Imágenes Tybay (Tybay Falls) {Terminada}

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Usser: Esto lo escribió el tío Javi en su face.

Mabel Pines se encontraba recostada cómodamente sobre su cama, durmiendo, tratando de recuperar las fuerzas que perdió durante el día a causa de una de las odiseas más grandes y peligrosas en las que ha estado involucrada desde que arribó al mítico y enigmático pueblo de Gravity Falls en compañía de su hermano. Después de todo, no todos los días se vive luego de haber combatido hombro a hombro contra una horripilante criatura que es capaz de adoptar la apariencia de prácticamente en cualquier ser viviente en el planeta y probablemente del universo también.

Sus dos piernas se hallaban terriblemente adoloridas, mientras que los músculos de su cara se encontraban entumecidos, esto debido a los múltiples gritos de horror que pegó luego de semejante experiencia. Sin embargo, la pequeña niña de doce años de edad no podía negar que aquella vivencia había resultado ser altamente gratificante y ¿Por qué no...? Emocionante también.

El reloj despertador con manecillas colocado sobre su mesita de noche marcaban ya las dos treinta y siete de la madrugada, cuando de repente, sus sueños llenos de magia y arcoíris multicolores fueron interrumpidos abruptamente por un extraño y turbio sonido que provenía desde la misma habitación que compartía junto a su hermano. Un sonido poco común que a primera instancia emulaba la frecuencia de un tenebroso lamento.

Mabel abrió repentinamente los ojos, captando inmediatamente la anomalía dentro del cuarto, creyendo que el sobrenatural pueblo de Gravity Falls tendría una aventura improvisada más aguardando por ella, la cual probablemente sería digna de contar en un futuro próximo. Sin embargo, al girar su cabeza hacia la cama de su hermano, se dio cuenta de que Dipper aún se hallaba sentado sobre el colchón con la mirada baja, llorando de manera descontrolada.

—¿Dipper? —Se apoyó sobre su cama con la ayuda de su codo, levantándose un poco hasta quedar recargada sobre la almohada.

—Aquí estoy, Mabel... —Respondió el pequeño, sumergido en un mar de lágrimas, las cuales recorrían sus mejillas como dos riachuelos bajando de una pendiente empinada.

—¿Qué te sucede, hermano? ¿Estás llorando? —Preguntó, preocupada.

—Sí... —Respondió, tratando de secarse las lágrimas torpemente con sus manos—. Pero no te preocupes... No es nada... Es solo que... Después de todo este tiempo finalmente lo he comprendido.

—¿Qué has comprendido? —Mabel se levantó de la cama, colocándose sus pantuflas para acercársele.

—He comprendido que jamás en la vida tendré una oportunidad con Wendy... Jamás hubiera funcionado... Ella es mayor que yo... Pero mi amor por ella me cegó al tal grado que creí que tal vez podría lograr que se interesara en mí. Fui un tonto y después de lo sucedido el día de hoy por fin he abierto mis ojos ante la realidad. —Esbozó una ligera sonrisa, llevándose su mano derecha hacia su pecho, muy cerca del corazón—. Gracias, Mabel. Gracias por haberme animado a confesar mis sentimientos por Wendy. Creo que necesitaba sacarlo de mi pecho. Ahora me siento mejor conmigo mismo, pero... Aún no entiendo porque después de haberlo hecho; me sigue doliendo tanto.

Acto seguido, Dipper se echó a llorar una vez más cuando repentinamente se desplomó sobre uno de los hombros de su hermana, aferrándose a ella como si su vida dependiera de ello.

—Wendy... Wendy... —Sollozaba y repetía una y otra vez.

Mabel se compadeció y rodeó el flacucho cuerpo de su hermano con sus dos brazos. Sin decir una sola palabra al respecto. Permitiéndole a Dipper desahogarse libremente al punto de contagiarla también a ella, de modo que al poco tiempo; sus ojos se inundaron de lágrimas por igual, mientras acariciaba con suavidad la fría espalda de su hermano, tratando de entibiar su derruido y pisoteado corazón.