No podría decir que mi vida es la mejor del mundo, porque ni siquiera se califica como vida.
Cuando tenía 3 años mis padres murieron y quedé huérfana junto a mi hermana un año mayor que yo.
Nos fuimos a una casa hogar y estuvimos viviendo ahí juntas hasta los 9 años que la adoptaron y me quedé sola pensando en su promesa de un día volver por mi, nunca hablé con nadie, no sonreía, vivía el recuerdo de una familia feliz que se había desecho hasta que cumplí 12 años y un hombre mayor me adoptó, no fui feliz porque no era mi padre, no era mi familia.
Él era un narcotraficante, de los mejores y necesitaba ayuda, necesitaba más cómplices.
Me obligaba a entrenar lucha, me hacía más fuerte, me enseñó a disparar, a secuestrar y a traficar droga, a mis 15 años de edad, ya sabía matar.
No podía negarme, un NO era un golpe, una violacion, tenía que hacer siempre lo que me mandaban, no podía decir donde estabamos, no podía hablar con nadie.
Con el tiempo dejé de luchar por ser libre aunque seguia deseándolo, vivía preocupada por si algún día mi hermana me buscaba, no me encontraría, no me he enamorado ni he amado a nadie desde que mi hermana se fue, soy infeliz pero por mantenerme viva y que un día pueda escapar, soy la mejor chica narcotraficante que existe, todo el mundo dice que no tengo corazón pero nadie me conoce, saben el nombre de otra chica que no existe y no saben que vivo bajo las reglas de una mafia.

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Bajo las reglas de una mafia
Teen FictionEsta sola y siempre a deseado amor pero perdió a su familia y nunca se a enamorado, es fuerte, cruel pero muy dentro de ella ama y desea ser libre.