Nunca juegues al Ju-On (2/3)

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Maldita lluvia, maldita lluvia, maldita lluvia, ¡MALDITA LLUVIA! No me dejaba dormir, tenía mucho miedo, maldito niño chino, maldita sea. ¿Que estará haciendo Mangel? Me volví a mover por décima vez en la cama, estirando mi mano por debajo de mi almohada, tomé mi móvil  viendo que eran las 02:30 de la madrugada.

- ¿Y si duermo con él?... –murmure inconscientemente mirando aún mi móvil.

Me sorprendí yo mismo al pensar tal cosa, la solo idea de dormir con él en su cuarto, en su cama, a lado suyo hizo que me sonrojara o eso pensé por que sentí toda mi cara caliente, gire freneticamente mi cabeza de un lado al otro para olvidar tales cosas, acomodándome de nuevo ahora en posición fetal.

- Pero no pasaría nada... - Me contesté a mi mismo triste en voz baja, volviéndome a sorprender por mis gestos.

¡¡A VER!! ¡¡¡¿¿¿QUE COÑO ME PASA???!!! ¡¡¡¿¿¿Porque estos pensamientos tan gays!!??? ¡¡¿¿POR QUE??!! ¡El es mi mejor A-MI-GO! Además los dos somos HOM-BRES. Pero es que no entiendo porque pienso esto. ¡¡¡AAAAGG!!! ... ¡Me enoja estar pensando estas gilipolleces! ¡Callate conciencia! ¡Yo puedo con esto! ¡No le tengo miedo a nada! Dicho esto tome con fuerza mi almohada abrazándola y cerrando mis ojos me dispuse a dormir.

- ¡JÁ! ¡Ves conciencia! ¡Yo puedo con todo solo! ¡Quién necesita a Mangel! ¡JÁ!

Pero antes de que pudiera conciliar bien mi sueño dos rayos demasiado estruendosos cayeron a la tierra haciendo que se estremeciera mi habitación, levantándome de un salto.

- ¡Ya! ¡Que se joda todo! ¡Iré a su habitación! - Grite enojado y algo temeroso.

Me levante de mi cama, con una almohada en una  mano y en la otra mi móvil para alumbrarme, estaba ya oscuro el pasillo, suponía que Mangel ya se habría ido a dormir. Seguí mi camino hasta que llegue a la puerta de la recamara de Mangel, estaba demasiado nervioso y no sabía el porqué. Pero ya decidido y un poco cansado di un pequeño toque en ésta.

- Mangel –dije susurrando- Mangel...-volví a tocar la puerta un poco más fuerte.

No había sonido alguno, así que abrí de poco a poco la puerta, haciendo que ésta rechinara, la cerré despacio y me fui acercando a su cama. Arrodillándome para quedar a su altura y alumbrándome apenas con mi teléfono, pude divisar que estaba tan dormido, podía ver todas sus facciones eran tan bonitas y masculinas. ¡Carajo! Sea lo que sea que siento por él hace que me sienta tan bien. Sin darme cuenta ya le estaba acariciando una mejilla, despacio sin hacer mucho ruido me fui acercando a su cara, ya podía sentir su respiración, un poco más... Sólo un poco más para sentir sus labios... Pero antes de que eso ocurriera pude ver que abría los ojos, haciendo que me alejara rápidamente de él.

- ¿Rubiuh? –Pregunto medio dormido.

- Ah.. Ah sí... Soy yo. -Dije algo sonrojado y nervioso.

- ¿Qué paha? – Dijo mientas bostezaba.

- Es que... Bueno... Yo... Yo quería saber si... Podría... Dormir contigo. – Respondí con un hilo de voz evitando su mirada.

- ¿¡Dormi' conmigo!? - Dijo exaltado.

- ¡No pienses mal! ¡Sólo que estoy acojonado por el maldito juego! ¡¿Está bien?! - Dije casi gritando.

- Oh ya... Ehtá bien... sube.

Subí despacio a la cama y me coloque del lado de la pared mientras abrazaba mi almohada, Mangel se volvió a acomodar en la cama pero dándome la espalda cosa que yo también hice, nos tapamos hasta el cuello y cerré mis ojos. Paso un rato y podía oír como Mangel dormía tan plácidamente, yo no podía decir lo mismo, quería abrazarlo, no sé si era por gusto o por miedo, pero este pensamiento se borro cuando sentí como un brazo se posaba encima de mi cintura al mismo tiempo que el cuerpo de Mangel se acercaba más a mí dándome más calor. Volteé a verlo, él seguía dormido, como si se tratara de un peluche sentí como me apretaba más fuerte sintiendo ahora su respiración en mi cuello. ¡Era inevitable no sonrojarme! ¡¡¡¡JODERR!!! 

- ¡Que lindo! - Pensé sonriendo mientras me volteaba cuidadosamente para quedar cara a cara con este gilipollas.

Yo también pase un brazo por su cadera, haciéndolo un abrazo mutuo, aunque Mangel no lo supiera. Era tan cálido estar en esa posición, en poco tiempo sentí como me iba durmiendo, el olor y el calor de Mangel me arrullaban como a un bebé, hasta que sin darme cuenta me dormí.

A la mañana siguiente desperté y vi que Mangel ya no estaba a mi lado, me pare de la cama, me puse los zapatos, y lo estuve buscando por toda la casa pero no lo encontraba. 

- ¿A donde habrá ido? - Me pregunté estando en la sala.

Oí un ruido proveniente de la entrada que me hizo salir de mis pensamientos, volteando rápidamente pude ver que era la persona que estaba buscando desde que había despertado.

- Oh Rubiuh, ¡buenoh díah! – Dijo regalándome una sonrisa Mangel.

- Buenas... ¿A donde fuiste? – Pregunte enseguida viendo que traía consigo unas bolsas de plástico.

- ¡Ah! Por una' coha' para el dehayuno. - Respondió mientras volteaba a ver las bolsas que cargaba.

- Oh... - Sólo atine a responder.

Hubo uno de esos jodidos silencios incomodos pero vi como Mangel se iba a la cocina por lo que lo seguí en silencio. Ya estando en la cocina Mangel puso las bolsas encima de la mesa, saco unas cuantas latas, bolsas y unos huevos, guardando en la alacena las primeras cosas. Todo seguía en silencio hasta que oí que mi amigo me hablaba.

-  ¿Y domihte' bien? – Pregunto mientras abría la caja de huevos sin voltear al verme.

- S...Sí – Respondí con un leve sonrojo en mis mejillas.

- Me alegro... Bueno déjame hace' el desayuno. - Me dijo regalándome una tierna sonrisa.

Asentí mientras salía de la cocina aún con un leve sonrojo en mi cara, ya estaba de nuevo en la sala, pensaba irme a mi cuarto pero antes de hacer esto regresé casi corriendo a la cocina.

- Mangel... - Lo llame haciendo que me mirara;- ¿¡Estas molesto porque te pedí dormir conmigo?! – Pregunte sin rodeos.

- No, ¿poque' debería de ehtarlo'? - Respondió seguro el castaño sin tomarle tanta importancia.

- Es que... No sé ¡te noto raro! – Respondí algo enojado por la actitud de éste intentando de encontrar una excusa válida para mi pregunta.

No me respondió enseguida y otra vez ese maldito silencio se hacía presente, de verdad me esta cabreando el que sólo nos quedemos sin decir nada los dos. Frunciendo más mi ceño estaba listo para reclamarle algunas cuantas cosas a Mangel, pero antes de hacer esto pude ver una pequeña sonrisa burlona en su boca.

- Puf... jajajajajajaja – Solo río sonoramente el muy gilipollas.

- ¿¡QUE!? ¡¿DE QUE TE RIES?! –Dije cabreado.

- Jejeje te ve' lindo enojado – Respondió mientas reía.

- ¿¡QU...

No me dejo terminar de hablar, ya que sentí los labios de Mangel posarse sobre los míos, haciendo que me sonrojara como todo un tomate, intente alejarlo al principio pero sin darme cuenta ya estaba encandilado por los movimientos de los labios de Mangel, así que no quería quedarme atrás y con un poco de vergüenza también empecé a participar en aquel beso. Estuvimos así por un buen rato hasta que Mangel y yo nos quedáramos sin aire cortando el beso.

- ¿¿¿¡¡¡POR QUE HICISTE ESO!!!?? – Dije tratando de regular mi respiración.

- ¿Tal ve' porque me gustas? – Respondió pacíficamente mientras sonreía.

- ¡¡¿¿EEEHH??!! – Dije avergonzado con los ojos abiertos.

NUNCA JUEGUES AL JU-ON | RubelangelWhere stories live. Discover now