Navidad

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Recuerdo que estaba paseando por la ciudad y me encontré con Kagami que aun no había notado mi presencia, hablando solo. Tartamudeando se me declaro, y yo le conteste aceptándolo cosa que él se sorprendió al verme delante suyo. Hace unos meses que empezamos a salir, aun así nuestra relación no cambio en absoluto. Este seria nuestra primera navidad juntos, pero nuestra entrenadora decidió que todos los del club, incluso los de tercero que ya se graduaron, celebrásemos la nochebuena en un restaurante familiar. Cuando al fin llegamos, un camarero nos indico y nos atendió la mesa amablemente. Estando sentados todos juntos sentía que Kagami y yo estábamos aun mas lejos emocionalmente y decidí alejarme de allí, con mi poca presencia nadie se percato de ello. Camine hasta un campo de basketball que estaba cerca de ese establecimiento, cogí la pelota que tenia en mi bolsa y empece a practicar, pero hoy falle todos los tiros porque no paraba de pensar en Kagami. Estábamos saliendo, ¿cierto? Aun así no nos cogíamos de las manos ni nos besábamos como normalmente hacen las parejas. ¿Acaso él no siente nada por mi? ¿solo me lo imagine todo? ¿Esa confesión era para otra persona? Escuche una voz detrás de mi y no pude evitar que mis lagrimas brotasen de mis ojos, era Kagami que al parecer se percato de mi ausencia. Hice como que no le hubiese escuchado para evitar que se diera cuenta de que estaba llorando pero enseguida se percato de que le ignoraba y se acerco lo suficiente para cogerme de mi hombro y girarme suavemente haciendo que viese lo que era evidente, como es normal me pregunto que pasaba pero yo no le conteste. Poco después vinieron Kise, Kasamatsu, Aomine y Momoi que estaban paseándose por ahí cerca.

- Pero, que le has echo a Kurokocchi? ¡No te lo pienso perdonar, Kagamicchi! - Dijo Kise abrazándome cosa que Kasamatsu reaccionara pegandole una patada en la espalda, fue un milagro de que no me cayera como hizo Kise.

- ¿Que le has echo a Tetsu? Maldito, ¿acaso quieres que te de una paliza? - Dijo Aomine agarrandole de su camiseta.

- !No le he echo nada! - Contesto Kagami haciendo lo mismo que el contrario.

- ¡Ya basta! ¡No sabéis nada! ¡No sabéis lo mal que esta pasando Kuroko! - Grito Momoi con lagrimas en los ojos.

- ¿Que te pasa, Momoi? ¿A que viene eso? ¿Y por que estas llorando? - Pregunto Aomine mientras que instintivamente Kagami y él se soltaron entre ellos.

Todos se quedaron totalmente mudos y supe que a pesar de que le rompí el corazón a Momoi en esta ocasión me apoya, así que decidí no rendirme aún y le cogí el brazo a Kagami llevándole a su casa que estaba cerca de allí. Al llegar, nos quedamos en la entrada y él fue el primero en llegar, se volteo para hablar conmigo. Le pregunte el por que de su actitud tan distante hacia mí y me contesto que se contuvo por miedo a que le odiase. Así que era eso. Definitivamente es un idiota, pero aun así le quiero igual. Después de aclarar las cosas nos fuimos a dormir a su habitación totalmente acurrucados. Al día siguiente, cuando desperté, Kagami no estaba a mi lado, a cambio estaba una cajita y una nota que ponía "Feliz Navidad, Kuroko". Al abrirlo descubrí que era un llavero de una pelota de basketball. No era la gran cosa, pero era el mejor regalo que me han echo nunca. Lo guardare como un tesoro. En seguida olí una deliciosa comida que hizo que inconscientemente fuera directamente a la cocina y una vez allí vi un almuerzo realmente apetitoso, que Kagami estaba poniendo en la mesa.

- Buenos días, Kuroko.

- Tetsuya, llámame Tetsuya - Ante esa respuesta él se sonrojo – se supone que estamos saliendo, ¿no? Ademas me encanta tu regalo, pero no tengo nada para a ti.

-  No te preocupes, con verte feliz es suficiente.

Después de esa pequeña conversación Taiga se acerco hacia mi y me dio un pequeño beso en los labios, poco después nos sentamos uno delante del otro y almorzamos juntos. Cuando acabamos no paro de sonar el teléfono, era Momoi que preguntaba que como había ido, cosa que hizo que Taiga se enfadara con ella por lo pesada que estaba siendo. Después de aquello él y yo solíamos besarnos en los entrenamientos cuando no había nadie y nos cogíamos de las manos cuando volvíamos a casa juntos y el camino estaba totalmente despejado, aun que nos escondíamos yo era feliz así con él.

Kuroko no Basuke YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora