CAPÍTULO 3

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Llegue de la escuela, y estaban dos hombres dándole dinero a mi padre y después me miraron sonriendo y salieron de la casa.

Observé a mi padre con una expresión molesta en mi rostro, aunque a él ni siquiera le importaba si estaba molesto con él o no.

-Pagaron muy buen dinero -dijo contento y contando los billetes que tenía en su mano.

-¿Dónde está mi madre? -dije en tono serio.

-Supongo que está descansando en la habitación. Te sugiero que no la molestes, debe estar cansada por lo de ahorita -dijo mi padre con una sonrisa cínica.

Subí las escaleras rumbo a la habitación donde estaba mi madre, toque levemente la puerta.

-Mamá, soy Jimin, ¿puedo pasar?

-No Jimin, no entres.- se escuchó la voz de mi madre detrás de la puerta, casi en un sollozo.

-Está bien, no entraré, ¿ocupas algo? ¿Quieres que te traiga algo después? -pregunté débilmente y triste porque últimamente no veía a mi madre.

-No, está bien, gracias Jiminnie.

-Bien -dije casi en un susurro y me fui a mi habitación.

Ella se la pasaba en la habitación encerrada, negándose a verme, el que entraba a su habitación para llevarle comida o algo que necesitara, era Hoseok-hyung.

Pase toda la tarde en mi cuarto, haciendo mi tarea y luego me quedé pensando en todo lo que estaba pasando, a pesar de ser un niño, ya tenía que madurar y no podía disfrutar de mi niñez como los demás.

**
Pasaron 4 años y ahora tenía 13 años.

Ya todo sea había salido de control, mi padre estaba drogando a mi madre para que no se resistiera y así ella pudiera estar con más hombres y así tener más dinero. Mi padre ya no le importaba si su esposa estaba siendo violada en su cuarto, en la sala o en cualquier lugar de la casa o si sus hijos la veían o no. Solo le importaba el dinero para poder comprar más alcohol y ahora su nuevo vicio, la cocaína.

Eran las 8 de la noche, estaba sentado en las escaleras viendo con tristeza a mi madre que estaba acostada en unos de los sillones de la sala, mi hermano estaba en su habitación.

-¡Jimin! Tráeme algo de cenar -me dijo mi padre, sacando el humo del cigarro por la nariz. Asentí y fui a la cocina en busca de algo pero no había nada, solo arroz y un poco de verduras, así que lo serví en un plato y lo metí en el microondas.

-Aquí está -dije poniendo el plato en la mesa. Mi padre se levantó del sillón del que estaba sentado, mi madre que estaba acostada en otro de los sillones se despertaba poco a poco, se le estaba pasando el efecto de la droga, mi padre se acercó a la mesa y probó con la cuchara el arroz y frunció el ceño.

-¡¿Qué mierda es esto, Jimin?! -dijo enojado, aventándome la cuchara, que pegó en mi pecho, yo solo hice una mueca.

-E-eso es lo único que hay... -conteste con miedo.  

Aventó el plato de la mesa, este cayó regando el arroz al piso, él miró el plato y luego me miró.

-Entonces, comételo tu -señalo el plato y el arroz regado en el piso. Yo solo lo mire sorprendido y negué levemente.

-¡No te estoy preguntando! -dijo alzando la voz y tomando mi nuca la llevó al suelo restregando mi cara contra el arroz que estaba en el piso.

-Comételo todo -dijo separando un poco mi cara del piso y soltando mi nuca. Se puso en cuclillas esperando a que yo lo empezara a comer. Yo acerque mi mano al arroz y empecé a juntarlo en mi mano.

Él tomó fuertemente mi muñeca e hizo que soltara el arroz que había juntado.

-Así no, Jimin, hazlo con la boca... -dijo soltando mi muñeca. Me quedé observándolo sin decir nada o hacer lo que me pidió, hasta que sentí un fuerte golpe en la cara, haciendo que me cayera de lado al piso y empecé a sentir ese sabor metálico en mi boca. Él me tomó de la camisa y me jalo hacia adelante, con temor me acomode de rodillas, para hacer lo que me había ordenado, acerque mi boca al arroz que estaba ya frío en el piso y empezar a comerlo, cuando ya estaba por terminarlo, volteé a ver a mi padre y este sonreía complacido aún en cuclillas.

-Eres un niño rebelde, pretendías hacer que comiera esa mierda... -reclamaba mientras se ponía de pié. -Quiero que cuando te mande a hacer algo, lo hagas a la primera -dijo quitándose el cinturón y acercándose a mí.

-¡Me-me portaré bien, lo prometo! -dije aterrorizado.

-Esto solo será una lección, ya veremos si aprendes o no... -golpeó mi rostro otra vez, me daba patadas en mi abdomen, me pegaba con el cinturón, yo solo cubría con mis manos mi rostro, pero era inútil. De reojo vi a Hoseok-hyung, por las escaleras cruzado de brazos y sonriendo, como si disfrutara de lo que estaba presenciando. Cerré mis ojos por el dolor, hasta que sentí que los golpes se detuvieron, suspire aliviado al saber que había acabado, abrí lentamente mis ojos, sentí como todo mi cuerpo se tenso al instante, al verla sujetando el brazo de su marido para dejar que me siguiera golpeando.

-¡Nunca vas a entender, maldita zorra! –dijo mi padre, soltando el cinto de su mano y tomando a mi madre por el cuello.

Le dio un golpe en la cara, y ella solo retrocedió unos pasos, le dio otro, logrando tumbarla, ella tropezó con la alfombra y se dio un golpe con la esquina de la mesa de centro que había en la sala, cayendo inconsciente, con sangre saliendo de su cabeza. Mi padre se acercó a ella, moviéndola con el pie.

-¡Hey, despierta, estúpida! -movió otra vez su cuerpo con el pie, ella no respondía, se veía pálida también había mucha sangre en la sala.

-¡Llamen a una ambulancia!.- dije asustado y alzando la voz. Hoseok-hyung que aún seguía ahí, sacó su celular y llamó a una ambulancia.

-Harán lo que yo les diga y no digan nada si quieren que su madre se recupere.- nos dijo mi padre, llamando nuestra atención, mi hermano y yo solo asentimos.

Llegó la ambulancia, los paramédicos rápidamente se acercaron a mi madre, checaron sus signos vitales, y después gritaron al unísono.

-¡Traigan la camilla, rápido! -la subieron a la camilla y la llevaron hacia la ambulancia.

-¿Qué fue lo que pasó? -dijo uno de los paramédicos a mi padre, mientras observaba mis golpes con detenimiento.

-Estaba en la tienda, cuando regrese vi que unos hombres con pasamontañas salían de mi casa, corrí a ver que estaba pasando y vi a mi esposa tirada en el piso y a mi hijo con esos golpes, así que llame a la ambulancia -dijo mi padre seguro, haciendo que el paramédico le creyera.

-¡Entonces, tendrán que llamar a la policía, para que hagan su denuncia! -dijo rápido y abriendo la puerta de la ambulancia -Alguien tiene que acompañar a la paciente y tú también niño deberías acompañarnos para te atiendan esas heridas -dijo el paramédico subiéndose a la ambulancia. -Yo iré con mi esposa -dijo mi padre sonando "preocupado".

-¡Yo estoy bien, atiendan primero a mi madre! iré con Hoseok-hyung en un rato más -le respondí apresurado al paramédico, este solo asintió.

-No tarden mucho -dijo mi padre, mirando a mi hermano que estaba detrás de mí y luego a mi.

Vi cómo se iba yendo la ambulancia con mucha rapidez, no podía creer la mentira tan grande que había dicho mi padre, pero no pude decir nada, lo más importante ahora era que mi madre estuviera bien.

-¿Nos vamos ahora? -le pregunté a Hoseok-hyung, este solo suspiro.

-Tomaremos un taxi -respondió. 


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Hola genteee!! 😆

Perdón, por no actualizar, pero estaba en exámenes finales y proyectos pero al fin ya de vacaciones...

Espero poder actualizar mas seguido...

Por cierto, mas al rato subiere un POV de Taehyung

Ya saben si les gusto, no olviden dejar su estrellita y su comentario sobre que les esta pareciendo!! 

Nos vemos pronto!!💕

PAIN [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora