Te quiero
Me preguntas
¿Cómo te quiero?
Te quiero como se quiere
a una flor en primavera,
a una mariposa en el cielo,
te quiero de cualquier manera,
te quiero con todo pensamiento.
Incrédula me preguntas
¿Cuánto te quiero?
Más que a las palabras,
más que al propio ego,
y aún yo te quiero
más que a todo sentimiento.
Te quiero más que a mi poesía,
más que a mis sueños e ilusiones.
Te quiero sobre toda fantasía,
más que a mis años y canciones.
Más que a los fantasmas que juegan
con mis memorias y recuerdos,
más que a mi propio ser
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!
Tus palabras
Las palabras han sido usadas desde tiempos inmemorables para comunicarse, y aunque todas tienen ese propósito, no todas las palabras son iguales. Hay palabras que solo transmiten información; hay palabras aburridas a las que no les encuentro sentido; hay palabras vanas, que no merecen la pena ser pronunciadas; hay palabras que son extraordinarias para aquellos que las escuchan; hay palabras que son simplemente eso, palabras; y existen las palabras pronunciadas por ti. Éstas últimas son mis favoritas ya que todas tus palabras son primaveras en invierno, sanan al alma herida y juegan con mis sentidos; tus palabras crean, construyen, maravillan, sorprenden, tus palabras son hermosas, extravagantes, atrevidas, alegres con una pizca de sal, resumiendo: perfectas.
El hielo de tus ojos
Recorro el más extraordinario y hermoso paisaje en la primavera, veo despuntar el alba y apenas puedo creer que sea real algo tan maravilloso. Me siento junto a un río de aguas cristalinas, oigo su canto; a lo lejos veo una cascada, y si mis ojos buscaran un poco más podrían ver el manantial que le da vida a este prodigio de la naturazela. Los narcisos egoístas, el majestuoso cisne y las delicadas musas me acompañan; pero, en un instante, todo vuela, todo se disuelve, todo se nubla, y se presenta ante mi la imagen tuya, el recuerdo de tus ojos, el susurro de tu voz, nada puede traerme más alegría ni hacerme más desdichado, humillas con tu presencia, me vuelvo tu esclavo ¡Me pierdo, me pierdo! Pienso y sin darme cuenta, aterrizo, pero lo hago en el peor momento porque ya empieza a oscurecer, el cisne no se ve y el narciso no se admira más a si mismo, empieza a helar, la cascada se inmoviliza y se congela el río cual castillo de cristal. Ahora en lugar de haber musas que me inspiren, solo hay muerte y dolor, debí suponerlo, después de la más hermosa primavera siempre llega un invierno de ardor.
La máquina del tiempo
He construido,
con sueños, ilusiones,
magia y esperanza,
la máquina del tiempo.
Con este maravilloso invento
podré regresar,
volver a vivir
y volver a sentir
algún momento perdido
o cualquier recuerdo escondido,
antes de morir.
Reviviré la hora, el minuto,
el segundo más feliz
que jamás haya vivido:
Nuestra primera mirada,
nuestro primer juego,
nuestras primeras palabras;
la primera vez que
entrelazamos nuestras manos
deseando que no se separaran
Nuestro primer beso,
en el que unimos nuestras vidas;
o alguno de los abrazos
que estaban llenos de alegrías.
El día en que nos conocimos;
en el que "Amor" llegó a nosotros,
el día en que dejamos
de vernos con los mismos ojos.
Recordaré que fuiste la princesa
de mis extraños pensamientos;
o reviviré alguna de las promesas
que hicimos con los sentimientos.
Pero hay tantos recuerdos
existen tantas memorias
que será mejor guardarla
hasta que la pasajera juventud
me haya abandonado,
y ese día recordar con lágrimas
lo feliz que fui a tu lado;
lo feliz que contigo me sentí.
Más aún, para no olvidar
que extraordinario fue
mi cariño para ti.
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El hielo de tus ojos
PoetryUna colección de cuatro poemas (2 en verso y 2 en prosa) con una finalidad romántica.