-¡Llegaremos tarde Kookie! -regresó corriendo el mayor para tomarlo de la manga y correr nuevamente por la calle riendo.
Tan solo faltaban media hora para llegar al restaurante, antes de que abrieran. El mayor cargó rapidamente en su espalda al menor, para salir corriendo, tratando de esquivar varios autos. JungKook solo se aferró a su cuello, preocupado de que si no llegaban a tiempo, serían regañados por el jefe, como la ultima vez. Jin sostenía sus piernitas mientras corría a toda velocidad con sus delgadas piernas.
Llegaron fuera del edificio, liberando un suspiro de alivio al verlo aún cerrado. El menor se bajó de la espalda de su compañero, saltando de alegría mientras aplaudía.
-¡Yaay! Aún no llega -sonrió diriguiendose al mayor.
Jin sonrió cálidamente sacudiendo sus cabellos marrones, para apoyarse en la pared, intentando recuperar las fuerzas y el aire perdido. JungKook tan solo lo observaba, con cierto brillo en los ojos.
Parecía su padre, o incluso un hermano mayor para él.
A pesar de tener veinticuatro años.JungKook, a sus quince años, aún era un pequeño aprendiz en el mundo de la gastronomía, pero estaba mas que seguro que a eso quería dedicarse. El primer día que suplicó poder aprender mas sobre ese mundo, no obtuvo ninguna respuesta a su petición, en casi todos los restaurantes de Seúl. "Golden Flower", ese era el nombre del único restauran de cuatro estrellas, en la que le asignaron un mentor.
Kim SeokJin, reconocido chef de la ciudad, tanto en la pastelería como en la gastronomía. Su vida era la cocina, hasta que su vida se convirtió en ser además mentor de un apuesto y tierno niño, quien vivía en su mismo edificio.Ya habían pasado casi medio año desde que se conocieron, y desde ese día, mas que mejores amigos, eran como hermanos.
Seokjin siempre visitaba al menor en su departamento, o a veces el menor lo hacía. Inclusive cada día el mayor esperaba a JungKook para ir juntos al trabajo, en donde le enseñaba varias recetas, el manejo de la cocina, y como ser un don Juan con la clientela, cosa que al menor siempre le daba gracia.
Simplemente, nunca que aburrían juntos. Claro, nunca se separaban. Los padres de JungKook nunca se opusieron a su amistad, pensando mal de él. ¿Quién lo haría?, Jin era apuesto, inteligente, bien parecido y hasta graduado de la universidad.Jin siempre miraba a aquél joven como a un hermanito menor, al que siempre debía cuidar y proteger con su vida. Y eso hacia.
Cuidaba al menor como si fuera su propia vida, se preocupaba de que haya cenado, lo consolaba cuando sus padres discutían y mas de una vez irrumpió en el departamento cuando su padre se encontraba ebrio y a punto de golpear al menor.
Era como su héroe, en resumidas palabras.***
11:10am
-Cuidado pequeño...-Jin se acercó rápidamente, cuidando que no se quemase.
El día recién empezaba, por lo que al no venir aún los otros cocineros, Jin y JungKook se encontraban solos.
-Hyung, puedo hacerlo solo, no soy un niño -rió revolviendo con un cucharón la salsa.
-Eres mí niño -susurró regalandole un casto beso en la mejilla.
JungKook solo sonrió, Jin era de esas personas que amaban demostrar sus afectos, y el menor ya estaba acostumbrado a que le dé besos en la mejilla, en el cuello, o inclusive que se sienten juntos.
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Aperitivo (One Shot♥JinKook)
Fantasy-J-jin hyung...-llamó su atención sonrojado-... r-repítalo, por favor...-. -... primero el plato principal...-susurró tocando sus labios con la yema de su pulgar-... y luego el postre...-sonrió de lado mientras bajaba su mano lentamente hacia su ent...