No recuerdo con exactitud cuándo comenzó todo.
Sólo sé que un día lo tenía todo,
y al otro no me tenía ni siquiera a mi misma.Sara y yo nunca fuimos las mejores amigas. Para ser sincera, Sara y yo nisiquiera éramos amigas.
Vivía a dos casas de la mía, y el máximo contacto que habíamos tenido durante nuestros diecisiete años de vida fue compartir la misma calle para caminar.
No compartíamos clases, ni teníamos el mismo círculo de amigos, ni siquiera asistiamos a las mismas fiestas. Tal vez por eso me sorprendió tanto hallarla aquella tarde recostada sobre la puerta de mi Volkswagen morado.
Las clases ya habían terminado, y el estacionamiento quedaba más vacío con cada respiración que daba.
-Vega, tenemos que hablar.
Sara habló fuerte, clara. Y me sorprendió aún más escuchar su voz, firme entre el gélido viento de invierno.
Yo me limité a esbozar una tímida sonrisa y apretar más fuerte mi abrigo en un patético intento por brindarme un poco de calor.
-¿Pasa algo?
Sara suspiró, se talló los ojos y volvió a suspirar.
-No me gusta hacer esto- confesó en una mueca. Sus puños estaban levemente apretados, y sus ojos miraban hacia todas partes menos a los míos.
-¿Hablar conmigo?- cuestioné aturdida.
-Maldición, ni siquiera sé por qué estoy aquí...- farfulló ignorando mi pregunta. La pelinegra cerró los ojos cómo si tratara de controlarse, y cuando los abrió, pude atisbar un halo de compasión.-Vega, ¿realmente, realmente estás enamorada de Max Martínez?
Su mirada me pesaba. Parecía como si tratara de leer mis pensamientos, parecía como si tratara de entender mi alma. Y mis pensamientos maquinaban a toda velocidad tratando de encontrarle algún sentido a su pregunta.
-¿Qué?
-Que si estás enamorada de él- volvió a repetir.
-Claro que lo estoy. Es mi novio.
Sara se talló el rostro y miró hacia las puertas del Instituto.
Se notaba reacia a hablar, pero con un último suspiro dejó salir las palabras.-¿Tan enamorada como para perdonar una infidelidad?
Sus ojos volvieron a los míos, y pude ver con claridad la indecisión en ellos.
-¿Qué?-La pelinegra apartó la vista y entrelazó sus dedos. Pude ver el arrepentimiento en su mirada.-Suéltalo- dije con detenimiento.
Y entonces, lo hizo.
-Max te engaña- torció la boca. -Max te engaña con Alice.
Y con esas palabras, mi mundo entero se vino abajo.
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Holu de nuevo <3
Aprecio muchísimo el hecho de que estén leyendo esta historia <3Gracias por el tiempo, los comentarios y los votos :3
Les amo <3
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Contando Estrellas
FantasyCinco segundos. Cuatro palabras. Tres secretos. Dos personas. Un corazón roto. Vega, tu mundo se cae. Esta historia es de mi creación. Está registrada a mi nombre. No se permiten copias, adaptaciones, ni plagio parcial ni entero de la obra. Gracias...