Lourdes.

Dia 1

El rechazo y el desprecio son las formulas claves para una buena crianza, sin berrinches, sin amor. Con una base estructurada en demasiada disciplina y cero comprensión. Si, así me crió mi mamá. Las peleas suplantaron a los abrazos, los gritos a los besos, el rencor y odio al amor y felicidad.

Vivir todos los días con estas reglas establecidas no es posible cada tanto hay que romperlas, pero eso trae consecuencias, consecuencias de cómo un mínimo un golpe. La mamá es sagrada, si, lo sé, pero ¿y los hijos? ¿los hijos que son? ¿Son basura acaso?, ¿Pensás que criandolos con odio van a ser buenas personas? No, van a estar llenos de rencor en sus almas de niños inocentes, y ni pienses que van a querer hablar con vos.

Pensar que desde que tengo memoria mamá me "corregía" porque si ella hacía eso iba a dejar de ser caprichosa y empezaria a ser "buena hija", más "obediente". Duele, cada golpe duele, pero no me duele en el cuerpo. Cada día estoy más decepcionada y más frustrada por todo este calvario.

Reconozco que hay días buenos pero eso sería como el 2% de mi vida hasta ahora, esos días en donde reír no es algo malo, en donde abrazar no es extraño, donde decir te amo es algo lindo, en donde dar besos sea algo nuevo.

A veces pienso en irme de acá, agarrar mis cosas e irme bien lejos y no volver mas, no me importaría en donde dormiría o que comería, solo estaría feliz porque ya no estoy más en la casa donde me crié en esa casa donde empezaron mis traumas.

Envidio a esas personas, que por más pobres que sean, tienen una sonrisa y una alegría inmensa. Esa sonrisa imborrable que tienen, la admiro. La admiro porque yo no la tengo, la perdí, al igual que mi felicidad.

Pero tengo una sola persona a la cual recurrir cuando estoy en alguna recaída, ella me aconseja o me cuida, la amo. Es como una segunda madre, y me encanta eso. La amo demaciado y si le pasa algo no se que haría.