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Apreto el telefono entre sus manos, mientras dejaba soltar un suspiro.

Sus tres mejores amigos habían desaparecido en lo que iba la noche y su instinto le fallaba... El podría ser el próximo en desaparecer.

─ ¿Quien eres? ─ pregunto al teléfono, nadie respondió. ─ ¡Mierda, me has estado llamando toda la puta noche! ─ grito desesperado. Tenía dieciséis llamadas de ese número y ni si quiera sabia de quien se trataba. ─ tu... tu los has secuestrado...

─ Se donde estas ahora ─ respondió tan mecánico y relajado ─ te estoy viendo ─ y esas palabras sólo lograron ponerlo aun más nervioso. Miro ambos lados de la habitación, estaba completamente solo. ─ así que... escucha, necesito que salgas de esa habitación en donde estas.

─ No lo haré. ─ respondio nervioso, tenia mucho miedo de lo que le llegara hacer.

─ Nene, tienes dos minutos para salir de tu hermosa habitación ¿si? O si no... me tocará a mi sacarte de ahí... si es que no nos quedamos un rato a probar la cama...

Al parecer era un pervertido.

─ ¿V-vas a m-matarme? ─

No podía seguir reteniendo las lágrimas que intentaban salir desde que respodio el teléfono.

─ Sal de la habitación ─ dijo serio, sin escrúpulos ─ o esta vez te juro que mato a unos de los putos que me he traído ─ se rió por el teléfono, para luego decir: ─ no, no... quiero decir, tus amigos.

Salío fuegaz de su habitación, casi corriendo, jadeando y con el pánico en la garganta.

─ Eso es...─ susurró aquel hombre. ─ ahora ve a la cocina.

Y entonces una idea cruzó por su mente.

Colgó el teléfono y corrio con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la mansión de sus padres en Seúl. Pero cuando intento abrir la puerta... ya era demasiado tarde.

─ Ah, ah ─ negó el ─ te dije que vallas a la cocina ─ sintió como sus manos apretaban su cintura, el contacto de su piel con la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual pero a la vez con salvajismo entre los brazos de el. Le tapo los labios a la misma vez que obtaculizaba su respiración. Y antes de que caiga desmayado, le susurró algo al oido: ─ resultaste ser más lindo que los demás y eso...─ delicadamente hundió su nariz entre su cuello y cabello. Sus ojos de poco a poco se fueron cerrando ─ me gusta ...

secuestrado || yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora