Ohhg!!........Maldito seas!!!

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~~Capitulo .1~~

Acaba de llegar a la tienda. Ya tenia el papeleo hecho, las puertas de emergencia despejadas, el sistema de megafonía conectado, el hilo musical en marcha y ya empezaban a llegar los empleados. Dispuse a cada uno de ellos en sus tareas y por fin pude sentarme en mi despacho. Tenia mil pedidos sobre la mesa y un montón de cosas pendientes. Como cada mañana, empecé por leer mis mensajes. Luego, con la agenda en mano, me organice el día. Con las ideas mas claras, bajé a la tienda. Todos estaban activos. Todo el mundo savia cual era su trabajo. Las cajeras en sus quehaceres, los mozos de reposición colocando las cosas en su lugar, otros recogiendo cartones,etc. Abrimos nuestras puertas y me fui a desayunar.  A la vuelta, me sorprendí al ver la cantidad de clientes que había. No era normal para ser jueves. Seguí con mi rutina y cuando terminé de hacer todo lo pendiente, me dispuse a echar una mano en tienda. Había mucha mercancía que colocar. Teníamos mercancía por todos los pasillos y para colmo estaba descargando un tráiler de nuestro propio almacén central.

Me gusta reponer en las estanterías, se me pasaron las horas volando de aquí para allá. Me gusta descubrir cosas nuevas y leer para que sirven. Ya solo quedaban dos o tres palet cuando decidí centrarme en uno que había en la zona de ferretería. Eramos tres, así es que pronto lo tendríamos ventilado.

La mercancía por reponer, estaba en un palet en mitad del pasillo.

Desconocía que en cuestión de segundos sucedería algo que cambiaría el rumbo del resto de mi vida. Terminé de colocar los tornillos en sus cajas y me dirigí hacia el palet para recoger mas mercancía. Pare justo frente a las cajas de madera y me incline hacia adelante. Mi sorpresa fue cuando noté una embestida por detrás.  Un golpe seco en mi trasero. Alguien tenia su pantalón muy cerca del mio y sin darme tiempo a reaccionar, noté unas manos calientes en mi cintura que me ayudaron a incorporar me. No tenia ni idea de quien se trataba hasta que una voz me susurró al oído:

- Como sigas poniéndote así, tu culo corre peligro.

Reconocí su voz al instante. Se me encendieron las mejillas de tal manera que seguro se me podía ver desde Marte. Fui incapaz de contestar nada. Solo me salió una ridícula risita de la que aun me arrepiento. Me dije a mi misma que no pasaba nada. Me auto convencí de que debía seguir poniendo las cosas en su sitio y dejar correr lo que acababa de suceder.

El resto del día siguió con normalidad. Hasta la hora de comer. Estaba con algunos de mis compañero, cada uno hablaba de sus cosas y de los planes para el fin de semana. No se en que momento me perdí de la conversación. Se que mi pensamiento fue en otra dirección y cuanto mas pensaba en ello, mas me gustaba. Un calor tremendo empezó a subirme por la entrepierna y el hormigueo de mi estomago era cada vez mas intenso al recordar los detalles de lo sucedido por la mañana. Podía sentir su paquete pegado a mi culo. Olía de una forma especial y su voz en mi oído parecía la musica mas erótica jamas escuchada.

- Ehhh!! En que estás pensando ?? - me soltó una compañera de golpe.

Del susto se me cayó el tenedor al suelo y me despertó de mi trance.

Me forcé mucho para que mis pensamientos no volvieran a ganarme la batalla. Estuve atenta a todo lo que hablaron el resto de la comida y por increíble que me resulte ahora, conseguí pasar la tarde sin que me volviera a abordar ese recuerdo.

Llegue a casa, hice la cena, charlé un rato con mi marido, jugué con los niños.... Vamos nada distinto a cualquier otra noche.

Durante los días siguientes todo transcurrió con normalidad. Mi día de fiesta lo utilicé para hacer mis cosas. Tenia que ir a la compra, planchar, poner la lavadora,...en fin, todo aquello que una madre de familia hace.  Y sobretodo, aproveche para llevar a mis niños al colegio y volver a buscarlos ya que mi horario laboral no me lo permitía hacer normalmente.

Habían pasado ya varias semanas des del encontronazo. Intentaba evitarlo siempre que podía pero  puedo asegurar que cada vez que me cruzaba con el por los pasillos el tono de mi piel cambiaba a 5 o 6 tonos mas subido de lo normal. El corazón se me aceleraba y era incapaz de levantar la cabeza y mirarlo de frente.

Empecé a analizar la situación. Me gusta tener las cosas bajo control y estaba claro que aquello escapaba de mi planes. "O te controlas o vas a tener un problema serio. Que demonios te pasa con ese chaval. Le sacas un porrón de años y nunca antes te habías percatado de él. Hace años que trabaja en la empresa. Como un comentario tan simple podía afectarme de esa manera?"

Pero empezaron a pasar los días y mis pensamientos no cesaban. Ahora era yo quien tímidamente lo buscaba y me gustaba tenerlo controlado. Empecé a fijarme en sus gestos, en su forma de andar, en como hablaba con los demás, en como se tocaba el pelo para peinarse, en su sonrisa, etc. No era el tipo de chico que yo me hubiera fijado normalmente. No muy alto, pelirrojo y un poco freaky, si se me permite la expresión. Me llamaron la atención sus manos. Eran blancas con finos dedos y largos.

Empecé a sentirme muy mal por lo que me estaba ocurriendo. Llevaba mas de media vida con mi marido y lo adoraba. No podía imaginar otra vida que no fuera rodeada de él y de mis hijos. Me había casado a los 19 años completamente enamorada y a pesar de algunos baches que íbamos sorteando, las cosas nos iban bien. Los dos teníamos trabajo, en estos tiempos es mucho de agradecer, y teníamos salud para criar perfectamente a nuestros dos soles.  El es bastante mayor que yo y eso hasta ahora nos había ayudado.

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