Cap. 1: Alguien me está persiguiendo.

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Aaron

Un sonido irritante llenaban mis oídos. Tomé mi celular y prolongue mi alarma por 5 minutos más.

* 5 minutos después*

¡Bip, Bip, Bip!

¡Pero si la acabó de poner!

Agh, ya que...

Me levante de mi cama con pereza y me dirigí directamente hacia el baño, para lavarme la cara y hacer mis necesidades.

Después de alistarme, bajé a la cocina para encontrarme con mi hermosa madre haciendo el desayuno.

—Buenos días, mamá—le saludé dándole un abrazo y un beso en la mejilla, lo que causó que ella riera.

—Buenos días, Aaron—me dijo aún riendo y luego me sirvió mi desayuno.

—Papá ya se fue, ¿cierto?—pregunté.

—Si, tuvo que salir antes porque tenía asuntos pendientes en la oficina—me detuve para ver a mamá, se le veía triste y cansada. No me gustaba ver así a mi mamá, pues por el momento estábamos cruzando por una pequeña crisis económica y mi papá tenia que trabajar el doble de tiempo para poder seguir pagando las deudas de la familia.

—Tranquila mamá, sabes que lo hace por nosotros—le dije dándole una de mis mejores sonrisas y ella me la devolvió.

—Lo sé, hijo, lo sé.

Después de desayunar, tomé mis cosas para irme no sin antes darle otro beso en la mejilla a mi mamá.

¿Qué? Yo si quiero mucho a mi mamá, ¿problema?

.

.

Me encanta la escuela, y no, eso no fue sarcasmo. La idea de aprender algo nuevo todos los días era mi motivación para ser el mejor de la escuela. Aunque, en realidad, yo no debería estar en primer año de preparatoria, yo debería estar en la Universidad. Pero prefiero aprender a mi ritmo.

Ya faltaban unas cuadras más para llegar a la escuela; creo que fue en ese momento cuando me empecé a sentir que me estaban siguiendo.

"¿Qué rayos?"

"Disimuladamente" me giré sobre mi hombro para ver si alguien de verdad me estaba siguiendo pero no vi nada sospechoso.

Acelere mi paso para que esta sensación de que alguien me estuviera siguiendo se esfumara y no me hiciera sentir nervioso.

.

Listo. Pude llegar sano y salvo a la escuela.

Las primeras cuatro horas pasaron de lo mas normal: yo participando en clases, sacando 10 en los proyectos de clase, contestando exámenes sorpresa como si fueran un simple ejercicio, etc; lo normal. Después la campana sonó para la hora de receso y sentarme en la misma mesa solitaria de siempre esperando a mi mejor amiga, Mónica. Una chica un poco robusta de cabello rojizo y ojos verdes oliva, que por cierto ya estaba llegando.

—Hola hermano de otra madre—me saludó con entusiasmo mi amiga mientras ponía su bandeja de comida en la mesa.

—Hola hermana de otra madre—le devolví el saludo.

Después de una pequeña charla de cosas triviales, por la entrada de la cafetería aparecieron nada mas ni nada menos que el equipo de lacroos, con su capitán: Dominik O'Brien. Él era el sueño húmedo numero uno de todo el instituto para las chicas, y para los chicos como un rey al que no podían tocar ni mirar a los ojos sin su autorización. Debo aclarar que era un chico muy presumido ,pero tampoco voy a negar que es tremenda mente guapo, a pesar de que ya no es como antes aún guardo esos bellos recuerdos; y por eso, y los momentos que pasamos, que se convierte en mi amor platónico más imposible del mundo.

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