Autor Desconocido

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CAPITULO 1

Estaba sentado en el banco del patio más alejado del colegio, entre la maleza . No era la hora del almuerzo , pero el señor Wolfran mi profesor , me había tirado de clase. Ya teníamos 15  años ¡no podían castigarnos como si tuviésemos 5 años! Al menos eso creía yo . Como no quería perder el tiempo, bajé a conserjería haciendo mi mejor actuación de niño enfermo para que llamasen a mi padre y poder irme de allí sin tener que pasar el resto del día aburrido .

Así  que allí estaba, en el patio, sentado en el banco de piedra más alejado en dirección a la puerta de entrada esperando ver por fin el coche de mi padre por los barrotes de aquella cárcel que llamaban escuela .

Por fin vi el escarabajo blanco de mi padre . Me levanté  y corrí hacia la verja, estaba chispeando algo muy normal en esta época en Alemania. Entré en el coche y di un portazo .

- ¡hola papa! Muchas gracias por venir a buscarme es que .... - no estaba seguro de contarle la verdad . Yo no era mal chico . Pero últimamente me castigaban mucho . Tenia las manos llenas de cortes por la regla que utilizaba el señor Wolfran y ya casi me sabia de memoria todos los recovecos del ático viejo, oscuro e inservible donde encerraban una hora a los que castigaban . El eco de una guerra que se acerca nos desconcentra a todos . 

-  Jules, ¿que ha pasado ?-  me dijo mi padre con voz tan tranquila como siempre.

Yo no le contesté de inmediato . Me quedé mirando la pila de papeles que se encontraban en el asiento del copiloto. Mi padre trabajaba en una empresa periodística donde él era el encargado de revisar todo lo que se publicaba, o casi todo.

- papa , ya se que...- intenté explicar 

- No Jules , cuentas veces tengo que decírtelo. No puedes saltarte las clases porque a  ti te de la gana. ¿Como vas a encontrar un buen trabajo si no sabes ni escribir? -  me cortó mi padre más decepcionado que enfadado .

- Pero papa no ha sido culpa mía , el señor Wolfran se ha creído que he sido yo el que le ha escondido sus libros pero no fui yo ¡te lo juro! Seguro que ha sido Victor lleva enfadado conmigo desde el verano pasado y no sé porque.

-No busques escusas Jules, puede que esta vez no hayas sido tú pero todas las demás estoy seguro de que sí . - Tomó  aire y volvió a relajar la voz. -  No tengo tiempo y ya que estás subido en el coche te llevaré al trabajo .

De repente se me iluminó la cara ya no me importaba que mi padre me hubiese reñido y que el señor Wolfran me hubiese castigado. Iba a ir al trabajo de mi padre. ¡A la empresa periodística! Mi padre no tenían ni idea , es más pensaban que escribir no se me daba nada bien , pero es que es una de mis mayores pasiones . Siempre he querido escribir una novela pero antes de que mi padre comprase la máquina de escribir que ahora tenia bajo su custodia en su despacho no había nada para poder escribir . A veces robaba una de las plumas de clase y me la llevaba a casa para poder escribir alguna de mis historias, otras cogía la pluma más preciada del abuelo (la única que tenía ) y escribía con ella, pero era tan bonita y antigua que tenía miedo de que se notase el desgaste así que la volví a dejar en la mesilla de mi abuelo,donde siempre debía haber estado . Otras , cuando mi padre ya hubo comprado la máquina de escribir, me colaba en su despacho y escribía durante horas. Al principio me costó un poco saber como funcionaba aquel trasto pero pronto le cogí el tranquilo y seguí y seguí . Claro está que todo esto conllevó algún que otro castigo . Por eso, aprendí que si queria escribir en la máquina de papá debia hacerlo cuando ni él ni mamá estaban en casa . Tan solo mis dos hermanos, Gabriel el mayor y Pío el menor sabían lo que hacia . Una vez , estaba tan desesperado por escribir antes de que se me fuera la inspiración que tuve que sobornar a Pío con mi todos mis postres durante un mes, para que distrajese a papá y a si poder colarme en su despacho y escribir .

Llegamos al aparcamiento de la empresa de mi padre después de un cuarto de hora . A mi padre no parecía importarle lo de las clases así que preferí no hablar mas de ese tema . Me invitó a tomar algo en la tiendecita de en frente después de acabar su turno . Como sabia que seria dentro de un cuarto de hora, accedí .

Me encantaba el trabajo de papá , se sentaba en una silla como la del despacho que teníamos en casa y revisaba y copiaba la información que le parecía mas importante o que le habían pedido que copiara . Además la gente de al rededor era muy maja y agradable siempre contando chistes en la máquina de café . De tantas veces que mi padre me ha llevado al trabajo ya me conocen  y muchas veces me ayudan con los deberes más complicados , me preparan un zumo de naranja o si se acerca el verano un granizado o simplemente me preguntan como están mis hermanos o que tal me fue el examen del que le hablé la última vez que estuve allí . Todos me caen muy bien incluso el tío raro y larguirucho a 6 despachos más a la izquierda del de mi padre que me ofreció un cigarrillo. Yo no lo acepté, pero sé que no lo hizo con mala intención ya que en ese momento tenía a mi padre detrás .

Cuando entré, la joven Aleska , la secretaria, me saludó alborotándome el pelo, tenia 25 años pero por la ropa que llevaba parecía que tenia mucho más . Con ella era con la que solía quedarme casi todo el tiempo que estaba allí .

Aleska me explicaba como funcionaba la empresa , los horarios y además me proporcionaba plumas y  más plumas para poder escribir en casa . Ella también sabia mi gran afición a la escritura y siempre me intentaba ayudar en todo lo que podía . A mi hermano Gabriel le daba un poco de envidia , aunque no lo dijese se le notaba . Mi padre también lo llevaba a él al trabajo ya que quería que siguiese sus mismos pasos , pero al contrario que yo, escribir y hacer artículos no era lo que más le gustaba . Pero eso no quitaba que la secretaria le pareciese muy guapa . Así que iba casi todo el tiempo que podía a la empresa con mi padre .

Te sobrepasa en edad- le decía yo constantemente para chincharlo . - solo tienes 17 años Gabriel-  remarcaba " diecisiete" . Al final solía ganarme un capón pero valía la pena por ver la cara de frustración de Gabriel .

Ese día parecía como cualquier otro,  pero estaba a punto de cambiar absolutamente todo. 













































Autor desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora