17✨

608 53 9
                                    

Un suspiro lleno de decepción se escapó de entre los labios rosados de Rubén. Dando su última calada, lanzó casi con rencor el cigarrillo que hace unos minutos atrás empezó a fumar.

A Rubén nunca le había gustado fumar, pero secretamente lo hacía. ¿Por qué? Porque él podía, y se le pegaba la maldita gana.

—Tengo que parar de pensar en tercera persona, mi vida ya parece una telenovela— mencioné, reprochándome.

El timbre resonó por todo mi departamento, haciéndome salir del empane que tenía.

—¿Quién es?— pregunté con un mohín de desagrado

—Tu tía la de la esquina— canturreó una voz masculina, la cual se me hacía casi familiar

—¿Pero quien cojones te crees para...? ¡Luzu, tío cuánto tiempo!— abrí mis ojos ante tal maravillosa sorpresa.

Nos estrechamos en un muy varonil abrazo. Já, qué gilipollas he sonado pensando eso.

—Lo sé, Ruben— dijo con el acento americano típico de él. Y cómo no, tantos años viviendo allí, es lógico que adquiriera el acento.

—Tío, que se te ha pegado el acento americano— carcajeé mientras cerraba la puerta tras él.

—Pero eso está más que claro, gilipollas— mencionó tomando asiento en el sofá más largo de mi pequeña sala.

—¿Qué te trae por estos lares?— pregunté, mientras me sentaba en otro sillón

—Pues, he venido por un pequeño lapso de tiempo. Más que todo para visitar a mi madre, la siguiente semana estaré de nuevo viajando para poder verla en mi pequeño pueblo— me narró con cansancio notable

—¿Cuánto has dormido?— pregunté con preocupación

—Pues si te soy sincero...no más de una hora— dijo pestañeando lento

—Es que el tonto aquí eres tú...Ve a mi cuarto a dormir, yo me las apaño aquí mismo— le dije mientras lo paraba y empujaba hacia mí cuarto.

—No, no, Rubén, esto es demasiado descortés de mi parte— puso resistencia

—Descortés, mis cojones. Duerme ya, bocazas— terminé por lanzarlo -no tan delicadamente- en mi cama. Y pues se estampó toda la cara contra el colchón.

—Gracias, corazones gays para ti— dijo y apenas pude escucharle.

Salí de mi habitación para tomar la mediana maleta -la cual no me había percatado de su existencia- y la metí a mi cuarto.

Fue sorprendente ver a Luzu en la misma posición en la cual lo dejé, dando pequeños ronquidos, indicando que se había quedado profundamente dormido.

Saqué una manta y salí del cuarto para no interrumpir el descanso de Luzu.

Me acomodé como pude y haciéndome una bolita bajo la manta, me dediqué a dormir.

/.\

—¡Raspy! Cuánto tiempo ha pasado, mi linda gatita—

—¡Wilson! Macho tienes que dejar de comer que te vas a volver una bola— Luzu reprochó a mi gato

—¡Eh! Que coma lo que quiera, yo lo quiero gordito y esponjosito— elevé la voz para que me escuchara y me desperecé aún echado en el sillón.

—Hasta que despertaste— apareció Luzu sosteniendo dos tazas y me extendió una

—¿Qué es?— pregunté observando y olisqueando el líquido dentro de la taza.

—Un mojón, es café, gilipollas— me dio un zape mientras se sentaba a lado mío y prendía la tv.

—Yo también te quiero, eh, gracias— agradecí y empecé a tomar pequeños sorbos ya que estaba un poco caliente.

—Lo sé, lo sé—

—Y ¿qué piensas hacer durante ese lapso de tiempo que estarás aquí?— pregunté curioso

—La verdad que pensaba buscar un hotel, y luego vagar— admitió encogiendo sus hombros en signo de desinterés. Pronto recordé que necesitaba alguien que me ayudara con lo de Lagni.

—Te tengo una propuesta, yo te ofrezco mi humilde morada y mi sensual compañía, si tú me ayudas en una —investigación— mencioné sin rodeos

—¿Investigación?— preguntó confuso

—Primero tienes que aceptar si es que quieres saber más—

—Está bien, acepto—

—¡Genial!— tomé mi teléfono y rebusqué entre mis fotos una que salía con Lagni —Ella es Lagni, tiene 15 años y... la secuestraron— le dije mientras le mostraba la foto

—Madre mía, que horror, ¿cómo piensas que voy a ayudarte?— me preguntó un poco confundido

—Pues, siempre has sido súper investigador en ciertas cosas, y tal vez, pensé, que podías ayudarme— mencioné con cierto temor a que se retractara y se vaya sin más

—Vale, pero va a ser un poco más complicado, ya que siempre he investigado cosas obvias e irreales— dijo rascándose la nuca

—Seremos un team— le propuse

—Vale, vale, pero necesito toda la información que tengas y...¿estuviste con ella antes de que la secuestraran?—

—Se podría decir que sí, la estaba persiguiendo, porque pensó que la iba a violar o algo y cuando por fin se dio cuenta que era yo, un carro apareció y se la llevo tan rápido como apareció— respiré lentamente tratando de no llorar

—Vaya, que trágico— mencionó dándome un abrazo

—Por eso necesito que me ayudes, quiero demasiado a esa chica, joder—

—Lo he comprobado, por supuesto que te ayudaré—

✨✨✨
Holis...*Le lanzan piedras*
Perdón, en serio, soy escritora frustrada, entiéndame, he estado más que atareada con cosas del colegio. Y ya estoy a dos semanas de terminar al fin, esa jodida carcel.

Sin embargo, solo son malas noticias, ya que en Enero me voy a una ciudad a hacer servicio comunitario, durante un mes...

Les juro que haré maratón por Navidad.💘

Y finalmente gracias por los +10K de leídos, no saben cuán feliz estoy por esto💘💘

En febrero seré de ustedes🌚🌚🌚

La chica de los post-its  [2 temp de "Post-its"]|Rubén Doblas| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora