Capítulo 1.

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Vamos Stiles. Tu puedes, es algo simple.
Te están observando. Vamos, di algo.

- ¿Dónde encontraron eso? - La voz de Stiles sonaba temblorosa, como si hubiese hecho un gran esfuerzo para decir unas simples palabras.

-Lo hallamos en tu computador.

Stiles había encontrado un gran pasatiempo y ese era saber el estado de ánimo de las personas con solo oír su voz, nada tenía que ver con el hecho de que se sintiera inservible al lado de todos sus amigos, claro que no.

De ésta manera fue como llegó a la conclusión de que Lydia siempre estaba enfadada, aunque  ésta vez se la oía furiosa.

- Deberías haberlo dicho, Stiles. Somos tus amigos, podríamos haberte apoyado. Nos tratas como a extraños.

Drama. Mucho drama.

La pequeña discusión en pequeños susurros se estaba tornando bastante acalorada y Stiles era la viva imagen de un tomate con ojos muy incómodo con la charla.

-¿Ayudarme? ¿Cómo pretendes hacer eso, Scott?- Él lo miró tratando de buscar una respuesta a su pregunta y luego bajó la mirada.- ¿Cómo pretenden ayudar a alguien que está enamorado de alguien que no le corresponde? ¿Realmente existe una solución para eso?, ¿Cómo ayudas a alguien que se enamoró de un hombre lobo, Scott? Quizás a Allison le funcionó, pero al parecer yo estoy destinado al fracaso. Y finalmente, ¿Cómo ayudas a alguien que está enamorado de Derek Hale? Pensar en que él podría corresponderme es incluso más rídiculo que pensar que todo estará bien si te enamoras de él. 

Un golpe duro y seco se escuchó a espaldas de los tres chicos que, para ese entonces, estaban frente al gran ventanal en el loft de Derek Hale.

Los ojos de Stiles se cerraron fuertemente, su corazón latía a una velocidad inhumana y sus puños se encontraban cerrados, sentía sus uñas clavándose en las palmas de sus manos, pero no le importaba, se sentía rídiculo y no como una forma habitual.


Los tres chicos dirigieron su mirada hacia el origen de aquél ruido encontrándose con un Derek Hale a punto de asesinar a cualquier desafortunado que pasara delante. A su lado se encontraba Liam, quien no apartaba su mirada de Stiles, trato de acercarse, pero Stiles se alejó lo suficientemente como para buscar su salida de escape y caminar hacia ella, sin siquiera dirigirles una palabra de despedida. Tan solo miró a Derek, quien solo negó con su cabeza y siguió mirándolo con su ya conocida mirada de "Voy a arrancarte la garganta y luego te comeré hasta no dejar absolutamente nada", al menos eso era lo que creía Stiles que significaba esa mirada.

No hacía falta más. Stiles miró a Scott y a Lydia con enojo, aún sabiendo que no era culpa de ellos, tan solo quisieron ayudar. Ellos bajaron la mirada avergonzados, pero tampoco dijeron nada.

Stiles resignado tomó su mochila y salió del departamento echando humo por las orejas.

Al llegar a casa poco le importó que su padre esté cenando una hamburguesa con papas fritas, se encontraba demasiado cansado, física y emocionalmente, como para discutir algo que sabía, era en vano. Llegó a su habitación terminando por explotar. Arrojó su bolso hacia el suelo mientras refunfuñaba enojado palabras que solo podía entenderlas él.

Los ojos de Stiles se encontraban llenos de lágrimas por la frustración y la ansiedad que iba creciendo dentro de él cada vez más; sin embargo, jamás derramó ninguna de ellas.

Un ruido a lo lejos hizo que rápidamente se pusiera en alerta esperando cualquier ataque, caminó lo más sigiloso que pudo hasta su ventana y soltó un suspiro de alivio cuando encontró al pequeño, ya no tan pequeño, de Liam del otro lado de su ventana.

Try not to hurt me. ➸ Sterek Y Sciam. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora