Our Baby!

Our Family!

—¡Naruto!— La inconfundible voz de la pelirrosa lo hizo girar. Una sonrisa iluminó su rostro mientras levantaba una mano en saludo.

—¡Hey, Sakura!

Ella se lanzó a sus brazos, suspirando al apoyarse contra su pecho. Naruto le devolvió el abrazo, sintiéndose un poco cohibido, pero disfrutando del momento.

—Naruto, te extrañé. La misión fue aburrida sin ti —dijo, ofreciéndole una sonrisa cálida antes de darle un suave beso en la mejilla.

—Apuesto a que sí, ¡ttebayo!

—Ah, casi se me olvida. Kakashi te quiere en la torre. Al parecer, tiene una misión un tanto... cómo decirlo, interesante, para ti.

—¿En serio?— Sus ojos azules brillaron con emoción al ver que Sakura asentía y acariciaba su mejilla. —¡Gracias, Sakura!

Sin más, salió corriendo como un rayo.

—Nunca cambiará —murmuró Sakura con una sonrisa, observándolo alejarse.

...

—¡Kakashi-sensei~!— el melodioso canturreo del rubio resonó con alegría desde la otra esquina de la aldea, llenando el aire con una energía vibrante.

—¡Pasa, Naruto~!— respondió Kakashi con un tono burlón, casi dejando caer la taza de té que sostenía en una mano al escuchar el alboroto del Uzumaki. Algo tan característico de su antiguo alumno.

—No me haga burla, ya esta viejo. —protestó Naruto, cruzando los brazos y frunciendo el ceño, aunque no pudo evitar que una pequeña sonrisa se asomara en su rostro, traicionando su acto serio y algo molesto.

—Toma asiento. —Kakashi se acomodó en su silla, disfrutando del espectáculo, sin embargo, tenía asuntos que atender y discutir con Naruto y si llegaba mas rápido al grano, mucho que mejor para ambos y no perderían tiempo.

Naruto se dejó caer en la silla frente a su maestro, su expresión reflejaba una mezcla de entusiasmo y ansiedad. Sin embargo, al ver el cambio en el semblante de Kakashi, su corazón se aceleró. Las manos del maestro se unieron en un gesto de seriedad que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Naruto.

—¿Pasa algo grave? —preguntó, la preocupación brotando de su voz mientras un leve sudor comenzaba a acumularse en su frente.

—No, no es eso, Naruto... solo pensaba. —Kakashi desvió la mirada, sus ojos escondiendo pensamientos profundos.

—Oh, bueno... pero no lo haga con esa cara. Me asustó por un momento. —murmuró, desviando la mirada hacia el suelo, sintiendo una punzada de inquietud.

—Bien, bien. Lo siento, intentaré cambiar mi cara.— Kakashi en definitiva no hizo nada para cambiar su semblante, aunque usara una mascara que le ayudaba a camuflar sus emociones mas básicas, lo cierto es que sus ojos lo delataban seguido. —Creo que Sakura te fue con el chisme de tu nueva misión, ¿estoy en lo cierto? —inquirió Kakashi, su tono volviendo a ser ligero, aunque con un aire de seriedad subyacente.

—Eh... ¿sí? —contestó Naruto, sintiendo una mezcla de curiosidad y temor al mismo tiempo.

—Eso es bueno. Ahora hay que enfocarnos en esa misión que te tengo. —La expresión de Kakashi se tornó grave nuevamente.

—Suelte la lengua —dijo Naruto, incapaz de contener su impaciencia, sintiendo la adrenalina correr por sus venas.

—Necesito que... —Kakashi hizo una pausa, asegurándose de que Naruto estuviera listo para lo que vendría.

...

—¡Maldito Kakashi, hijo de...! Mierda, ni siquiera sé nada sobre sus padres, no puedo insultarlos. De esta te salvas, jodido sensei.— maldijo Naruto mientras caminaba por el bosque, su voz resonando entre los árboles como un eco de frustración.