One-Shot
...
Después de haber rescatado a Hinata de las manipulaciones de Toneri, ella, con el corazón en la mano, se le confesó. Naruto, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar, se quedó paralizado, su mirada esquivando la de ella, buscando refugio en cualquier rincón menos en su rostro. El rubor le cubrió las mejillas, y el desconcierto lo dominaba. Hinata, ansiosa, esperaba una respuesta, pero Naruto tenía otros planes.
Con un gesto nervioso, se rascó la nuca, mientras unas gotas de sudor resbalaban lentamente por su piel bronceada. Dejó escapar un suspiro largo y tenso, que cargaba todo el peso de su incomodidad. Al verlo el rostro de Hinata, siempre tan cálido, perdió su color. Sus manos temblaban contra su pecho, y las piernas le flaqueaban, al borde de ceder bajo el impacto de lo que temía.
Por dentro, deseaba desaparecer en ese instante cuando Naruto la miró con una mezcla de pena y duda. Quiso gritar, golpear algo para poder liberar esa marea de emociones, pero se contuvo. No podía permitirse perder el control frente al chico que había amado desde que tenía cinco años.
—Mira, Hinata... —tragó saliva, sus ojos desviándose hacia los chicos que los observaban con sonrisas maliciosas—. No sé cómo decirte esto...
Hinata empezó a dudar de la respuesta "afirmativa" que anhelaba recibir de él. Sus mejillas, enrojecidas por la confesión y el frío invernal, y sus dedos helados, temblaban nerviosamente. Su postura, sutilmente provocativa, no parecía influir en el rubio, cuyos ojos azules huían de los suyos. Naruto no sabía qué palabras usar para evitar herirla. Frente a él, la chica lo miraba con una mezcla de esperanza, anhelo y un amor tan profundo que él tuvo que reprimir un grito de frustración. Necesitaba que ella comprendiera que su corazón no le pertenecía, que él no la amaba de la misma forma pura e incondicional en la que ella lo hacía. Ojalá fuera tan sencillo decirle que no estaban destinados a compartir alma y cuerpo.
Pero no tenía idea de cómo expresar lo que estaba a punto de decir.
—Hinata, eres hermosa. Cualquier hombre querría pasar el resto de su vida contigo. Eres una persona amable, con un corazón tan blando y lleno de amor —dijo, viendo cómo el rostro de Hinata reflejaba un destello de esperanza, aunque sus palabras parecían alejarse de lo que realmente sentía. Su propio corazón latía con fuerza, buscando una salida que aliviara la tensión del momento—. Yo sería feliz de estar a tu lado, pero no seré yo quien te bese por las mañanas, quien te acaricie con sentimientos más allá de una gran amistad, quien rodee tu cintura con sus brazos en un abrazo reconfortante. Simplemente... no soy el hombre que buscas.
Hinata no pudo contenerse más.
Las lágrimas empezaron a deslizarse por su rostro pálido, profanando la pureza de su belleza. Naruto sintió cómo su propio corazón se rompía al ver la tristeza oscurecer el brillo en los ojos de Hinata. La imagen de su dolor era casi insoportable.
Había destrozado las esperanzas de una mujer tan bella como Hinata.
Sin decir nada más, ella se alejó, dejando a Naruto sumido en una tormenta de pensamientos contradictorios. Uno de ellos lo atormentaba más que los demás: ¿Por qué no aceptaste? ¡Es una mujer hermosa, perfecta! Pero el corazón de Naruto no funcionaba con la lógica que dictaba su mente. Era más complicado de lo que cualquiera podía imaginar. Su amor pertenecía a alguien más, a alguien que lo trataba con indiferencia, quizá incluso crueldad, y aun así, Naruto estaba dispuesto a entregarlo todo a cambio de recibir solo una pequeña fracción de lo que él ofrecía.
Ahora, se encontraba ahí, sin poder creer que había roto el corazón de una mujer en todos los sentidos posibles. Una mujer que lo amaba con una pureza que él no podía devolver. Y eso, más que cualquier otra cosa, lo perseguiría.
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Our Baby!
Romance¿Qué hubiera pasado sí Naruto no se hubiera casado con Hinata y Sasuke con Sakura? Obviamente sería una historia TOTALMENTE diferente a la original. Por tanto, en The Last, Naruto no se habría enamorado de Hinata y sólo la hubiera salvado de Toneri...