CAPÍTULO 1

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Hace 7 años

Estaba en mi cuarto, sentado en el suelo, jugando con mis carritos. Cuando se escuchó la puerta abrirse y me gire para ver quién era. Era mi madre que se acercaba a mí lentamente.

-Jimin, ¿no tienes hambre? Ya está la cena.

-No mucho, ¿ya llegó papá? -pregunte con temor.

-No aún no -respondió ella con un poco de alivio.

-Mmm...

-¿Todavía te duele tu brazo? -me pregunto triste, viendo mi brazo con marcas leventemente moradas.

-No mucho, mami -contesté.

-Qué bueno, vamos a cenar, sabes que tu padre quiere que estemos todos cenando cuando él llegue.

-Está bien -dije levantándome del suelo, recogiendo mis carritos y guardándolos en una caja.

Baje hasta el comedor y me senté en el silla, Hoseok, mi hermano que es 5 años mayor que yo, ya estaba ahí, mirándome sin expresión alguna, esperando la cena. Mi madre empezó a servir los platos, cuando escuchamos el sonido de la puerta abrirse. Era mi padre.

-¿Ya está la cena, Hye? -preguntó con una voz seria y cortante.

-S-si, ya esta lista, siéntate -respondió nerviosa mi madre.

Mi padre se sentó con el ceño fruncido y espero a que le sirvieran su plato.

Todos empezamos a comer rodeados de un profundo silencio.

Yo no tenía mucha hambre, así que me pare de la silla, que estaba un poco grande, que prácticamente tenía que dar un pequeño salto, al hacerlo, no vi la jarra de agua que estaba al lado de mi plato, termine empujándola y esta cayó al piso quebrándose al instante.

-¿Qué no ves la jarra? ¿Estas ciego o qué? -me dijo mi padre molesto.

Me puse a recoger los pedazos de vidrio que estaban el suelo, cuando vi a mi madre agachándose para ayudarme.

-No te preocupes, cariño, yo lo hago -me dijo tiernamente alejando mis pequeñas manos de los vidrios del piso.

-No, deja que él lo haga -se escuchó la voz de mi padre en todo el comedor.

-Pero...

-¡Dije que los recogiera él, Hye! -contestó aún más molesto.

Mi madre me miro preocupada. Entonces yo empecé a recogerlos y como era de esperarse me corte con uno de los vidrios, pero no dije nada y seguí recogiéndolos, después de haber limpiado el desastre, me fui a la cocina y mire que mi mano goteaba de ese líquido rojo.

-Cariño, te cortaste, espera aquí, te curaré -dijo mi madre, dejándome solo en la cocina y subiendo a su cuarto.

Miraba desde la cocina a mi padre comiendo, y mis ojos se posaron en mi hermano que también comía, él me miró y sonrió sarcásticamente.

¿Por qué sonreía? No entendía porque, pero siempre que mi padre me regañaba o golpeaba, él siempre tenía ese tipo de sonrisa en su rostro, como si sonriera para que solo yo me diera cuenta. A pesar de que solo tenía 9 años, me percataba de eso.

-Dame tu mano, Jimin -me dijo mi madre y sacándome de mis pensamientos empezó a curar la herida con mucho cuidado.

-El corte no fue tan profundo, eso es bueno -yo solo asentí y le sonreí desganadamente.

Al día siguiente, estaba en la escuela, era hora del almuerzo, comía mi sándwich y como era costumbre estaba sentado en una banca apartada de todos los niños que jugaban.

PAIN [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora