Dos mundos en peligro

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Hace tres días partieron los soldados, cazadores y maestros escogidos específicamente por el rey para atrapar a un Dragón jamás antes visto. Caminos ridículamente áridos, fuertes diluvios y ataques de otras bestias tuviero que sufrir estos durante sus días de caza. A pesar de las bajas, el cansancio y el desgaste, la mayoría logró llegar al bosque donde estaba localizado el campamento con propósitos de investigar avistamientos y huellas.

Muchos hablaban sobre el dragón al cual querían encontrar. Escamas tan negras como la noche, ojos tan brillantes como un par de estrellas, tan enorme como la torre más alta del palacio del rey.

Víctor aún no creía que tal criatura existiese, puesto que ya había luchado contra tales bestias en varias ocaciones y nunca había visto una con tales descripciones. Además de que era muy poco probable que un dragón de tal forma pudiese sobrevivir en esos tiempos. Puesto a que los humanos destruian los huevos antes de que nacieran las crías. Aún así decidió aceptar la petición del rey, quien parecía obsesionado con el supuesto dragón tan negro como la noche. Además de que le pagarían muy bien por el trabajo, y necesitaba dinero para poder mantener a su mujer, que estaba a punto de dar a luz.

Tan solo pensar en que el campamento quedaba cerca de su hogar le brindaba paz. Podría escabullirse en la noches y acompañar a su amada esposa por tan sólo una horas. Pero la paz sólo había durando un par de minutos.

Los soldados del reino comenzaron a moverse, como si se estuvieran preparando para atacar. Rápidamente Víctor desenvainó la espada que su padre le había regalado y la empuñó listo pata atacar. Todos sus sentidos estaban alerta mientras se movían por el bosque. Comenzaron a entrar en un área dónde los árboles estaba quemados, caídos, cientos de cuerpos y armas tirados de el piso. En ese lugar había ocurrido una batalla.

-"Encuentren señales de vida"- ordenó el capitán del ejécito del rey, quien estaba a cargo de la expedición.

Sus nervios se pusieron de punta, los soldados comienzan hallanar y hacer perímetros para buscar algún sobreviviente. Los soldados y maestros comenzaron a hablar sobre un posible ataque de dragón en ese sitio. Víctor concordaba con ellos, puesto a que reconocía las señales de ataques de tales bestias. Pero también debía reconocer que había algo extraño en el ambiente, algo que le decía que esa bestia no era igual a las demás.

-"¡Algo se acerca!"- exclamó un soldado avisando a los demás. Una silueta se acercaba a ellos rápida y ruidosamente. Nuevamente los soldados y cazadores se alistaron para acabar, el animal se acercó aun más. Los soldados se iban a abalanzar sobre él hasta que notaron que era un caballo que parecía estar huyendo. Al encontrarse de frente con las armas de los soldados se asustó aún más y comenzó a atacar a los hombres del rey. El corazón de Víctor dejó de latir por unos segundos al notar que era el caballo de su esposa.

-"¡Jaro!"- le llamó tratando de llamar su atención, pero el caballo aún estaba muy asustado y no escuchaba la voz de su amo. Cuidadosamente Víctor se acercó al caballo y le llamó de nuevo. -"¡JARO!"- gritó nuevamente. Los soldados, al notar que Víctor conocía al caballo, retrocedieron, tratando de que el animal se calmase y notara de que ellos no eran una amenaza para él. El hombre logró captar la atención del caballo. -"¿Dónde está Karen?"- preguntó en un susurro esperando de corazón a que el caballo contestara, pero sabía que eso no pasaría.

-"¿Que crees que haces?"- preguntó el capitán del ejército cuando vio a Víctor subirse al caballo.

-"Me voy a casa"- contestó.

-"No puedes..."- el hombre trató de detenerlo, pero Víctor sacó su espada, evitando a que el hombre se acercara más.

-"No soy uno de tus soldados. Ni el rey ni tu tienen poder sobre mí. Quítate de mi camino si no quieres morir."- El hombre frunció el ceño, pero no dijo nada más, sólo se apartó de su camino.

 Una oportunidad antes de la extincion.Where stories live. Discover now