Pasé alrededor de 3 horas llorando contra una de las paredes de mi clínica. No pude creer que en cuestión de segundos se hayan estropeado esos muros que construí por años, con pequeñas palabras me había partido por la mitad, sin embargo, no era la primera vez.
El recuerdo de un amor pasado y distante llegó a mi mente, no era apropiado de recordar y menos en ésta situación.
Entonces, sonó mi teléfono, haciéndome despertar de mi trance.
Dra. Ackerman, para servirle-logré decir sin que se notara mi voz ronca.-
Si, buenas tardes-soltó la voz masculina detrás del teléfono-quisiera saber si puede atender a mi mascota.
¿Ahora?-pregunté nerviosa-.
Sí-expuso con seguridad el chico.-
Venga-musité tratando de limpiar mis lágrimas.
Entonces, como si nada, colgó.
Traté de arreglarme lo más decente posible para recibir a mi cliente.Entonces llegó.
Vaya, ésta sería una tarde demasiado larga. Entonces vi que un auto rojo se estacionó enfrente.
De seguro era el chico que había marcado.
Hola-dijo el chico pelirrojo que entraba a la clínica, es demasiado alto, llevaba un Gran Danés de pelaje negro azabache- ¿Dra.Ackerman?-preguntó el joven con una gran sonrisa, tan grande como su perro.
Sí, soy yo-dije, devolviendo la sonrisa- ¿Qué es lo que padece su perro?
A decir verdad, es perra, y está preñada-expresó con mucha felicidad el chico-Y quiero saber si usted puede realizar un ultrasonido a mi perra.Por su puesto, ¿cuánto lleva en gestación?-pregunté con una inmensa felicidad-
Lleva 5 semanas, prácticamente está apunto de parir- mencionó el pelirrojo.
Bien, acompáñeme, por favor-pedí amablemente, cosa rara de mí.
¿Esa es la máquina?-dijo apuntando a mi aparato de ecografías.
Sólo me limité a asentir mientras mantenía una sonrisa, rayos, mis cachetes no estaban acostumbrados a sonreír tanto, pero no podía verme como la Veterinaria ojete con él.
Así en ese momento decidí concentrarme en el ultrasonido.
Los cachorros se ven saludables, son 9 cachorros y... -expresé con cierta preocupación.-
¿Qué pasa?-dijo haciendo una mueca de nerviosismo-.
Son demasiados, y probablemente solo sobrevivan 7 ó 6, lo siento.-dije con seriedad-.
Ya veo- musitó el, casi sollozando-
Pero, ¿sabes? yo conocí a un gran danés que tuvo 14 cachorros, así que solo es una absurda probabilidad que se puede vencer, estarán bien, ¿de acuerdo?-solté, tratando de darle ánimos-
Gracias, eres muy buena en esto-manifestó antes de que se abalanzará hacía mí y me diera un fuerte, pero cálido abrazo, era reconfortante.
Oh, olvidé decirte mi nombre-dijo, interrumpiendo el abrazo- Me llamo Joseph, mis amigos me dicen JoJo (Nota de autor: Si alguien vio Jojo's Bizarre Adventure, supongo que entenderá, si no lo han hecho, el protagonista de la primera temporada es apodado así, ya que su nombre y apellido empiezan con 'Jo').
Ya veo, 'JoJo' mi nombre es Sarah, mucho gusto-sonreí al decir eso, ¿porqué? No lo sé.
Igualmente, eres muy amable-dijo mientras le ponía la correa a su Gran Danés.
No suelo serlo-sí, pensé en voz alta.-
JoJo solo empezó a reír frenéticamente, como si en mucho tiempo no lo hubiera hecho, después yo lo acompañé con mi acostumbrada risa de loca de atar.
Bueno, aquí tienes-dijo, acabando con las risas, mientras extendía su mano con el dinero de la ecografía- Eres muy buena en tu trabajo-soltó amablemente.
Gracias-musité con una sonrisa de oreja a oreja.-
Deberíamos salir un día de estos.-mencionó algo sonrojado.-
Sí, deberíamos-le respondí feliz.
Adiós-dijo con una mano al aire mientras se despedía.
Yo solo me limité a despedirlo alzando la mano.
<<Puta madre>>-pensé después de procesar lo que respondí.
¿Qué hice?-me dije a mi misma mientras JoJo se marchaba.
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No, Cariño, no más.
RomanceHan pasado años, ella lleva una vida desastrosa, es irresponsable y no sabe vivir sola, y él una vida aceptable, tiene un buen empleo y aunque es un antipático, todos lo adoran. Se reencontrarán, pero, ¿todo será igual?, ¿su amor habrá prevalecido...