Otro día más. Me despierto con el horrible sonido del despertador. Son las seis de la mañana. No tengo nada que hacer, pero siempre me ha gustado levantarme pronto. No me gusta desperdiciar el día, aunque no tenga nada que hacer en realidad.
Salgo de mi pequeña cabaña, y me dirijo hacia la playa, puedo oír el mar desde aquí, cosa que me encanta. He llegado justo para ver el amanecer. Un nuevo día.
- Maki-chan, ya estás aquí otra vez.
Me doy la vuelta, es Ivankov. Tiene cara de dormido. O dormida. Bueno, dormido, ahora está en forma de hombre. Su cabello o peluca (nunca lo he sabido) está un poco despeinada o despeinado.
La lucha con las palabras femeninas y masculinas es mi día a día. Vivo en una isla llena de travestidos, algunos se consideran hombres, otras mujeres. Aunque ya me he acostumbrado, después de casi diez años aquí, rodeada de esta gente. Hay todo tipo de personalidades, alturas, colores... es una isla bastante extraña donde vivir.
- Buenos días. - digo, con una pequeña sonrisa.
- Ahora tengo que irme.
- ¿Irte a dónde?
- Es una larga historia, muchas y muchos debemos zarpar.
- ¿Y yo? ¿No puedo ir también? Ya sabes que quiero conocer mundo...
- Es demasiado peligroso.
- Siempre es demasiado peligroso.
Ivankov suspira, y le doy la espalda. Hace muchísimos años que no salgo de aquí, y no es justo.
- Nos veremos pronto.
Noto en su voz un poco de tristeza, sé que quiere lo mejor para mí, pero...
Oigo sus pasos marcharse, hasta que vuelvo a quedarme sola una vez más. Me siento sobre la arena, y los primeros rayos del sol del día transmiten calidez.
Ojalá algo tuviésemos algo nuevo, esta monotonía me está matando poco a poco.
***
Han pasado dos meses desde que Ivankov y los demás se marcharon, y los que quedamos en la isla estamos preocupados. Hace mucho que no sabemos nada de ellos. Un mes atrás llegó una carta, pero nada más desde entonces.Me despierto con gritos, pero no son de peligro, sino de alegría. Son las dos de la mañana. Un poco confusa, me levanto de la cama, y sigo el sonido hasta llegar a la playa. Todo el mundo se ha envuelto en un círculo, y yo intento abrir paso para ver qué es lo que está pasando.
Es un hombre. Hacía mucho tiempo que no veía a un hombre, es decir, una persona que no estaba travestida. Está muy herido, tiene sangre por todas partes.
- ¡Tenemos que ayudarle!
- ¡Qué guapo es! Me lo pido!
- ¡No! ¡Largo!
Termino con algunos arañazos de parte de la gente que quiere quedarse con el chico. Intento cogerle en mis brazos con todas mis fuerzas, y no sé como logro levantarle, pesa mucho. Le llevo a mi cabaña, y le tumbo sobre mi cama. No tengo mucha idea de medicina, pero hago lo que puedo mientras todos los demás esperan fuera gritando tonterías.
- ¡No es justo! ¡Me lo había pedido yo!
- ¡Maki! ¡Abre la puerta!
Cierro la puerta con llave, y pongo bien las cortinas. Abro mi cajón de emergencia y saco vendas y alcohol.
Me quedo mirándolo un rato tras haber hecho todo lo que he podido. He tenido que desabrochar su camisa para poner algunas vendas. Su cabello rubio está despeinado y algo sucio. Parece haber estado luchando o algo. Está fatal, malherido. Me duele con solo verle, tiene unos arañazos y golpes brutales.

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Oblivio [Sanji]
FanfictionUn caluroso día de verano, en la isla Momoiro, toda mi vida cambió porque apareció él.