces ella empezaría a tomar el mando de la empresa familiar y me yo me desligaría totalmente de mis sobrinas.
No voy a mentir, el primer día de convivencia fue más que complicado, las niñas me insultaban y no querían estar conmigo ni un segundo, y era entendible, yo jamás le dedique tiempo a ellas, prácticamente era un desconocido.
Astrid fue quién me dio una oportunidad y comenzamos a llevarnos mejor. Hasta que un día el abogado de mi hermano me hizo llegar una sobre con mi nombre, al abrirlo había tres cartas, agarre la primera y comencé a leer
"Querido Javier:
Si estas leyendo esto quiere decir que he fallecido antes de tiempo.
Sé lo complicado que es para ti la idea de formar una familia, pero mi hijas van a necesitarte, eres el único familiar que puede hacerse cargos de ellas.
Quiero que le comuniques las decisiones que tomé con respecto a los bienes materiales, que están fuera del testamento. Igualmente dentro de este sobre también encontraras dos cartas más una para Milenia y otra para Astrid, donde a ellas también les explico mi decisión. Ahora retomando el tema...
Milenia se quedará con la casa en Marbella, con el auto que ella elija.
Astrid, se quedará a cargo de la empresa familia y con la casa en la vivimos. Sabemos que ella es la más capacitada para tomar las riendas de la empresa.
Esta más que claro que en hasta que Astrid no tenga sus 21 años cumplidos, ninguna debe seguir estas ordenes. En caso que ocurra algo y mi hija menor no pueda hacerse cargo de la empresa Milenia tomará su lugar hasta que se recuperé.
