Fuiste el préstamo más hermoso que la vida me hizo, porque eras tú el motivo por el cual mi corazón latía acelerado, por quien me desvelava noche tras noche, en quien pensaba cada segundo, fuiste tú.
Tan solo tú quien provocaba todo en mí sin hacer nada.
Te amé despiadadamente pero jamás te importó.
Confíe en ti incondicionalmente y ahora echaste todo a perder.
Pero no me molesta y nunca me molestará, porque todo el amor que sentía por ti me hizo sentir viva por primera vez.
Fui la hoja en blanco en la que escribiste tus bellas mentiras.