Encuentro

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Nunca sabrás lo que te deparará el futuro, toda tu vida puede cambiar en un segundo. Todo empezó el día en el que casi muero y digo casi por que he estado a un suspiro de encontrarme con la muerte y tuve suerte de salir ilesa. De eso hace ya unos dos meses pero bueno tendré que contaros desde el principio ¿no?.

Era un día lluvioso pero yo salí a correr como cada mañana. La música de mis auriculares sonaba a todo volumen aislandome de el mundo. Ya llevaba unos diez kilómetros y mis musculos ya empezaban a resistirse a la par que mi respiración. Me paré a tomar aire y a beber un poco, miré a mi alrededor y estaba sola en la carretera, era muy de mañana y nadie transitaba por allí. Por el ruido de la música, no oí el camión que venía a mis espaldas. Todo fué demasiado rápido, me giré y vi que alguien me empujaba contra la acera. Mis ojos se cerraron y mi respiración se paró. Me tomó unos segundos notar un cuerpo presionando el mío y abrí los ojos, encontrándome con un chico encima mia. Me fijé en su cara, era sumamente atractivo, tenía un piercing que colgaba del medio de su nariz y como dos brillantes en su pómulo izquierdo. El gorro negro que llevaba había caído en mi pecho dejando a la vista su pelo rubio oscuro. Me quedé embobada viendolo hasta que reaccioné.

—¿Quién eres?

—Tu custodio.

Y fué ahí cuando lo ví por primera vez y por desgracia no la última.

Salí de mi sueño profundo porque algo, mejor dicho alguien me sacó a la fuerza zarandeandome por los hombros.

—Vamos joder levántate—gruño y le lanzo una almohada con los ojos cerrados—Esta bien tu te lo has buscado—siento sus manos en mis tobillos y de un momento a otro caigo al suelo de culo literalmente.

—¡TAREK!—me sobo el trasero y lo fulmino con la mirada pero me ablando al instante, es un puto inconveniente el que sea jodidamente atractivo porque no puedo cabrearme con el.

—Te avisé—se cruza de brazos y sonríe el muy hijo de su madre.

—Señor llevatelo—alzo las manos al techo en señal de suplica.

—Sabes que no me puedo ir, estoy atado a ti como una puta lapa.

—Cállate y no me lo recuerdes.

Si, hace dos meses que vivo con Tarek "mi custodio", según lo que él me ha contado es como mi: “Soy tu puto guardián, como la mierda esa del ángel de la guarda, pero menos cursi”, palabras textuales. Yo pensaba que eso era todo una patraña para hacer películas ñoñas pero se ve que no.

—Explicame nuevamente porque aún sigues aquí.

—Ya te lo he dicho-bufa-Siempre he estado contigo pero no tenías constancia de mi persona, una vez que me ves ya no soy invisible ante tus ojos.

Ah si, que vamos, antes era como un puto espíritu en las sombras y ahora no.

—¿Has estado siempre ahí? ¿Incluso cuando me cambiaba de ropa?

—Déjame decirte que el lunar que tienes en el culo es precioso.

—¡EW PUTO CERDO!

—Tu preguntaste—dice sonriendo de lado.

—Te odio—le patee en la entrepierna pero ni se inmutó.

—Sabes que no puedes herirme—rueda los ojos.

—Por desgracia gilipollas.

—Que toca huevos eres.

—Fue hablar.

—Tranquila que yo no te toco los huevos.

—¡YA QUISIERAS!

—¿Que me tocaras los huevos?  Oh si, y lo que no son los huevos.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2017 ⏰

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