Capítulo 1

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Aún pienso en los momentos que pasamos juntos y se podría decir que soy una masoquista. A mí corta edad, me di cuenta que a él nunca le gusté o eso es lo que pienso porque fui una maldita apuesta. Fue un idiota al pensar que nunca me daría cuenta de lo que él estaba haciendo conmigo, en como sus amigos se aguantaban la risa las veces que los veíamos en los pasillos de la escuela.

Me llamo Brianna y el ingrato que me rompió el corazón y al cual odio se llama Maxel.

Nunca lo había visto y la manera en que nos conocimos fue algo extraña. Me encontraba en un parque de diversiones junto a mi mejor amiga katy, es día peleábamos por quien pagaría los gastos de la otra. Semanas antes, le había pagado todo lo que se tragó cuando fuimos al cine, esa tarde ella se estaba oponiendo a cumplir mis antojos mientras estábamos en el parque, tal vez el grito y "espectáculo" que estábamos montando llamó la atención de algunas personas, tal vez unas cuantas, que entre ellas se encontraba Maxel, que por ahora será el innombrable en mi vida.

Mientras que katy y yo discutíamos, al idiota se le ocurrió que nos calmaríamos si nos aventaba agua helada que recién había comprado en un puesto.

Ambas nos petrificamos cuando sentimos el agua caer encima de nosotras, y por obviedad, habíamos parado de discutir. Él en cambio, se reía de nosotras junto a un par de amigos.

Katy es de las personas que suelen tolerar los arrebatos de otras, por más que ella sea una de las afectadas. Ella solo se quedó seria, en cambio yo, fui como un fósforo que se encendió con facilidad al ser frotado contra su cajita. Fue tanto el coraje que sentí que se podría percibir como me iba encendiendo.

En un arrebato fui directo a él, este aún se seguía riendo de mi reacción. Sus amigos ahora solo veían lo que estaba a punto de hacer, lo que siguió fue encararlo y golpear su mejía lo más fuerte que pude con mí puño. Maxel en realidad no sufrió ningún daño, ni siquiera retrocedió al sentir el golpe que le di, y en ese instante, lo único que puede hacer fue gritarle.

—¿¿Qué cojones te pasa?? ¿Quién te crees para venir y aventarme agua??? ¿¿A caso te falta un tornillo??—sí, esa definitivamente era yo, igual de impulsiva que siempre. El innombrable lo único que hizo fue alzar su puta ceja y empezar a carcajearse de nuevo.

—Lo siento, lo siento —dijo él aun riéndose —pero eres tan graciosa— y eso fue la gota que derramó el vaso.

Lo siguiente, fue que mi rodilla fue directa a sus bajos. Tal vez algo exagerado ¡Pero lo merecía! Él no se inmuto del movimiento que hice, así que el golpe fue directo al objetivo. Al sentir el dolor, él calló de rodillas al suelo. Seguidamente sus compañeros empezaron a reírse del pobre muchacho tendido en el suelo que se estaba retorciendo en el piso.

—Lo siento, lo siento, pero que gracioso te ves en el suelo — dije y reí en su cara sarcásticamente.

Katy solo me veía con una sonrisa de satisfacción. Ella no detuvo lo que iba a hacer, porque sabía muy bien que nadie iba a poder pararme hasta que sintiera la satisfacción de hacerle pagar por lo que hizo.

Vi durante unos cuantos minutos el espectáculo que él estaba montando y me reía hasta más no poder internamente - ¿Por qué? - se podrían preguntar y aquí va la respuesta: porque quería demostrar que era mejor que él. Fue tanto lo que tuve que aguantarme para no estallar en carcajadas, que por instantes se podrían decir que sufriría un ataque epiléptico.

Después de haber disfrutado la vista, me di la vuelta mientras que únicamente escuchaba los quejidos ahogados de dolor de él. Maxel me gritó mientras caminaba hasta donde se encontraba mi mejor amiga, no logre entender todo lo que decía, pero lo último que grito fue:

—Maldita perra, me vengaré de ti. Te encontraré.

La venganza por avergonzar a una persona no pensé que doliera tanto, inclusive se podría considerar como un dolor insignificante pero en mi caso no fue así y ahora sé a qué se refería con la ultimas palabras que dijo el día que lo conocí por primera vez y no puedo creer que lo había olvidado por completo, en como algo como eso se borró de mi memoria.

Pasé de un corazón algo arañado por un primer amor que me destrozó a sentirme desgarrada por él que consideré el amor de mi vida y me hizo añicos. 

¡Que viva el amor y los corazones rotos! 

¿Fui una apuesta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora