Ella tenía una sonrisa igual de ancha que su dolor. Su mirada a veces era triste pero fingía que todo estaba bien. Pero al verle sus brazos veías que no, ella se aferró mucho al silencio, se dedicó a escaparse mediante el sufrimiento.
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Ella tenía una sonrisa igual de ancha que su dolor. Su mirada a veces era triste pero fingía que todo estaba bien. Pero al verle sus brazos veías que no, ella se aferró mucho al silencio, se dedicó a escaparse mediante el sufrimiento.