Sábado
7:41 am.
-Toc, toc, toc...
-Quién es a esta hora un sábado?
-Toc, toc toc...
-Ya voy!!- desperté y me hice un moño improvisado mientras caminaba por el pasillo a abrir a esta gentil persona que se le ocurrió despertarme un sábado a las 8 de la mañana.- Quien es?- pregunto parándome de puntillas para ver por la ventanilla de la puerta quién era.
-Tengo una carta para... Samantha Lehins?
-Soy yo.- respondí mientras agarraba la carta.- No la pudiste pasar por debajo de la puerta?- El chico no me respondió, se me quedó mirando. De la nada se me da por mirar que tenía puesto. Mierda. Estaba en shorts tipo bóxer y un vividi sin sostén abajo.
-Ja, ja. Bueno ya me voy señorita Lehins.- dijo el chico dándome una última mirada. Al irse me tira un beso al cual respondo con un portazo en la cara.
- Maldita sea Samantha, por poco y te ve desnuda ese muchacho.- Dije para mí misma.Mis padres se van a trabajar muy temprano, bueno, mi padre. Mi madre está en casa de mi abuela, ella... No está bien. Desde que murió mi hermano ella se volvió depresiva, consumía alcohol en exceso, mi padre no la detuvo, ya que él jamás lo supo. Yo sé lo iba a contar a mi abuela, pero ni madre rogó que no lo hiciera, que ella lo dejaría. Y así fue. Pero no por decisión propia, si no porque enfermó y creo que se dio cuenta que el alcohol ya no le funcionaba para librarse del infierno al que estaba atrapada. Cuando Alex murió, toda la casa se lleno de oscuridad, tristeza, llanto. Jamás supe por qué, porque mierda se tuvieron que llevar al hijo responsable, inteligente, amable, con un futuro prometedor. Por qué mierda no se llevaron a la hija que nunca gano nada, que siempre se metía en problemas, que en los premios quedaba como la "mejor artista" mientras que su hermano como "el mejor de la clase" la mejor artista solo me lo daban porque me pasaba dibujando ya que las clases aburrían. Soy la que debió morir, él pudo hacer mejores cosas.
Si, todos los malditos días pienso en eso. Pero eso no va a cambiar. Yo no quiero ir a la universidad, no sé qué haré con mi vida. Mi padre me dice que debo disfrutar de mis 17 años pero ya todos tienen un futuro prometedor. Y yo aquí, pintando mi pared como estúpida, mientras escucho el silencio.
Mi hora reflexiva acabó.- Pensé. Creo que mejor leo la carta, espérate, quién mierda envía cartas en el siglo 21?-Ya Samantha! LEE LA MALDITA CARTA.- Grité. Que estúpida, me hablo y grito a mí misma.
8:27 am.
Querida Samantha,
Te escribo para saludarte y para invitarte a la gran fiesta que haré este domingo, pero no es cualquier fiesta, por eso me he dado la tarea de enviar esta tarjeta a todos, y así quede todo claro. La fiesta tendrá una temática algo peculiar.. Los chicos estarán con máscaras, no puede verse su cara.. Como sabes, amo el cliché, así que a las 12:00 am, todos los chicos se quitaran sus máscaras y las chicas verán con quien en verdad estaban hablando. Lo sé, raro no? Lo hago porque quiero que las mujeres en especial no juzguemos a los hombres por su físico, ya que hay hombres muy buena gente que quizá quieran conocer a alguien, pero su aspecto les da desconfianza. Que larga mi carta no? Bueno. Puedes invitar a las personas que tú quieras siempre y cuando les expliques las reglas con detenimiento. Espero que asistas.
Con cariño, Melanie Hard
PD: ni se te ocurre faltar Sam ;) tranquila, te ayudaré con el vestido.-Ay Mel...- Pensé.- Bueno, ella siempre a sido tan peculiar. Supongo que iré, es mi mejor amiga, así que... Por qué no?
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Solo por tí
RomanceSi, a veces querer algo nos vuelve ciegos. Si, a veces hacer algo nos vuelve moustros. Y si, a veces decidir algo nos vuelve uno.