Two Shot: Por algo mejor (Hanlice)

Capítulo 2 (FINAL)

14 de Marzo.

Desde aquella vez pasaron dos meses.
Hanbin y Lisa se veían todos los días de una forma u otra. Resulta que todo ese tiempo estuvieron estudiando en la misma universidad sin saberlo, por lo que en los ratos libres se reunían con varios amigos en común en las distintas áreas de la universidad. Sin embargo, para la decepción de ambos, fue mucho más difícil concertar salidas a solas como la de cuando se conocieron. La tía de Lisa era realmente estricta con respecto a las notas de su sobrina, y debido a que ella era becada, no podía descuidar ni un segundo los estudios. Así que salir los fines de semana se volvió un reto, y cuando podían, de alguna manera la mitad de sus amigos se unía.  

Lisa despertó ese día con una emoción que le embargaba en lo más profundo. Era el White Day, un día muy preciado para los enamorados, uno en el que los chicos les  regalaban chocolates a las chicas. Suspiró en su cama. No sabía con certeza a donde iba a parar la amistad con Hanbin, pero lo que si sabía era donde quería que fuese a parar.

Ya no pasaba tiempo con Jiwon. Él nunca le preguntó qué fue lo de ese día, tan solo se saludaban, pero el tiempo que antes le dedicaba ya no existía.

<<Es todo para Hanbin-ie>> pensó riendo un poco por esa tontería.

Quería estar con él, le extrañaba tan solo con despertar y el hecho de que no pudiesen tener una cita la irritaba. Ni siquiera podían mantener skinship sin que alguien se sumara interrumpiendo el momento.

<<Pero hoy no, hoy nada más importa>>.

Se levantó animada y buscó su teléfono por toda la habitación sin éxito.

<<No puede ser>>. Justo ese día debía perdérsele, recordaba haberse despedido de Hanbin para después colocarlo debajo de la almohada, pero ni siquiera estaba debajo de la cama.
Inmediatamente pensó en su tía, no era la primera vez que se llevaba su teléfono para que no se distrajera. Fue hasta la habitación de la misma y entró sin tocar, pero, esta ya se había ido al trabajo. Maldijo por lo bajo. Resignándose, fue directo a bañarse y cambiarse, escogiendo unos pantalones cortos de color negro con una camisa suelta de mangas largas roja, se colocó los zapatos deportivos, y por último se cepilló el cabello. Usó poco maquillaje, lo necesario para cubrir las ojeras y darle un aspecto más atractivo.  

Antes de salir revisó por última vez toda la casa. Nada, se lo había llevado. Le consoló saber que al menos él sabía dónde veía clases, así que soltando un poco el estrés, salió de la casa con rumbo a la universidad.
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Hanbin no había podido dormir. La tarde del día anterior se la pasó visitando distintas tiendas de dulce buscando el más apropiado para regalar. Para dárselo a Lisa. Era usual regalar caramelos, pero quería darle chocolates, por lo que compró dos grandes bombones de chocolate que envolvieron en una cajita con lindos diseños de gatitos, y no había dejado de pensar en la forma correcta de entregárselos. Quería invitarla a salir primero. No obstante, en la noche mientras hablaban, una repentina cobardía le asaltó y terminó despidiéndose sin hablarle de aquello.

Miró en su teléfono una imagen que mantenía escondida en la galería de fotos, una donde Lisa atendía a su clase de Matemáticas sin darse cuenta de que él la veía desde la puerta. Sonrió embobado viéndola, luego deslizó el dedo hacia otra donde estaban los dos en conjunto con otros tres amigos; en ella hacían caras raras y no pudo suprimir una risilla al recordar ese día en el parque de diversiones.

Estaba totalmente enamorado, de su personalidad, de su voz con ese pequeño acento extranjero, de la manera en como lo escuchaba, de su rostro cuando se quejaba, enojaba o simplemente no hacía nada. Lo admitía sin problemas. El problema era decírselo a ella. Tal pensamiento hizo que se colocara la almohada en el rostro, no se había acercado a la chica y ya se sentía nervioso.