Capitulo 1

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Narra Garaa
Abro los ojos al ver personas hasta en el balcón del piso de arriba. La casa está repleta de gente y Clarissa no tuvo la mejor idea de traerme con ella. Está bien, Jackson es su mejor amigo, pero sabe que lo odio.
—¿Es necesario que yo esté aquí? —digo malhumorada.
Entramos a la casa y ella sonríe.
—Vamos, admite que está genial —ríe mirando a la multitud que se encuentra en la sala.
—Divertidísimo —digo sarcástica mientras ruedo los ojos—. Todas las zorras buscando alguien con quien terminar esta noche, todos buscando tener una resaca apenas salga el sol, todo lo que una fiesta cliché necesita.
Clari me da un leve codazo y me mira mal.
—¿Dónde quedó la Garaa fiestera que ama terminar ebria con sus amigos? —alza una ceja.
—No es que esa Garaa no esté, sino que esta fiesta está organizada por el fabuloso —nótese el sarcasmo—, Jackson Clarck —digo con asco.
Clarissa y yo somos mejores amigas desde que tenemos memoria, ella y Jackson también lo son desde pequeños, el pequeño detalle es que detesto a Jackson y él ama fastidiarme cuando se le da la oportunidad.
—¡Oye, pobre Jack! —me mira mal—. No olvides llamarlo así, te odiará —dice, adentrándose más en la fiesta buscándolo.
—Será odio mutuo —susurro para mí misma, siguiéndola.
Clarissa ríe por lo bajo y hace una seña rara a un chico en el otro extremo de la casa. Jackson. Éste se acerca con Ayden, su mejor amigo, y sonríe divertido.
—Hey —sonríe y besa la mejilla de Clarissa—. Viniste Garaa —sonríe travieso al mirarme.
—No te ilusiones Jackson, no significa que me caigas mejor, solo que fui obligada a venir —saludo a Ayden.
—¿Aún no sabe que debe decirme Jack? —le reclama a Clarissa, que se alza de hombros—. Toda la escuela lo sabe, más bien, el mundo entero.
¿Les mencioné que es totalmente arrogante, creído e insoportable?
—En tu acta de nacimiento dice Jackson, no Jack, así que seguiré llamándote así —sonrío victoriosa.
—Como tú digas —ríe engreído, me toma de la cintura y me acerca a él.
No empieces por favor.
—Ni lo intentes, Jackson —lo alejo sin una pizca de delicadeza y me dirijo a mi amiga—. Clari, ¿nos podemos ir?
Ella nos mira a los dos y sé que está planeando algo para dejarnos solos. Hace meses que trata de que nos llevemos bien y hace meses que le vengo repitiendo que eso nunca pasará.
—Iré a tomar algo, ¿sí? —me guiña un ojo y le hace una mueca a Jackson.
—Ehh… Yo te acompaño. De paso hablamos de algo que te quería contar… Después nos vemos chicos —le guiña un ojo a Jackson y se va detrás de Clari.
Ruedo los ojos y me voy rápido hacia la salida. Siento una mano tomar mi brazo y que me detiene.
—¿En qué estábamos? —dice pervertido.
—Me tocas y grito —amenazo, ya cansada de sus tonos perversos.
—No me dejes como un violador —protesta—. ¿Bailamos?
—Eh… ¿Contigo? —finjo pensar y sonrío—. Nunca.
Doy media vuelta y sigo caminando hacia la puerta principal. Mi brazo es nuevamente sujetado y suspiro paciente para encontrarme de vuelta a la cara de Jackson.
—¿Jugamos un juego? No seas gallina.
¿Me dijo gallina? Nadie le dice gallina a Garaa Lenz.
Lo agarro del brazo y lo llevo a la ronda que se ha formado al cabo de dos minutos.
—No soy gallina —me siento en la ronda, y en frente mío, lo hace él.
Narra Clarissa
Me alejo de mis mejores amigos y me siento en la barra pidiéndole algo de tomar al chico del otro lado. Giro mi cabeza para verlos y solo logro visualizar a Ayden sentándose a mi lado.
—Espero que comprendas que mi plan no es intentar nada contigo, sino dejar a Jack con Garaa… Igualmente si quieres algo no me molestaría —me mira de pies a cabeza.
Lo maldigo mentalmente.
—Lo sé, solo me molestó el comentario de Jack —me resto a decir—. Y no gracias —sonrío falsa.
Toma un sorbo de mi bebida y lo miro incrédula.
—Él es así, no hay mucho que esperar —ríe.
—Tú eres igual, ¿no?
—No —ríe—. Yo soy más guapo —me mira—. ¿O me equivoco?
Por alguna extraña y maldita razón me sonrojo y tozo para disimularlo.
—Hasta el vagabundo de la esquina es más bonito que tú.
—¿Estás diciendo que Jack es más lindo que yo? —alza las cejas, sonriendo.
Sabe que me está provocando y eso le gusta.
—¡No, ninguno de los dos lo es! —bufo y me levanto para ir al patio de la casa.
Ayden me toma del hombro y me atrae hacia él.
—No te escapes de mis preguntas —suelta una risita.
—Suéltame —digo con una mueca de dolor.
Digamos que mi padrastro no es muy amable que digamos, ni muy delicado, si saben a qué me refiero…
—¿Y si no lo hago qué harás al respecto? —dice desafiante.
Maldigo en mi interior y me muero la lengua soportando el dolor. No es que me esté tomando fuerte, el golpe fue reciente y hasta me arde.
Maldita sea, Ayden, suéltame.
—Por favor —suspiro cansada—. Suéltame.
—Está bien —me mira raro y me suelta—. Vamos al patio.
Narra Garaa
Me levanto de mi lugar y voy atrás suyo.
—Esto llega a ser un plan tuyo para hacérmela pasar mal y te mato —le susurro.
—Me gusta que me susurren en el oído —me provoca y sonríe perverso—. Tranquila, no planeé nada.
Le pego un codazo, vuelvo a mi lugar y giro la botella. La botella indica a un chico rubio, no tan feo pero bastante ebrio, y a mí. Ambos nos levantamos y con una mueca de asco, lo beso. El rubio me besa, y siento sus manos en mi trasero por lo tanto descubro sus otras intenciones.
—Ven aquí muñeca —me acerca más al notar que me había alejado un poco de él.
Jackson aparece detrás de él completamente serio y le pone los límites. Sorprendiéndome.
—Ya está —lo fulmina con la mirada—. Ya está, vete.
El rubio rueda los ojos y cae en su lugar. Lo miro a Jackson agradecida.
—Gracias. Igual te odio.
—Rayos —finge estar decepcionado y ríe—. ¿Qué tendré que hacer para caerle bien a Garaa Lenz? —se posiciona en frente mío y gira la botella con concentración.
Él...
Y yo.
—Ay no… No, no, no. ¡Me niego rotundamente! —me cruzo de brazos.
Prefiero morir en este mismo instante a que tener que compartir saliva con este pedazo de imbécil.
Jackson comienza a reírse de manera patética y se burla de mí.
—No seas gallina, ¿o acaso sientes algo por este galán? —se señala alzando las cejas.
—Así menos —mantengo mi postura de negación.
Las demás personas gritan que lo bese. Los miro a todos con cara de asco y mi mirada llega a Jackson, quien está sonriendo con los brazos abiertos para recibirme.
—Ya los escuchaste, gallina —dice.
Suspiro con total odio, avanzo tres pasos y lo beso. Tensa como una cuerda siendo tirada de ambos lados.
Jackson disfruta del beso y también de mi trasero. Le subo la mano maldiciendo mentalmente y él ríe entre medio del beso.
—¡Vayan a un motel! —grita alguien de los espectadores.
Inmediatamente me separo de Jackson y me siento dándole la espalda.
—¿Tan mal beso? —se acerca a mí.
—Sí, horrible, el peor beso de mi vida —digo tapando mi rostro rojo como un tomate.
—¿Entonces por qué estás sonrojada? —alza las cejas, divertido.
Esto no me causa para nada, Clarck.
—Me voy por un trago —sentencio.
Narra Clarissa
Salimos al patio y tomo aire. Me siento en el césped y a mi lado se ubica el pesado de Ayden. Quizás nunca hayamos entablado una conversación, pero se nota que es un estúpido que se cree el Rey de Roma.
—¿No tienes que ir con tu séquito? —cuestiono.
—No tengo un séquito —ríe, que pare de reír por favor—. Además, Jack me dijo que te cuide —se alza de hombros.
—¿Qué me cuides? ¿Tú? —lo señalo y río.
—Sí… No fue su mejor idea —suelta una carcajada.
Fue la peor.
—Eres inmaduro, terco, egoísta, agrandado… —comienzo a nombrar sus cualidades y me interrumpe.
—¿Vas a decir algo bueno o solo me vas a criticar sin conocerme? —su rostro no mostraba nada. No puedo descifrar cómo se siente.
—Solo digo lo que se ve desde afuera —me alzo de hombros, diciendo la verdad.
—Genial —me responde seco.
¿Es bipolar o qué? Él vino para “cuidarme”, que no venga con sus caprichos de… Okay, está bien, estuve mal yo.
Suspiro y ruedo los ojos.
—Lo siento, ¿sí? —me acomodo la manga de mi blusa.
—Ajá —mantiene su mirada en el cielo y hace una rara mueca con la boca.
—¿Solo ajá? —lo miro incrédula—. ¿Acabo de disculparme y me dices un simple y estúpido ajá?
—¿Y qué esperabas? —me mira serio.
Esto es una jodida broma.
—Un “okay, no pasa nada”, “te perdono” —bufo y me levanto dispuesta a irme—. Iré a buscar a Garaa.
¿Por qué le doy explicaciones de lo que haré?
Una mano rodea mi tobillo y hace que me caiga a su lado, en el pasto.
—¿En serio piensas que me importa lo que opinen de mí? —ríe, otra vez.
Frunzo el ceño y la ficha cae. Estaba fingiendo.
—Eres un estúpido.
—Pero te caigo bien —sonríe sin dientes y me abraza.
¿Pero qué carajos…?
—Es la primera vez que entablamos una conversación —lo abrazo con pena.
—Jack tiene razón, no eres tan mala —sonríe sincero.
Rompo el abrazo y me acomodo la ropa.
—¿Jack te habla de mí?
—Sí —ríe—. Vive diciendo que eres su hermana pequeña y si llegas a tener novio lo mata.
Sonrío de costado. Jack siempre ha sido así de protector, no es necesario puesto que no siento la necesidad de gustar de alguien y menos de mantener una relación seria con algún chico. Sin embargo, es muy bonito de su parte.
—No entiende que no estoy interesada en… eso.
—Es muy celoso, es normal.
—Lo sé —río y sin pensarlo, le pregunto—. ¿Tú estás en algo? —dejo de mirarlo.
—No —sonríe—. ¿Por qué tanto interés?
Ay, no.
—Solo fue una pregunta —ruedo los ojos—. Baja el ego.
—No… Me gusta mi ego ahí arriba —sonríe y señala el cielo, oscuro y lleno de estrellas.
Río y seguimos hablando de estupideces.
Narra Garaa
Camino rápido y furiosa me siento en la barra. Pido un trago y el chico me lo tiende con cuidado.
—¿Tanto asco te doy? —cuestiona Jackson, sentado a mi lado, con una copa de vodka en sus manos.
Tomo de mi bebida y lo ignoro completamente.
—No vas a ignorarme, ¿verdad?
Vuelvo a tomar, conteniendo la risa.
—¡Garaa! —protesta y toma del vodka.
Tomo un poco más y me muerdo el lado interior de la mejilla para no reír.
—Eres una histérica, solo fue un beso con Jackson Clarck, el chico más guapo del instituto —bufa—. Deberías estar agradecida.
Lo escucho atentamente y sin pensarlo dos veces le tiro mi bebida entera en su cabeza.
—Por ahí con eso se te congela el ego —digo molesta.
¿Cómo pudo soportarlo Clarissa todos estos años?
—Entonces quieres guerra… —¿qué?
Sus manos se posan en mi cintura y me eleva colocándome en su hombro izquierdo como una bolsa de papas. Comienza a subir las escaleras y pataleo para que me baje.
—¡Bájame, bájame, bájame Jackson! Jackson Clarck, ¡te lo ordeno! —grito golpeando su espalda.
—No me llames Jackson —llegamos a la segunda planta y abre la puerta de un cuarto—. ¿Lista? Es mi turno —imagino su sonrisa de venganza.
—¿Qué vas a hacer? ¡Suéltame! —grito asustada.
¿De qué sería capaz este imbécil?
Me deja en la ducha y veo cómo su mano abre la canilla de agua fría. Oh, no…
—Sucia —dice antes de reír como nunca y que yo quedara empapada.
Grito como una histérica.
—¡JACKSON CLARCK TE ODIO HASTA CON LA ÚLTIMA PIZCA DE MI CORAZÓN! —iba a morir de un pico de estrés.
Y quedaría en su consciencia. O eso espero.
—Yo sé que me amas —sonríe y se cruza de brazos— ¿quieres una toalla?
Salgo de la ducha enojadísima y bajo las escaleras buscando a Clarissa.
—¡Hey! Toma —me tiende su camisa y al ver que no la acepto me la coloca en los hombros—. Caballeroso, ¿no?
Tomo la camisa y la tiro por la baranda de la escalera.
—Ojalá te pudras en el infierno —al ver la barra vacía salgo al patio con la esperanza de encontrar a Clarissa.
Y allí estaba, acostada en el césped conversando con Ayden.
¿De qué me perdí?
—Clarissa, nos vamos.
—Ya tengo pase vip, no te preocupes —responde Jackson a mi anterior comentario—. Oigan, no se vayan.
Clarissa se sienta y nos mira completamente aturdida.
—Díganme que  no lo hicieron en la ducha.
—¡CLARISSA NOS VAMOS YA! —grito histérica, ni yo me soporto.
—¿Por qué estás mojada? Jack, ¿qué le has hecho? —dice recién ahora Ayden.
—¡Ella comenzó! —reclama Jackson—. Solo nos besamos y luego se puso caprichosa y…
—¡¿QUÉ SE BESARON?! —exclama Clari.
Gracias por reaccionar, hermana mía.
—Al fin —dice y ríe Ayden.
—Es que estábamos jugando a la botellita y me tocó con él y luego se agrandó como siempre y yo le tiré con agua y ¡él me tiró a la ducha! —explico todo muy rápido y gesticulo demasiado.
—Garaa, cálmate, ¿sí? —dice Clari, dándome su chaqueta—. Estás helada. Eres un estúpido, Jack.
—¿Esto es una jodida broma? Ella aceptó jugar —rueda los ojos—. ¿De qué te ríes Ayden, eh?
—Hacen tan linda pareja… —el mocoso ríe.
—Me quiero ir ya —digo temblando.
—No seas idiota —le dice a Ayden, luego nos mira—. ¿En serio se van?
Clarissa asiente y se despide de Ayden con un beso en la mejilla.
—Adiós Ayden.
—Adiós —ríe—. Espero volverte a ver, me caíste muy bien —sonríe.
—Chau Ayden —saludo. Me acerco a Jackson y le escupo en la cara. Luego me adentro hacia la casa.
—¡HISTÉRICA! —grita Jackson.
Clarissa le pega a Jackson.
—Te dije que no te pases, ¿no entiendes ese gesto aún? —lo mira a Ayden—. Vamos a la misma escuela —sonríe a medias y sigue mi camino.
Narra Jackson
—Mujeres —ríe Ayden.
—Caprichosas y escandalosas mujeres —ruedo los ojos y me siento a su lado—. ¿Y tú qué?
—¿Puedo con ella o está prohibida? —dice refiriéndose a Clari.
—¡ES COMO UNA HERMANA! —bufo y entro a mi casa yendo a mi cuarto.
—¿Eso es un sí o un no? —me grita encima de la música, siguiéndome.
—Nunca estuviste con alguien en serio, y la primera vez siempre es un caos, así que no —esquivo varias personas besándose y subo las escaleras—. ¿Por qué es tan caprichosa? —pienso en Garaa.
—¿Quién? —el estúpido se pierde en la conversación.
—Garaa, estás idiota, eh —me lavo la cara ya estando en el baño de mi cuarto.
—¿Qué te pasa con ella? —se apoya en el marco de la puerta—. ¿Por qué no aceptas que te odia y ya?
—Quiero caerle bien por Clari, es lo que ella quiere —miento.
Por un lado sí, es por ella, pero por otro… En todos estos meses he sentido, y sigo sintiendo, la necesidad de caerle bien y nada más. O eso creo.
—¿Y tú quieres que yo te crea? Te conozco desde que usabas pañales —mi amigo se cruza de brazos.
—Si no me crees es tu problema, hermano —me seco con la toalla y me cambio de ropa—. Además, no es mi tipo.
—Jack, todas son tu tipo —suelta una carcajada.
—Está bien, pero ella es la excepción —suspiro cansado.
—Te encanta —lo dice, con su maldito tono de sinceridad.
—Suspiro porque estoy cansado —lo miro mal—. Que se vayan todos a casa.
—Cuando confíes en mí hablamos —sale del cuarto y lo veo bajar las escaleras.
Cierro fuerte la puerta y me tiro en la cama.
—¿Qué te ocurre Jack?

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2016 ⏰

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